*En el marco del Día Internacional de Concientización sobre Tsunamis
Hoy 5 de noviembre, la Asamblea General de las Naciones Unidas lo designó en el calendario anual como el Día Internacional para la Concientización sobre Tsunamis, lo cual quedó estipulado en diciembre del 2015, con el propósito de promover una cultura al respecto a nivel mundial. En este marco, traemos a colación la historia del riesgo que vivió Manzanillo, Colima, de ser embestido por la fuerza de un tsunami devastador en el año de 1986.
La población del municipio de Manzanillo estaba conmocionada por aquel tiempo, porque una gran estrella del mundo del espectáculo se estaría presentando en sus tradicionales Fiestas de Mayo por la noche de aquel 7 de mayo de 1986. Se trataba del cantante de baladas y rancheras Juan Gabriel, originario del vecino estado de Michoacán, y que por entonces era uno de los que más sonaban con sus canciones en las radiodifusoras de amplitud modulada XEAL y CS, La Grande.
TACHO MUÑOZ Y LAS FIESTAS DE MAYO
Uno de los más emocionados con aquella estelar presentación era Eustacio “Tacho” Muñoz Núñez, quién junto a su padre, Don Tacho Muñoz Camarena, despachaba en la que era una de las tiendas más afamadas del puerto, sobre la calle México. Tacho tenía conocimientos de radio, de locución y de sonido, además de ser, al igual que su padre, un melómano consumado, y por eso en su negocio por la Calle México, al lado del Jardín de Niños Hidalgo, siempre vendían los mejores discos de acetato, Long Play y sencillos.
Tacho acudía año con año, a las Fiestas de Mayo, donde se acomodaba junto al equipo de sonido de los artistas que ahí se presentaban, para registrar con una grabadora de audio profesional los conciertos, los que después vendía en su tienda. Eran grabaciones en vivo, con gran valor por ser espontáneas y porque pocas personas podían tenerlas.
Así que, aquel día, Tacho Muñoz Jr. se alistó para subir a la parte trasera del estrado de las Fiestas de Mayo, de modo de poder grabar el histórico concierto de Juan Gabriel en Manzanillo.
AQUEL PALENQUE CON GRANDES ARTISTAS
Como compositor, Juan Gabriel estaba en lo más alto del hit parade, pues Rocío Dúrcal le cantaba los temas “Quédate conmigo esta noche” y “La guirnalda”; Lucha Villa hacía lo propio con “No discutamos” y “Tú a mí ya no me interesas”; y el propio Juanga promocionaba en su voz las canciones “Querida”, “Te lo pido por favor” y “Déjame vivir” (a dueto con la Dúrcal), además de venir de una temporada exitosísima en el cabaret capitalino El Patio.
Desde temprano, pues, la gente se fue agolpando en el Palenque de la Feria de las Fiestas de Mayo de Manzanillo 1986. Después de las peleas de gallos y otras atracciones preliminares, Juan Gabriel se aprestaba a salir al escenario, y Tachito estaba listo para grabar aquel concierto histórico.

Juan Gabriel era la máxima estrella de la música mexicana al momento de venir a Manzanillo a las Fiestas de Mayo.
SIMULTÁNEAMENTE EN ALASKA
Ese mismo día 7 de mayo, en las primeras horas de la tarde, en la parte más boreal de nuestro continente, se registraba un fuerte terremoto con magnitud de 7.5 grados en la escala de Richter, en la isla Adak, parte de las islas Andreanof, en el estado norteamericano de Alaska, en una región escasamente poblada.
Por su intensidad, casi de forma inmediata se suscitó un tsunami o maremoto que dañó diversas estructuras en el área cercana al epicentro, y después se propagó por el Océano Pacífico, de modo que, alrededor de las nueve y media de la noche llegó la información al gobierno mexicano de parte del Servicio Geológico de los Estados Unidos que un gran tsunami se dirigía a la costa mexicana del Pacífico y, muy especialmente, hacia Manzanillo.
