Fósil más antiguo de un antepasado de los mamiferos


Un equipo de científicos halla en Banyalbufar los restos de un gorgonópsido que vivió hace 270 millones de años. Es único por su edad y por su localización. Era un depredador de un metro de largo, con dientes de sable y capaz de poner huevos
Cuando desde Italia llegaron los resultados que databan la edad del yacimiento, los investigadores supieron que estaban ante un importante hallazgo. Algo completamente inesperado.
Los registros geológicos situaban la antigüedad de aquellos restos en al menos 270 millones de años, lo que los convierte en los más antiguos de su clase en todo el planeta.
Un equipo de científicos acababa de descubrir en las montañas de Mallorca, en un lugar no precisado pero situado en el entorno de la pintoresca localidad de Banyalbufar, un fósil único que puede ayudar a perfeccionar la escritura de la historia evolutiva de los mamíferos. O lo que es lo mismo, nuestro propio linaje.
Son los restos de un gorgonópsido, una criatura que habitó el planeta mucho antes del largo reinado de los dinosaurios. Un animal de un metro de longitud, cuadrúpedo y con dientes de sable. Parecido a un perro, pero sin orejas ni pelaje, como un ofidio. De sangre caliente como los mamíferos pero capaz de poner huevos, como los reptiles. A camino entre el mundo anfibio y el mundo terrestre, ágil y voraz depredador.
Hasta ahora, nunca antes se habían hallado fósiles de uno de ellos en estas latitudes, en las regiones actualmente templadas. Los ejemplares hasta ahora descubiertos estaban diseminados en Rusia y Sudáfrica.
“No sólo eso”, relata Josep Fortuny, uno de los directores de la investigación y experto en el Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP), “hasta ahora los restos hallados en todo el planeta databan de al menos 10 millones de años después que los que hemos encontrado en Mallorca”. Un lapso no muy grande en la monumental cronología de la Tierra, pero lo suficientemente extenso para replantear la historia conocida de esta especie ancestral, cuyo legado se inscribe en la misma línea evolutiva de los mamíferos que, tras ramificarse con el tiempo, precedió lejanamente a los humanos.

“UNA REVOLUCIÓN”
“Por la edad de los fósiles hallados, este descubrimiento revoluciona el campo de estudio de los antecesores lejanos de los mamíferos”, explica entusiasmado Fortuny a EL MUNDO desde su despacho del ICP.
Los gorgonópsidos, criaturas a medio camino entre los reptiles y los mamíferos, vivieron en el Pérmico, un período geológico de grandes y abruptos cambios que se extendió entre hace 290 y 250 millones de años aproximadamente y que marcó el fin de la era paleozoica.
Eran carnívoros y depredadores dominantes en su ecosistema, rico en otras especies y en alimento, pero desaparecieron a causa de la gran extinción de finales de esa era, la extinción masiva del Pérmico, la más devastadora de la historia de la Tierra.
En aquella época, Mallorca no existía, no era una isla. Su territorio actual estaba integrado en Pangea, el gran continente único. Y se encontraba para más señas en una latitud ecuatorial, aproximadamente en la franja geográfica donde hoy se ubican Congo o Guinea, en África. El clima de la zona era monzónico: se alternaban las estaciones húmedas con otras muy secas.
El enclave donde se ha descubierto el fósil más antiguo de gorgonópsido conocido hasta la fecha, que hoy es montañosa, era en aquel entonces una llanura aluvial donde el agua torrencial arrastraba sedimento, creando estanques temporales.
Lugares donde, según indican los fósiles hallados, acudían a beber y alimentarse esta y otras especies. En ese mismo entorno en Banyalbufar se halló recientemente otro fósil importante: el del Tramuntanosaurus, un reptil omnívoro, algo más pequeño y que constituyó igualmente un hito en la historia paleontológica de Mallorca, descrito en 2023.
“Sorprende la gran cantidad de restos óseos que hemos encontrado, desde fragmentos de cráneo, vértebras y costillas hasta un fémur muy bien conservado”, explica Rafel Matamales, conservador del Museo Balear de Ciencias Naturales (MUCBO) e investigador asociado del Instituto Catalán de Paleontología Miquel Crusafont (ICP), uno de los científicos que ha liderado el descubrimiento. “De hecho, cuando empezamos esta excavación nunca pensamos que encontraríamos tantos restos de un animal de este tipo en Mallorca”, confiesa.