67 años de la construcción de la Base Naval en Isla Socorro


La llevaron a cabo las fragatas Papaloapan y California

Una parte generalmente olvidada cuando pensamos en nuestra patria chica, Colima (mía en adopción, pues soy jalisciense, pero avecindado aquí desde chico) en cuanto a su extensión territorial, es el Archipiélago de Revillagigedo, mejor conocido por nosotros los colimenses como “Las Islas Socorro”; aunque éste es solamente el nombre de la ínsula mayor. Estas islas nos pertenecen en teoría, porque en la práctica, la entidad no ha aprovechado su pertenencia casi en nada, pues quien desde siempre las ha aprovechado y explotado en exclusividad es la federación.

REFORZANDO PRESENCIA MEXICANA EN ESTAS LEJANAS ISLAS COLIMENSES

El 13 de enero de 1957 se conmemora el inicio de la base naval central del territorio de las islas Revillagigedo en Isla Socorro, trabajo que corrió a cargo de las fragatas mexicanas Papaloapan y California, de la Secretaría de Marina, mismas instalaciones que tienen 67 años de vida. Estas islas se localizan entre 720 km (la más cercana) y 970 km (la más lejana) al oeste de nuestro puerto, de donde parten la mayoría de embarcaciones de tamaño importante que la visitan, generalmente de la Armada de México.

El archipiélago está conformado por las islas Socorro, Clarión, San Benedicto y Roca Partida, que, como su nombre lo indica, es sólo una mole rocosa de diminutas dimensiones. Tienen una interesante flora y fauna, en muchos casos endémicos; pero, sobre todo, una gran vida submarina en sus alrededores, que las hacen un imán para quienes gustan de practicar el buceo. Fueron denominadas como Revillagigedo en honor del Conde de Revillagigedo, que se llamaba Juan Vicente de Güemes Pacheco y Padilla, quien fue Virrey de la Nueva España.

DESCUBIERTA EN EL SIGLO XVI POR NAVEGANTES ESPAÑOLES

Fue el 21 de diciembre de 1533 cuando el conquistador español don Fernando de Grijalva, al mando de la embarcación “San Lázaro”, descubrió una isla que no estaba señalada en ninguno de los pocos mapas que ya se habían trazado para el entonces, pues hay que recordar que todavía en la etapa más intensa de la época de los descubrimientos en América, en la Nueva España, la parte norte del Occidente del Pacífico, era conocido como la Mar del Sur. Entonces, como hasta la fecha, lograr desembarcar ahí no era fácil, de modo que, desde que Grijalva la vio, hasta que pudo desembarcar en ella, pasaron nada menos que cinco días, para poder tomar posesión de ella en nombre de España y de su Rey, pasando a registrarla en las cartas de navegación.

EMPIEZA EXPLORACIÓN CIENTÍFICA DE LAS ISLAS A FINALES DEL SIGLO XVIII

El nombre que recibió en ese momento esta, la principal isla del conjunto que nos ocupa, fue el de “Santo Tomás,”, porque la usanza de los conquistadores en esos días era el de ponerle como nombre a los lugares que se iban descubriendo el del santo que en ese día se celebraba, agregándole en ocasiones el nombre indígena con que desde el tiempo prehispánico se le conocía; pero en el caso de esta isla, no se halló población alguna que la ocupara.

En 1782 los españoles capturaron al Cap. James Colnett, de nacionalidad británica, hallándolo haciendo una exploración a fondo de la isla y sus alrededores, haciendo sondeos, mapas precisos y tomando muestras de la flora y la fauna del lugar. Fue llevado preso a San Blas. Cosa curiosa, el propio Colnett fue quien llamó a las islas Revillagigedo (el archipiélago que forman las cuatro) en agradecimiento, pues resulta que el virrey le otorgó el perdón y la libertad al comprobarse que lo que hacía era con fines puramente científicos. A partir de ahí empieza a darse un gran interés científico en estas islas, cual nunca lo tuvieron antes los conquistadores españoles.

Nueve años después, en 1811, el Barón Alejandro de Humboldt las visitó, y escribió sobre ella a la vez que elaboró un mapa. Los norteamericanos la visitaron en la persona de Benjamín Morell en el Bostón. El inglés Edward Belcher publicó en 1844 el libro “La botánica del viaje del H.M.S. Sulphur”, fruto de la exploración científica realizada por él cinco años antes en este apartado rincón. En 1844 se observó la erupción del Monte Evermann por la tripulación del buque de guerra inglés “Forthworth”, al mando del Tte Reeve.

HISTÓRICAS EXPEDICIONES ENVIADAS POR GOBERNADOR COLIMENSE RAMÓN DE LA VEGA EN EL SIGLO 19

En 1862 el gobernador colimense Ramón R. de la Vega dispuso hacer un presidio en las islas, por lo que se armó una expedición, que encabezó el Ing. Juan B. Matute y Domingo Torres, los que salieron de Manzanillo el 17 de diciembre de 1862; pero el mal tiempo les impidió tocar tierra en la Isla del Socorro como era su objetivo, por lo que tuvieron que retornar al continente.

