Licenciada en Comunicación Social
Catedrática de Universidad UNIVER Colima
En mi labor de maestra de las materias de medios de comunicación en la universidad UNIVER Colima, me gusta contextualizar a mis estudiantes sobre los tiempos pasados, porque no tienen ni idea de cómo se vivía y se trabajaba sin la tecnología actual, empiezo contándoles que durante casi todo el siglo XX las mesas de redacción de los medios de comunicación, fueron un festín de golpes de teclas y palancas para imprimir o cambiar de renglón en una hoja de papel, máquinas de escribir mecánicas, la mayoría Olivetti resonaban en ese trajín donde los reporteros y periodistas hacían su labor de todos los días. Muchos también escribían taquigrafía —la mayoría de los jóvenes no sabe qué es— así, tomaban notas rápidas sobre hechos o declaraciones, lo importante era no perder la información, más adelante incluyeron la grabadora de cassette que facilitó el registro de los testimonios de los entrevistados.
Durante varias décadas, el aprendizaje sobre la labor periodística y de producción de contenidos fue algo que se aprendía sobre la marcha, por intuición, de manera empírica, apasionados que encontraron en los medios de comunicación un nicho, desde donde podían ejercer las letras, la difusión de los hechos noticiosos y la producción de programas. Con el tiempo las universidades comenzaron a formar profesionales, estudiosos de los medios de comunicación, sus alcances y su evolución.
El desarrollo trajo consigo la adquisición de equipo moderno en las prácticas cotidianas, las computadoras desplazaron a las máquinas de escribir y los reporteros y periodistas tuvieron que aprender a utilizarlas, quienes se resistieron al cambio debieron ir dejando sus espacios que tantos años trabajaron.
Los medios impresos dejaron de formarse “a mano” para formar en pantalla, comenzaron a utilizar un software que permitió crear un diseño editorial más limpio, atractivo, con mayor calidad. Capacitaron a su personal, incluso contrataron nuevo con los conocimientos que la nueva era digital exigía.
Sin embargo, un cambio mayor estaba cerca, el descubrimiento del internet en los 70’s y las redes sociales en los 90´s y su consolidación en los primeros años del nuevo siglo XXI obligaron a cambios más grandes para todos los medios de comunicación y cada uno de sus integrantes, trabajar con mente abierta, migrar sus contenidos a redes sociales para no desaparecer, concebir producciones cortas, acordes a la nueva era, un tiempo de agilidad e inmediatez. El gusto de los espectadores también cambió, ahora quieren ver, leer o escuchar cosas más precisas, concisas, igual de importantes y más atractivas.
La evolución nos persigue como humanidad, la transformación en las formas de hacer o crear trae retos más grandes, no hablo de tecnología, pues es un hecho que siempre nos supera, sino de nuestra mentalidad, así invito a mis jóvenes estudiantes de UNIVER Colima a que crezcan visualizando que el mundo se transforma, lo que conocemos ahora cambiará sin remedio en unos años, a que hagan de los cambios sus fortalezas y a no tener miedo ni pereza de hacer lo mejor que puedan con lo que tienen, empezando por sus talentos.