La Ciencia Confirma que Ver Arte Mejora la Actividad Cerebral


Un reciente estudio neurológico confirma que observar obras de arte auténticas genera una respuesta cerebral mucho más intensa que sus reproducciones. La investigación subraya el impacto emocional y cognitivo de las piezas originales, demostrando su poder para activar áreas cerebrales relacionadas con la autorreflexión y la memoria.
Un reciente análisis neurológico realizado en los Países Bajos ha confirmado que las obras de arte auténticas estimulan el cerebro de manera mucho más intensa que sus reproducciones. El estudio, encargado por el Museo Mauritshuis de La Haya, reveló que las respuestas cerebrales de los participantes fueron hasta diez veces más fuertes cuando interactuaron con las piezas originales.
El estudio, llevado a cabo por el instituto de investigación Neurensics y expertos neurológicos, empleó tecnologías avanzadas como el seguimiento ocular y la resonancia magnética funcional para medir la actividad cerebral de 20 voluntarios. Estos participantes, cuyas edades oscilaban entre los 21 y los 65 años, observaron tanto obras originales como reproducciones en formato de póster. Los resultados mostraron una diferencia abrumadora en la respuesta cerebral, lo que subraya el impacto único de las obras auténticas en la mente humana.
Según los investigadores, las obras originales activaron de manera significativa el precúneo, una región cerebral asociada con la conciencia, la autorreflexión y los recuerdos personales. Por ejemplo, al observar la pintura El violinista de Gerrit van Honthorst en su versión original, los participantes experimentaron un estímulo positivo mucho mayor que al ver su reproducción. Este hallazgo refuerza la idea de que las piezas auténticas pueden evocar emociones y conexiones más profundas.
El estudio también se centró en la famosa obra La joven de la perla de Johannes Vermeer, destacando cómo la pintura capturó la atención de los participantes de manera sostenida, generando un “bucle de atención” que se centraba en el ojo, la boca y el pendiente de perla de la figura retratada. Este fenómeno resalta la capacidad de las obras originales para mantener el interés visual y emocional de los espectadores.
Para medir las respuestas cerebrales, el equipo de investigación utilizó escáneres de electroencefalograma (EEG) y dispositivos de seguimiento ocular mientras los participantes observaban las obras. Además, realizaron pruebas adicionales utilizando resonancia magnética funcional en la Universidad de Ámsterdam para estudiar las diferencias en la actividad cerebral.
Martin de Munnik, cofundador de Neurensics, resaltó la importancia de medir las respuestas cerebrales en lugar de confiar únicamente en las percepciones subjetivas de los participantes. Según el experto, los resultados obtenidos fueron “extraordinarios” y refuerzan la idea de que las obras originales tienen un impacto único en el cerebro humano.
El profesor Erik Scherder, especialista en neuropsicología clínica, destacó la relevancia de la cultura en el desarrollo cognitivo, especialmente en los niños. La exposición a entornos culturales como los museos, explicó, puede influir de manera significativa en el crecimiento y la formación del cerebro.
Scherder también subrayó la importancia de proteger y fomentar el acceso a la cultura, especialmente en un contexto de recortes presupuestarios que afectan a áreas como la cultura y la educación. En este sentido, los resultados de este estudio podrían servir como un argumento para abogar por la inversión en instituciones culturales y programas educativos que promuevan el acceso al arte.
Martine Gosselink, directora del Museo Mauritshuis, expresó que siempre sospechó que la diferencia entre observar una obra original y una reproducción era real, pero que quería respaldar esta percepción con datos científicos. Tras los resultados del estudio, Gosselink afirmó: “Hoy podemos decir realmente que es verdad”.
Este estudio no solo refuerza la importancia de las obras de arte originales en el ámbito cultural, sino que abre nuevas posibilidades para explorar cómo el arte puede influir en la salud mental y el bienestar general, destacando su impacto en la actividad cerebral y el desarrollo cognitivo.