Se pasó de marginación e insalubridad a posición portuaria de importancia internacional
El 12 de diciembre de 1908, hace 116 años, el entonces Presidente de la República, Gral. Porfirio Díaz Mori, llegó hasta Manzanillo para inaugurar las Obras del Puerto, que modernizaron la población de ser un punto costero sin importancia en el litoral del Pacífico, a comenzar a tener relevancia en el contexto nacional, no únicamente en el ámbito portuario comercial, sino que lo llevó a posibilidades de desarrollo insospechadas.
FECHA MARCÓ UN ANTES Y UN DESPUÉS
Siempre se habla sobre cuál fue el presidente de la república que más hizo para el progreso y desarrollo de Manzanillo, principalmente se menciona a tres, que son Porfirio Díaz Mori, Lázaro Cárdenas del Río y el colimense Miguel de la Madrid Hurtado. Para muchos porteños de cepa no hay discusión alguna, y ese lugar de privilegio en nuestra historia lo ostenta el General oaxaqueño.
Hasta antes de su gobierno, con algunas pequeñas excepciones, Manzanillo era un pequeño pueblo costero atrasado y marginado, y fue hasta el gobierno de Díaz, al que muchos llaman dictadura, que se hicieron las obras estratégicas e inteligentes que el puerto requería para poder desarrollarse y crecer en importancia. Respecto a Manzanillo, Don Porfirio mostró visión de futuro para crearle una infraestructura que lo elevó a un nivel de preponderancia entre los puertos mexicanos del litoral del Pacífico, que eran más antiguos, pues provenía su existencia desde antes de la independencia nacional.
Es por esto por lo que en esta ocasión voy a hacer una somera referencia a las principales acciones que tomó el Gral. Díaz en relación al principal puerto colimense, en el marco de la celebración ciento dieciséis de estas importantes obras impulsadas por su gobierno. Pero primero es necesario hacer una reseña de la biografía del célebre y controvertido militar oaxaqueño a vuelo de pájaro.
UNA BREVE RESEÑA
BIOGRÁFICA DEL GRAL. DÍAZ
Su nombre completo era José de la Cruz Porfirio Díaz Mori, quien nació en la ciudad de Oaxaca el 15 de septiembre de 1830. Estuvo al frente del gobierno nacional por treinta años y ciento cinco días, período conocido como el porfiriato, al que algunos llaman el de la estabilidad y progreso del país, y otros, una dictadura. Antes de entrar a la política, se destacó como militar, participando de manera decisiva y preponderante en grandes batallas de nuestra historia patria de aquel tiempo, como fueron la Batalla y el Sitio de Puebla, la Batalla de Miahuatlán y la de la Carbonera.
Fue nombrado General de División el 15 de octubre de 1863 por el entonces presidente Benito Juárez, tomando el día 28 el mando militar de cuatro entidades, Veracruz, Puebla, Tlaxcala y su natal Oaxaca, donde organizó guerrillas contra las tropas invasoras francesas. El 2 de abril de 1867 Díaz tomó Puebla y el 15 de junio de ese año recuperó para las tropas republicanas la Ciudad de México. Fue presidente de los Estados Unidos Mexicanos en diversos períodos entre 1876 y 1911, siendo los más largos los que abarcaron entre el 17 de febrero de 1877 al 30 de noviembre de 1880; y el último y más extenso, del primero de diciembre de 1884 al 25 de mayo de 1911, tras lo cual zarpó al exilio a Europa, donde residió mayormente en Paris, Francia.
CONOCIENDO NUESTRA MARGINACIÓN
La primera visita que se tiene registrada que realizó Porfirio Díaz al pequeño y atrasado puertecito de Manzanillo se verificó el 9 de febrero de 1872, cuando se encontraba abanderando el Plan de la Noria en contra del presidente Benito Juárez.
Desembarcaron en nuestro puerto él y el Gral. Pedro A. Galván, trasladándose de incógnito y con sigilo hasta Villa de Álvarez, para de ahí pasar hacia el vecino estado de Jalisco. Quedó el trascendido que durante su estancia en Manzanillo se quejó acremente del pestilente hedor proveniente de la laguna de Cuyutlán, que por entonces aún no había sido saneada, conectándola con el mar.
Pero, también seguramente se dio cuenta de las grandes posibilidades de desarrollo que aquella población costera tenía, por su posición geográfica privilegiada, y que solamente requería el apoyo e inversiones necesarias por parte del gobierno para despegar.
LAS OBRAS
PORTUARIAS DEL
CORONEL SMOOTH
Es el 3 de enero de 1900, en los albores del Siglo XX, cuando se da el primer gran despegue de Manzanillo, al iniciarse, por órdenes del gobierno federal, presidido por Don Porfirio, las importantísimas obras del rompeolas, malecón y canales de saneamiento de las lagunas de Cuyutlán y San Pedrito, obras que terminaron en 1906 e inauguró el General el 12 de diciembre de 1908, es decir, ocho años después.
Gracias a estas, el puerto colimense pudo atender a mayor número y de mejor manera barcos mercantes de todo el mundo, tener una mejor imagen ante los visitantes y alcanzar una mayor salubridad e higiene. Los importantes trabajos fueron llevados a cabo por el Ingeniero Coronel norteamericano Edgar K. Smooth, amigo personal de Don Porfirio, y hombre de todas sus confianzas. Todo eso también repercutió en la economía de Manzanillo en gran medida.
