Han causado muertes, hundimientos de barcos, deslaves, desbordes, inundaciones, caídas de casas y abundantes pérdidas económicas
A lo largo de su historia, por el hecho de ser una población costera ubicada sobre lo que se conoce como el corredor de los ciclones tropicales del Pacífico mexicano, Manzanillo ha sido escenario de muchos fenómenos atmosféricos naturales de esta clase, los cuales en algunas ocasiones han ocasionado pérdidas de vidas humanas y en otras cuantiosas afectaciones económicas.
REGISTRO DE CICLONES EN EL PACÍFICO DESDE EL SIGLO XIX
Oficialmente, el inicio de la temporada de ciclones en el Pacífico oriental se considera a partir del 15 de mayo y se extiende hasta el 30 de noviembre, aunque varían las fechas exactas cada año.
En nuestro país, los datos sobre el particular provienen del Servicio Meteorológico Nacional, fundado en 1,877 por instrucciones del presidente Gral. Porfirio Díaz, con sede en la Ciudad de México y a nivel mundial, el organismo más importante para el seguimiento de fenómenos atmosféricos de toda clase es el Centro Nacional de Huracanes de los Estados Unidos, creado en 1,898, con sede en Miami. También existe la Organización Meteorológica Mundial.
Generalmente los ciclones tienen su etapa de más peligrosidad desde el Golfo de Tehuantepec hasta el sur de la península de la Baja California. Lo correcto es llamar a estos fenómenos huracanes en el Atlántico, ciclones en el Pacífico y tifones en el sudeste asiático.
DOCUMENTACIÓN SOBRE METEOROS DESDE LA ÉPOCA DE LA COLONIA
La documentación de ciclones en el Pacífico fue iniciada por los navegantes, militares, misioneros y exploradores españoles durante la época de la Colonia en la Nueva España, hoy México, de manera que para 1,730 ya se tenía una comprensión más clara de su funcionamiento, y en el Siglo XIX se hicieron observaciones y registros más minuciosos, sobre todo por parte de meteorólogos norteamericanos. En 1,897, se publicó un registro por parte de la Oficina Alemana de Hidrología un catálogo de tormentas que se lograron documentar de 1,832 a 1,892; es decir en un período de sesenta años. Se necesitó una vigilancia más precisa y mejor conocimiento del tema a raíz de la apertura del Canal de Panamá en 1,914, porque la navegación en el Océano Pacífico aumentó de forma considerable.
El 29 de octubre de 1,626, por los efectos de un ciclón se registra que hubo una importante crecida y salida del mar, inundando las aldeas cercanas a la costa, que incluían a los puertos de Salagua-Santiago y sus alrededores, extendiéndose los destrozos tierra adentro, hasta la misma ciudad de Colima. El terror que se presentó en los habitantes de esta capital provincial ante las fuertes tormentas, vientos, deslaves, crecidas de ríos y arroyos y cuantiosas pérdidas materiales fue tal, que quisieron abandonar la ciudad, para fundarla en otra área más segura, pero el alcalde mayor en aquel tiempo, Juan Sámano, con ayuda de las fuerzas armadas a su servicio y palabras disuasivas, impidió que lo hicieran.
El 15 de octubre de 1,812 azotó el litoral colimense con fuerza despiadada un ciclón de gran intensidad. La fuerza del viento era tan grande, que los árboles eran arrancados de cuajo y salían volando por los aires, convertidos en peligrosos bólidos. El mar se hincha y traspasa sus límites habituales, de manera que inunda los pozos y salitreras de El Real, juntándose las aguas del mar con las de la laguna. Entre las poblaciones que se enumeraron como afectadas por las inundaciones estuvieron Alima, Pascuales, Cuyutlán y Tecomán, donde el agua llegó hasta el templo de la Candelaria.
El 29 de septiembre de 1,865, ante la cercanía de un mal tiempo, empiezan fuertes lluvias que no paran en varios días, de manera que se verifica una gran creciente del río Marabasco, la cual arrasa al pueblo de Cihuatlán. Un día después, el ciclón azota con toda su furia, haciendo que se desborde también el río Coahuayana, afectando a una gran parte del estado, principalmente la zona de la costa. Al año siguiente, en 1,866, luego de la tragedia sucedida, los habitantes de Cihuatlán reubican su pueblo al repecho del Cerro de la Cruz, para que les sirva de trinchera que les defienda de las grandes avenidas de agua del Marabasco.

Ciclón “Jova” 2011.
IMPACTO DE CICLONES EN MANZANILLO
El 27 de julio de 1,872, se presenta otro fuerte ciclón, causando daños a Manzanillo (ya se había fundado nuestro puerto, luego de su traslado desde Salagua en 1,825) de gran consideración, tomando en cuenta que las casas de los pobladores eran todas de madera, con alguna excepción muy rara. Sufrieron graves afectaciones la Aduana Marítima y la Capitanía de Puerto, así como las casas de los agentes aduanales y comerciantes extranjeros avecindados en el puerto Adolfo Stoll, J. H. Dickman y Oetling, así como de Don Ponciano Ruiz, uno de los hombres más poderosos y adinerados de la región, que fue alcalde de Manzanillo.
El 27 de octubre de 1,881 embate con encono durante seis horas un potente huracán el cual sorprende y hunde a cuatro embarcaciones que se encontraban ancladas dentro de la bahía, entre ellas el Wilmington, de matrícula norteamericana, que traía rieles desde su país de origen para la construcción de la vía angosta del ferrocarril que conectaría a Manzanillo con la capital del estado. Apenas se recuperaba Manzanillo de este golpe, cuando otro ciclón lo golpeó tan solo un mes después, el 27 de noviembre de 1,881, causando pérdidas humanas y materiales.
