Marihuana y corazón: riesgos

El consumo habitual de marihuana puede incrementar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, según estudios recientes.

Estudios recientes advierten sobre el impacto del cannabis en la salud cardiovascular y la necesidad de mayor concienciación

A medida que la marihuana se vuelve más accesible y aceptada, la ciencia avanza en la comprensión de sus efectos sobre el organismo. Investigaciones recientes revelan que el consumo frecuente de cannabis puede aumentar significativamente el riesgo de infarto de miocardio, accidente cerebrovascular y enfermedad coronaria, incluso en personas sin antecedentes de tabaquismo.
Un estudio publicado en 2024 por el Journal of the American Heart Association analizó datos de más de 400.000 personas y encontró una relación directa entre el consumo diario de marihuana y un incremento en eventos cardiovasculares. Además, una investigación presentada en las sesiones científicas de la American Heart Association en 2023 confirmó que la frecuencia de consumo es clave: cuanto mayor es el uso mensual, mayor es el riesgo.
El doctor Oscar Cingolani, cardiólogo del Hospital Johns Hopkins, señala que “es muy difícil saber si ha aumentado la frecuencia de incidentes cardiovasculares asociados al cannabis, pero estos problemas siempre han existido y ahora los buscamos con mayor atención”. Según Cingolani, la marihuana puede inducir arritmias, palpitaciones y vasoespasmos en las arterias coronarias, lo que puede derivar en isquemias e infartos.
Un caso publicado en PubMed Central en 2023, con la autoría del doctor Muhammad Atif Khan, describe el caso de un hombre de 53 años que sufrió un paro cardíaco tras consumir marihuana. El paciente, que tenía antecedentes de hipertensión y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), presentó dificultad respiratoria y fibrilación ventricular, requiriendo reanimación durante 30 minutos. Se detectó un vasoespasmo severo en sus arterias coronarias, lo que refuerza la hipótesis de que el cannabis puede desencadenar eventos cardiovasculares graves.
Cingolani agrega que en su práctica clínica ha atendido casos similares en pacientes jóvenes, lo que evidencia un mecanismo bien documentado de afectación al sistema cardiovascular. Explica que “el consumo de marihuana puede provocar taquicardia, mayor demanda de oxígeno en el corazón y una disminución en la contractilidad cardíaca, además de un aumento en la carboxihemoglobina, reduciendo el oxígeno circulante”.
El impacto del cannabis en el corazón no es uniforme en toda la población. Factores de riesgo como hipertensión, diabetes, hipercolesterolemia o antecedentes familiares de enfermedad cardíaca pueden aumentar la susceptibilidad a eventos graves. Además, se ha observado que incluso el consumo ocasional y excesivo en personas sin antecedentes puede provocar arritmias o infartos.
Un estudio publicado en JAMA subrayó que los consumidores diarios de cannabis tienen un 25% más de probabilidades de sufrir un infarto y un 42% más de riesgo de accidente cerebrovascular. Este riesgo persiste independientemente de la forma de consumo, ya sea fumado, vaporizado o ingerido.
Nuevos desafíos: cannabinoides sintéticos
La aparición de sustancias como K2 y Spice, que imitan los efectos del THC pero con mayor potencia y riesgos desconocidos, plantea nuevos desafíos para la salud pública. Estas sustancias suelen ser indetectables en pruebas toxicológicas convencionales y están ganando popularidad, lo que podría aumentar los eventos adversos en consumidores desprevenidos.
Conclusión: información para decisiones responsables
Los hallazgos científicos recientes refuerzan la necesidad de mayor conciencia sobre los riesgos cardiovasculares del cannabis. Aunque su consumo es legal en muchas partes del mundo y cuenta con usos terapéuticos, es fundamental comprender sus efectos potenciales en la salud del corazón. La prevención y la información basada en evidencia son claves para tomar decisiones responsables sobre su uso.