EL FERROCARRIL,
GRAN MOTOR
DEL PROGRESO
Fue ese 12 de diciembre de 1908, hoy hace 116 años, cuando el propio Presidente de la República, Gral. Porfirio Díaz Mori, arribó a las 10:00 de la mañana a la estación de Colima, acompañado por el vicepresidente Ramón Corral; el Gobernador del Estado de Jalisco, Miguel Ahumada; el secretario de comunicaciones, Leandro Fernández; y su estado mayor presidencial, para, tras una ceremonia inaugural en la estación de Colima, partir hacia el Puerto de Manzanillo, ahora también acompañados por el Gobernador del Estado, Enrique O. De la Madrid, arribando junto con su comitiva a Manzanillo a las 12 horas con 30 minutos del día, donde inauguró la vía ancha del ferrocarril Manzanillo a Guadalajara, así como también la primera fase de las obras del puerto.
Se dice que en ese tiempo, a su regreso a la capital del estado tras aquella gloriosa jornada para nuestra patria chica, el presidente Díaz le propuso al entonces gobernador de Colima, Enrique O. de la Madrid, ceder el puerto al vecino territorio de Jalisco, ofreciéndole a cambio a de la Madrid amplios terrenos en Michoacán; el gobernador colimense no aceptó la propuesta, pues dijo que para que esto fuera posible, tendría que realizarse antes un plebiscito, donde se consultara a la voluntad popular.
OTRAS OBRAS
PORFIRISTAS EN
BENEFICIO DE MANZANILLO
Es durante el Gobierno del Gral. Porfirio Díaz cuando se empezó a trabajar en el saneamiento del cuerpo de agua conocido como Laguna de Caimanes o de Cuyutlán, y se reportó que para el 3 de enero de 1900 se trabajó en canales de saneamiento para las lagunas de Cuyutlán y San Pedrito.
De acuerdo con las fotos que existen de la época, el cerro que bloqueaba el corto espacio entre el mar y la laguna a la altura de la playa de Ventanas ya se había abatido, y ya se podían ver a escasa distancia las aguas a ambos lados, de tal suerte que las crónicas de aquellos tiempos señalaban que se llegaban a juntar el mar y la laguna por las noches, cuando el oleaje es más bravo, pues hay que recordar que en ese punto es mar abierto. También se tienen fotografías donde se observa a ingenieros, trabajadores, inspectores e incluso a algunas mujeres con vestidos elegantes con sombrillas que las cubrían del Sol -posiblemente esposas de funcionarios de aquel tiempo-, caminando sobre el pequeño tramo en mención, conociendo los avances que ya se habían alcanzado.
Luego, estalló la Revolución Mexicana y durante todos esos años de conflicto armado muchos proyectos de obra pública se vieron cancelados o retrasados en cuanto a su ejecución. Una vez concluido este tiempo, en nuestra región Occidente se tuvo a continuación el conflicto Cristero, del que se pudo descansar con libertad hasta el inicio de la década de los treinta. En ese tiempo se tuvieron muchas obras para Manzanillo por parte del gobierno cardenista, siendo uno de ellos el túnel entre las aguas de nuestra bahía y las de la mencionada laguna de Cuyutlán, que empezó a sanear el vaso lacustre, al comunicarlo a la altura de La Perlita; por lo que la obra del canal de Ventanas continuó esperando mejores momentos.
El Faro de Campos por su parte, se localiza sobre un cerro de aproximadamente ciento veinte metros de altura, siendo uno de los faros más altos del mundo, al norte de Campos, a 20 minutos del Centro Histórico de Manzanillo. Es una torre con 12 metros, construido en 1906, también durante el gobierno de Porfirio Díaz.
LA CALLE DEL CAÑÓN
O PORFIRIO DÍAZ, ARTERIA
VITAL DE LA CIUDAD
Abierto en 1880 para el tren de vía angosta, “El Cañón”, que hoy es la calle Porfirio Díaz, fue un paso en el cerro del Sector 4, con la finalidad de introducir al ferrocarril a Manzanillo, naciendo con esta división el Sector 5, y una nueva comunicación peatonal para el lado de la laguna de la ciudad que por entonces estaba apenas en desarrollo.
Con el tiempo, tras muchos años de ver ingresar al tren de pasajeros a la estación respectiva, este paso, conocido entre los porteños como El Cañón o La Cortada, dejó de utilizarse como vía ferroviaria (por la desaparición del tren pasajero) y se convirtió en una de las principales calles del casco urbano. Actualmente lleva la denominación de calle Porfirio Díaz, una de las más importantes del Centro Histórico de Manzanillo, pues comunica la parte del casco urbano del lado de la bahía con el de la laguna.
AQUÍ NO TENEMOS DUDAS SOBRE DON PORFIRIO
Aunque a nivel nacional la historia tiene al Gral. Díaz en una posición polémica, con posiciones y opiniones encontradas en cuanto a su persona por parte de historiadores, intelectuales y escritores, debido a su prolongada permanencia en el poder y la falta de atención hacia algunos problemas respecto a las clases obrera y campesina; en Manzanillo no podemos tener dudas de reconocer que ha sido uno de los presidentes de México que más han hecho por conseguir hacer progresar a lo que, hasta antes de su mandato, era un pueblecito pintoresco, rústico, insalubre, pobre y atrasado en la costa occidental del Pacífico mexicano.
Actualmente es el principal puerto del país de ambos litorales y uno de los primeros de América Latina, así como también uno destacado en el panorama mundial. Todo eso ya estaba en la visión de futuro a largo plazo del presidente Díaz.