El 26 de mayo de 1,885, después de zarpar a las 3 de la tarde el Vapor Colima con rumbo a Panamá, llevando ciento veinte pasajeros y 25 mil toneladas de cargas, de pronto, a las 4 de la tarde, se topa de frente con un poderoso ciclón, al que tuvo que capotear durante todo el resto de la tarde y noche. Al otro día, siendo la una de la tarde, el barco naufraga al dar un bandazo, estando frente a las costas de Cuyutlán. El día siguiente, 28 de agosto, el Vaporino San Juan salva a los náufragos del Vapor Colima; salvó a quince tripulantes y seis pasajeros.
Hay que resaltar que catorce náufragos salieron a nado por Cuyutlán, Boca de Pascuales e incluso hasta Telmo. Doscientas personas que iban a bordo perecieron ahogadas, en una de las desgracias mayores ocurridas en el mar en nuestra región. El día 29 de mayo, los pobladores de Manzanillo se congregan, azorados, curiosos pero respetuosos a ver como son desembarcados en los muelles los náufragos de Vapor Colima por el Vaporino San Juan.
El 19 de octubre de 1,886 el barco Barracuda regresaba a Acapulco, cuando tuvo que recalar apresuradamente en Manzanillo para bajar a su pasaje, a las 2 de la tarde, ante la proximidad de un ciclón. Inmediatamente continuó con rumbo al norte, escapando así del fenómeno, que irrumpía por el sur. Siendo las 6 de la tarde, entró de lleno a Manzanillo el fuerte ciclón, tanto que el mar llegaba hasta el jardín Galván, la Aduana Marítima, las bodegas del Puerto y, corriendo por la calle de La Laguna, llegaban hasta el vaso lacustre. El 22 de octubre de 1,890, ya para cerrar el siglo XIX, una fuerte tempestad echa a pique los barcos fondeados en la bahía, ocasionando daños materiales serios a la población.
CICLONES EN LA COSTA DE COLIMA EN EL SIGLO XX
Ya en lo que concierne al Siglo XX, hay que decir que el 4 de octubre de 1906 un ciclón causa inundaciones y daños considerables a la agricultura y ganadería en Coquimatlán, Tecomán, Armería y Manzanillo e inundan la zona costera en una amplia faja, ocasionando muchos daños en diferentes rubros.
El 27 de septiembre de 1,935 un ciclón causa enormes pérdidas materiales en las costas de Colima y Michoacán. El 4 de octubre de 1942, otro ciclón azota las costas del estado, y causa daños, especialmente a Cuyutlán. El 27 de agosto de 1,944, un huracán causa daños materiales en la costa colimense. El 30 de septiembre de 1,954 un ciclón azota las costas colimenses y causa daños a la agricultura.
LA PÁGINA NEGRA DEL CICLÓN DEL 27 DE OCTUBE DE 1959
Un escrito entero aparte, dedicado especialmente a ello, e incluso libros enteros, merece el ciclón del Pacífico del 27 de octubre de 1,959, que con categoría 5 se ensañó con Manzanillo, Minatitlán y todo el estado y zonas aledañas. Originó mil muertes (las cifras al respecto discrepan de una fuente a otra), 300 de ellas solamente en Minatitlán y cuantiosos daños, particularmente en Manzanillo. Es considerado el peor en la historia de México, habiendo sido de categoría 5, con vientos de más de 250 kilómetros por hora. Se destruyó completamente por el ciclón el Cine Juárez, el cual nunca fue reconstruido y muchos otros negocios, como la primera Farmacia Regis, de Agustín Guijarro Delgadillo.
El 13 de noviembre de 1,959, Adolfo López Mateos expropió después del ciclón del 27 de octubre de 1,959 las tierras del Ejido Colonia del Pacífico, correspondientes a 1,114 hectáreas, por resolución del 29 de octubre. A raíz de los daños que se ocasionaron a la ciudad se crearon nuevos asentamientos en sus partes bajas, como la Unidad Padre Hidalgo, en 1,960, construida en tiempo récord. Por cierto que en el 21 de noviembre de 1,965 fue demolida la construcción de Hortensia Silva de Castellanos, ubicada en la cuadra al oeste del jardín Galván, que junto con la propiedad de Felipe Enciso Arce, fueron las únicas de esa manzana que resistieron la furia del ciclón del 27 de octubre de 1,959, y seguían en pie.
EL CICLÓN “JOVA” EN 2011 Y OTROS FENÓMENOS DE LOS ÚLTIMOS AÑOS
El 22 de septiembre de 1,982 el huracán Olivia hunde 2 barcos, uno carguero y otro pesquero. Las marejadas destruyen enramadas y casas de concreto de la costa. La lluvia se prolongó hasta el 26 de noviembre, cuatro días, ocasionando derrumbes en el Sector 6, muriendo 28 personas, muchos heridos y casas caídas.
El 28 de mayo de 1,983 el huracán Adolfo azota violentamente Manzanillo durante varias horas. El 24 de julio de 1,987 el huracán Eugene causa cuantiosos daños en los cultivos y balnearios de la costa del Estado.
Finalmente, señalaremos, aunque podríamos señalar más eventos de este tipo, el ciclón Jova en 2,011. Tocó tierra en Jalisco, México, y afectó a la costa de Colima. Al igual que el ciclón del 59 cambió bruscamente de dirección. Estuvo frente a Manzanillo como categoría 3 y tocó tierra como categoría 2 en las inmediaciones de La Huerta, Jalisco, el 12 de octubre.