Después de finalizado el imperio de Maximiliano y restaurada la república, nuevamente gobernó a Colima De la Vega, y mandó una segunda expedición a las islas, encabezada por el Dr. Francisco Javier Cueva, en la que participaban 21 elementos, al parecer entre ellos una mujer, Dolores Ávalos, los que partieron de Salagua el 18 de enero de 1868 en la balandra nacional “Joven Hortenza”, al mando del Cap. Damián García.

SE LOCALIZAN LOS DOS MANANTIALES DE LA ISLA

Arribó a la isla del Socorro el 23 de enero con la mayoría de los pasajeros presa de terribles mareos, y el agua potable en descomposición. Ahí encontraron los restos de un barco recientemente encallado, que era nacional también, la balandra “La Republicana”. Pudieron desembarcar junto con sus víveres hasta el día 25. A pesar de que el Capitán ya había hecho varios viajes, no pudo hallar el manantial ya conocido, y cuando habían perdido toda esperanza, pudo encontrar uno diferente, el cual es el conocido como “La Tribuna”. Se hizo un acto solemne de toma de posesión de las islas, y empezó la exploración.

Sin embargo, el día 28 enfermó gravemente el expedicionario Miguel N. Orozco, por lo que tuvieron que pedir una nueva embarcación a Colima para regresar, ya que la Joven Hortenza estaba en muy malas condiciones. El propio gobernador vino al puerto de Manzanillo, desde donde personalmente mandó a recogerlos al pailebote nacional “India”, que los retornó a Manzanillo sanos y salvos el 27 de febrero.

ESTUDIO DE AVES ENDÉMICAS Y OBSERVACIÓN DE BALLENAS

La primera expedición científica oficial del siglo XX fue realizada en 1925, y fue organizada y patrocinada por la California Academy of Sciences en 1925, en la que participó un grupo de científicos, entre los que se encontraba un botánico, un entomólogo, un experto en reptiles (herpetolólogo), un ornitólogo y un experto en el estudio de mamíferos, además de dos paleontólogos. Desde entonces ha habido muchas visitas de científicos, pero muy en especial de ornitólogos, que han hecho esfuerzos por reintroducir en la Isla del Socorro (Hoy llamada oficialmente Benito Juárez) la ave endémica Paloma del Socorro, que ya no vive de forma silvestre o libre, forma en la que se extinguió entre 1958 y 1978, de acuerdo a los estudios realizados por Jehr y Parkes en 1982.

También la isla es un paso habitual de la ballena jorobada, la que puede observarse con relativa facilidad en algunas épocas del año, pero lamentablemente también ha atraído de forma ilegal a embarcaciones balleneras que violando toda prohibición de capturarlas, cometen el delito, de acuerdo al testimonio de muchos pescadores. La exuberante vida que hay en estas islas ha llevado a que sean conocidas internacionalmente como “Las Galápagos Mexicanas”.

ESTABLECIMIENTO DE BASE NAVAL EN SOCORRO E INSTALACIONES EN CLARIÓN

Desde 1957 el gobierno mexicano estableció una base naval en la sección suroeste de la Isla del Socorro, desde donde se mantiene la soberanía del archipiélago, con la ocupación permanente por militares nacionales. En isla Clarión también existen instalaciones para albergar a medio centenar de elementos de la SEMAR y un pequeño fondeadero, en el cual es muy difícil el desembarque. Existe también un pozo del que se abastecen de agua dulce (no potable), una helipista y los caminos y senderos que unen a éstos y los que sirven para circular en el área.

Es necesario mencionar que, por sus características físicas en extremo agrestes, las islas San Benedicto y Roca Partida no cuentan con instalación alguna, ya que es prácticamente imposible desembarcar y mucho menos transitar en ellas para realizar labores de vigilancia. La comercialización de los productos por parte de las compañías y cooperativas que cuentan con autorización para la pesca comercial en las inmediaciones de la reserva, se hace directamente en los puertos base, ubicados en Baja California Sur, Sinaloa, Sonora y Colima.

Otra actividad económica que se desarrolla en la reserva, la representan los cruceros para buceo deportivo y la observación de flora y fauna marina, que desarrollan principalmente prestadores de servicios turísticos de los estados de Baja California Sur y Sonora. Se tienen datos (INE-SEMAR) de que acuden entre 70 y 80 cruceros turísticos y de pesca deportiva anualmente al área, con un tiempo de permanencia de una a dos semanas por crucero.

ISLAS TERRITORIO DE COLIMA, EN PROPIEDAD DE LA FEDERACION

El 28 de abril de 1979, el presidente José López Portillo visitó la isla Socorro del archipiélago Revillagigedo para inaugurar su flamante pista de aterrizaje. De esta manera, se convirtió en el primer presidente mexicano que pisó ese lejano territorio insular mexicano. Posteriormente, en un transporte de la Armada Nacional, se trasladó a la isla Clarión, la más alejada de nuestra patria.

El presidente Ernesto Zedillo se enamoró de esta isla, a la que le encantaba ir a bucear. En su momento, el presidente Calderón también barajó la posibilidad de convertirla en una prisión. Colima, finalmente, tiene poca presencia y beneficio de la pertenencia de estas islas, pues son propiedad de la federación.

Recientemente se ha empezado a barajar la posibilidad que en un futuro cercano, tanto Isla Socorro, como Clarión, se abran a la explotación turística controlada; algo similar a lo que ya ocurrió con las Islas Marías.