CUNDE LA ALARMA POR BARRIOS Y COLONIAS
Un poco pasadas las diez de la noche la noticia estaba en manos de las autoridades, y fue entonces cuando por parte de la Armada se empezó a recorrer las calles del puerto en unidades con altavoces, anunciando a las personas que había alerta de tsunami o maremoto, y que se les pedía que trataran de irse a lugares altos, como los cerros o sectores o, en caso de tener un vehículo propio, llevar a su familia a alguna parte a mayor altura sobre el nivel del mar de nuestra geografía estatal.
Para las once de la noche aquello era un caos, pues la gente se aglomeraba para irse por la carretera a Minatitlán en sus carros, y no faltó a quien, en su nerviosismo, se le ocurriera irse a la ciudad de Colima, y para ello se fueron por toda la costa, lo que era un contrasentido.
La noticia llegó hasta el Palenque de las Fiestas de Mayo, y la gente empezó a abandonar el lugar, algunos lentamente, y otros, que comenzaban a ser presas del pánico, se aventaban y corrían, tratando de llegar a la puerta. Nadie a estas alturas pensaba en comprar algún alimento, subirse a un juego mecánico o presenciar algún espectáculo.
CON USTEDES: JUAN GABRIEL
Cuando ya casi el lugar estaba solo, una voz anunció a todo volumen: “¡Con ustedes, Juan Gabriel!”, y en ese momento, como por arte de magia, a todos se les olvidó el maremoto y cualquier otro miedo o peligro, y en masa se regresaron a sus sillas.
Es que Juan Gabriel salía al escenario con los acordes de una de sus tantas canciones famosas, y recorría todos los ángulos del escenario recibiendo los aplausos del público.
Tacho Muñoz, que ya también se preparaba para recoger su equipo de grabación y huir, regresó y prestamente echó a andar la grabadora. Después de varios minutos de ovación al gran cantautor adoptado por Ciudad Juárez, éste hizo una reverencia y se acercó a la parte de atrás del escenario, y en ese momento, alguien de su staff le comunicó el riesgo que se vivía en el Puerto de Manzanillo.
Al momento Juan Gabriel palideció, lanzó el micrófono al piso, salió del escenario y huyó con toda ligereza. El público pensaba que regresaría a empezar el concierto.
Al treparse pálido y temblando a una camioneta de su equipo para alejarse a toda prisa de Manzanillo, se recuerda que Juan Gabriel hizo una solemne promesa, que cumplió a cabalidad: Que nunca más volvería a Manzanillo. Esto, porque había sufrido un susto terrible. Tacho Muñoz solo grabó unos segundos de música orquestal y aplausos.
El tsunami, afortunadamente, no llegó a Manzanillo. Muchas personas alcanzaron a llegar hasta Jalipa, como recuerda haber hecho el amigo Carlos Roque García Pirsch junto a su familia. También hacia aquella zona se dice que se dirigió el cantante al poner pies en polvorosa. Otros, al momento del anuncio del riesgo de desastre natural que se vivía, ya se encontraban dormidos y se enteraron del peligro que corrieron hasta el otro día.
Por cierto, por aquellos años era muy raro que alguien utilizara la palabra de origen nipón tsunami, pues casi no era conocida, sino que se hablaba de maremoto. En muchos aún estaban frescas las historias terribles del maremoto de Cuyutlán, evento conocido popularmente como “la Ola Verde”, razón de su terror.
Según recuerdan algunas, aunque sin precisar detalles, el artista no cumplió su promesa, pues hubo una ocasión en que regresó a presentarse en Manzanillo, mientras que otros sostienen que en verdad nunca volvió a poner un pie en nuestro suelo salado, por lo menos en lo que se refiere al plano artístico.
Desde aquel año de 1986 se ha conocido más información sobre que son los tsunamis y cuales sus alcances, como desastres naturales que, aunque no son tan frecuentes, son una amenaza latente para las zonas costeras.

Una fractura del fondo marino por terremoto o erupción pueden desencadenar una salida del mar.