(2 de 2 partes)
LA SAL INSPIRÓ A UNA REVOLUCIÓN Y A LA INDEPENDENCIA DE UNA NACIÓN
En el Siglo XVIII, el impuesto a la sal, llamado gabelle, fue uno de los detonantes de la Revolución Francesa. El Estado tenía el monopolio de la venta de sal y los habitantes la compraban al doble de su valor real. Además, era obligatorio adquirir cierta cantidad, se consumiera o no, porque de no hacerlo, el castigo era la cárcel. Cada año tres mil hombres y mujeres eran condenados por delitos contra esta imposición. Esta fue una de las varias injusticias que se sumó para iniciar entre 1789 y 1799 la revuelta social que dio vida a la Primera República Francesa.
En ningún registro de la historia del mundo la sal ha sido tan inspiradora en un movimiento de libertad y de independencia como sucedió en la India. En 1930, Mahatma Gandhi, encabezó la “marcha de la sal” cuando su país estaba bajo el dominio de la Gran Bretaña que prohibía que los nativos produjeran y vendieran sal. La desobediencia era castigada con prisión. Ante la injusticia, Gandhi, después de recorrer 400 kilómetros, llegó a la costa acompañado por miles de personas que se unieron en el camino. Allí, al tomar un puñado de sal violó la ley británica y con este gesto que fue imitado por sus compañeros, inició un movimiento nacional que 17 años después le daría a la India su independencia
SIMBOLISMO DE LA SAL
En los pueblos primitivos la sal representaba lo perdurable, lo imperecedero por ser capaz de evitar la descomposición de los alimentos, sobre todo de la carne que se obtenía de la caza de animales.
Para el filósofo griego Homero era ‘divina’. Platón le dio el nombre de ‘sustancia de los dioses’. En la Biblia hay pasajes alusivos a que “nosotros somos la sal de la tierra” o que “Jesucristo es sal redentora que penetra el cielo y la tierra”. También, la sal, simboliza pureza. Puede ser que la referencia más impresionante es la narrativa de la Biblia es cuando la familia de Lot al salir de Sodoma y Gomorra fue advertida de no voltear para ver las ciudades incendiadas y destruidas. La esposa de Lot ignoró el mandato y fue convertida en estatua de sal. Lo curioso de este episodio es que ocurrió a la orilla del “Mar Muerto” que tiene un alto índice de salinidad, lo que lo ubica entre los más salados del mundo.
Para los griegos, árabes y hebreos, la sal fue un símbolo de amistad, de hospitalidad y fraternidad. Los egipcios la utilizaban para conservar los alimentos y en el proceso de momificación. Los alquimistas la posicionaron como el ‘quinto elemento’ después del fuego, tierra, agua y aire.
‘Tener sal’ es una expresión muy común para referirse a una persona que tiene gracia al hablar y un trato amable con los demás o porque tiene garbo.
Este producto marino y de extracción minera es materia prima que tiene más de 14 mil usos. El 60 por ciento de la producción mundial se utiliza en el proceso de productos industriales.