Desde el Malecón Víctor Manuel Martínez


 

Este pasado 21 de julio se celebró en nuestro país El Día del Perro. El can, desde tiempos inmemoriales, se ha constituido en el mejor aliado del ser humano, ayudándolo a cazar, protegiéndolo de los peligros y acompañándolo a los lugares más lejanos e inhóspitos, como selvas, desiertos y hasta el mismo polo, jalando trineos con alimentos y pertrechos.
En nuestro país, los perros han cuidado los ranchos, ganado y gallinas, y hoy, aquí en Manzanillo, lo mismo viven en los sectores cerriles que en las colonias más modernas y bonitas y departamentos de renta más chiquitos.
El problema es que muchas veces los perros son tomados por sirvientes del ser humano, que deben cuidar las casas a cambio de unas cuantas croquetas, y recibiendo patadas y durmiendo a Sol y sereno, con poca agua además.
A pesar que tanto se ha hablado de la protección y cuidado de los animales, muchas personas en nuestro municipio no se hacen cargo de sus mascotas; y en el caso de los gatos, el problema no es tanto, porque son animales más independientes, que no ocupan tanta atención y cuidado; pero los perros muchas veces, al ser dejados en la calle, son motivo de problemas por atacar a una persona o por los desechos que ocasionan, de los que los dueños no se hacen responsables.
Es muy bonito sacar a pasear al perro, pero siempre hay que hacerlo llevando una bolsita, para recoger sus heces fecales y no hacerse de la vista gorda y retirarse rápidamente cuando veamos que ensuciaron la vía pública, esperando que alguien más limpie o se ensucie al pasar por ahí sin fijarse.
El perro es un ser independiente que comparte nuestra vida y que necesita amor y cariño. Si lo vemos únicamente como un sirviente, entonces estamos haciendo sufrir a ese animal, que nos ve como parte de su familia.
En el caso de los perros llamados finos, de raza o con pedigree, muchas veces son vistos como un capricho caro, que da prestigio, y por lo mismo, muchas personas los adquieren, pero sin brindarles los cuidados que requieren; únicamente para presumir.
Más cuando se trata de cachorritos, pues cuando los perros están chiquitos, todos se ven hermosos y tiernos; pero después, cuando crecen y requieren cuidados y atención, muchos seres humanos los aborrecen, los desprecian e incluso los dejan abandonados, todo por el delito de haber crecido, y ya no ser tan tiernos y bonitos.
Esos perritos no son juguetes ni muñecos de peluche. Son seres animales que quieren vivir en su clan, en su familia, pues ellos también nos adoptan a nosotros.
El trato hacia los perros debe mejorar y debemos considerar que clase de perro podemos tener y cuidar, para darle la mejor vida que podamos y cumpliendo todas nuestras responsabilidades como dueños de una mascota.
Y si usted no puede tener una mascota como se debe, mejor no la tenga, hasta que pueda hacerlo. Y, por favor, a menos que tenga un refugio en toda forma, no quiera andar recogiendo a todos los perros callejeros que vea.
Es verdad que parten el corazón en su situación de abandono, pero ahí están los teléfonos de personas que se dedican a recoger a estos animalitos, curarlos y darlos en adopción; así es que mejor, recurra a ellos. Si quiere adoptar uno, mejor recurra a las asociaciones protectoras de animales y no los compre.

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