¿Cómo sobrevivir?


El tema no es nuevo, más el cuestionamiento citado en el título de la columna, nos guste o no, está presente en diferentes procesos de la vida del ser humano principalmente en la adolescencia, la juventud, máximo si no naciste en cuna de oro o con ventajas y privilegios, más también puede estar en la actualidad en aquellos que están jubilados o que no les alcanza el salario de su jubilación para tener unas mejores condiciones de vida.
En la actualidad una parte del sistema cree que cambiando las leyes o dando ayuda económica permitirá a los adolescentes o jóvenes mexicanos tener un futuro más prometedor, la realidad es cruda, ya que desde hace siete años la ayuda crece y pese a eso el escenario para miles de jóvenes y adultos el presente se ve empobrecido y el futuro nada alargador. Las estadísticas no mienten: mayor deserción escolar y eficiencia terminal a la baja en todos los niveles educativos.
Estamos convencidos de que continuar con esta estrategia solo provocaremos que más jóvenes y adultos sean aglutinando por el crimen organizado, otros dejen de estudiar, trabajar (máximo cuando se dará apoyos a jóvenes solo por el hecho de ocupar dinero, tal como se anunció en el programa de bienestar el fin de semana), otros con el interés de salir adelante (por qué esta energía es parte del ser vivo), tengan que emigrar a los E.E.U.U., Canadá o Europa para salir adelante ya que el en el país la política, los partidos políticos, los políticos muestran en su generalidad una cara de corrupción, que quienes tienen visión, lógica no desea ni para ellos, ni para sus hijos ese futuro.
Durante gran parte de nuestra existencia quienes no tienen privilegios u oportunidades en donde nacen han logrado salir adelante gracias a un régimen de vida fincado en la disciplina, fortaleciéndose con la motivación y los deseos de éxito. Disciplina que implicaba hacer algo día a día, aunque no tuvieran deseos de hacerlo, este concepto marcó la vida de personas como Arnoldo Ochoa, Fernando Moreno, Silverio Cavazos (+), Mario Anguiano, Mely Romero, David Hernàndez, Griselda Martinez, Arnoldo Vizcaíno, Guadalupe Solís, Sr. Terrones, Sr. Guerrero, Esther Gutiérrez, Viri Valencia, Ernesto Terríquez, Mtro. Casian, Riulth Rivera, y otros tantos más que podemos mencionar y citar, que tuvieron en su momento que hacer sacrificios todos los días para estar y ocupar los lugares que tienen o tuvieron. Si alguno lo duda pregúntele, si en ocasiones los citados no tuvieron que hacer un lado las distracciones, incluso en momentos que deseaban rendirse.
Tener disciplina no es un camino fácil, como lo citamos, implica dejar de hacer muchas cosas a un lado, (incluso para aquellos que tienen ventajas y privilegios), dejar las excusas y los placeres inmediatos no hay otro camino si es que quieres conseguir algo grande tienes que renunciar a muchas cosas, entre ellos a la comodidad. Es algo duro, creo que a quienes cité les pueden decir de mejor forma, porque mantener una disciplina no es cuestión fácil y si no pregúntenle también a un fisiculturista.
Para reflexionar. De esta columna en adelante poco a poco dejaremos de tratar temas que tengan relación con decisiones políticas, las razones son variadas más comparto la fábula del tigre y el burro que nos llevó a la toma de la decisión: El burro le dijo al tigre: – El pasto es azul. El tigre respondió: – No, el pasto es verde. La discusión se calentó, y los dos decidieron someterlo a un arbitraje, y para ello concurrieron ante el león, el Rey de la Selva. Ya antes de llegar al claro del bosque, donde el león estaba sentado en su trono, el burro empezó a gritar: – Su Alteza, ¿es cierto que el pasto es azul?
El león respondió: – Cierto, el pasto es azul. El burro se apresuró y continuó: – El tigre no está de acuerdo conmigo y me contradice y molesta, por favor, castígalo. El rey entonces declaró: – El tigre será castigado con 5 años de silencio. El burro saltó alegremente y siguió su camino, contento y repitiendo: – El pasto es azul…  El tigre aceptó su castigo, pero antes le preguntó al león: – Su Majestad, ¿por qué me ha castigado?, después de todo, el pasto es verde. El león respondió: – De hecho, el pasto es verde. El tigre preguntó: – Entonces, ¿por qué me castigas?
El león respondió: – Eso no tiene nada que ver con la pregunta de si el pasto es azul o verde. El castigo se debe a que no es posible que una criatura valiente e inteligente como tú pierda tiempo discutiendo con un burro, y encima venga a molestarme a mí con esa pregunta. Por lo tanto, el necio y fanático al que no le importa la verdad o la realidad, sino sólo la soberbia, la victoria de sus creencias e ilusiones es perder el tiempo en exponerles la verdad.
Jamás perdamos tiempo en discusiones que no tienen sentido… Hay personas que por muchas evidencias y pruebas que les presentemos, no están en la capacidad de comprender, y otras están cegadas por el ego, el odio y el resentimiento, la soberbia y lo único que desean es tener la razón, aunque no la tengan. Por eso antes situaciones pláticas trataremos de hacer columnas de opinión con temas de reflexión en vez de hablar de la decisión política).
Para despedirme. La disciplina de la que hablamos es para quienes son jóvenes o adultos, no para niños o adolescentes, ya que la disciplina desde el hogar, se puede aprender más si se respetan los procesos de bebés, niños y adolescentes, sin lastimar sus virtudes y aplicándolas con amor. Volnuratus non victus (Herido, pero no derrotado). Nos vemos en otra entrega.