La crisis migratoria sigue en aumento, con centros de acogida desbordados y condiciones precarias para los refugiados
Las Palmas, España. La crisis migratoria en las Islas Canarias sigue agravándose con el rescate de 1,232 personas en solo 48 horas, en medio de una oleada de embarcaciones precarias que buscan llegar a suelo europeo. Entre los rescatados se encontraban dos bebés recién nacidos y al menos 94 menores, mientras que una persona falleció en el trayecto y se reportan dos desaparecidos.
Salvamento Marítimo realizó hasta 20 operaciones de rescate en las últimas horas, incluyendo una embarcación de madera que transportaba a 80 personas y que naufragó cerca de El Hierro. Afortunadamente, todos sus ocupantes fueron rescatados con vida.
Las Islas Canarias se han convertido en uno de los principales puntos de llegada de migrantes africanos a Europa, con cifras récord en los últimos años. En 2023 y 2024, la llegada de personas por mar superó los 40,000 casos anuales, un 45% más que en 2022. Esta cifra es incluso superior al pico registrado en 2006, cuando 31,000 migrantes alcanzaron las costas españolas en cayucos.
En esta ocasión, la mayoría de los migrantes desembarcó en Lanzarote, donde llegaron 475 personas a bordo de nueve lanchas neumáticas, lo que desbordó los centros de acogida y obligó a improvisar refugios con tiendas de campaña. Muchos migrantes arribaron con signos de deshidratación, hambre y heridas, tras recorrer miles de kilómetros desde países como Senegal, Mali o Nigeria.
Las cifras provisionales indican que al menos 131 mujeres y 94 menores viajaban en las embarcaciones. Entre ellos, dos bebés que fueron trasladados a un hospital en Tenerife para observación médica.
La situación en los centros de acogida es crítica, especialmente para los Menores de Edad No Acompañados (MENAS). Más de 6,000 menores permanecen en refugios sobrepoblados y sin los servicios adecuados. Muchos de estos niños han sido testigos de la muerte de sus familiares durante la travesía, al ver cómo los cuerpos de sus padres o hermanos eran arrojados al mar para evitar brotes de infecciones en las embarcaciones.
A pesar de la creciente crisis, el gobierno español aún no ha logrado un acuerdo para el reparto de estos menores en otras comunidades autónomas, lo que impide aliviar la saturación en los centros de Canarias y garantizar mejores condiciones para los niños.
El flujo migratorio no muestra signos de disminuir y cada semana se reportan nuevas llegadas de cayucos o pateras a las costas canarias. La crisis humanitaria sigue en aumento, poniendo a prueba la capacidad de respuesta de España y de la Unión Europea.
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