Putin y Trump acuerdan pausa en ataques a infraestructura en Ucrania

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en una reunión previa sobre relaciones internacionales.

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sostuvieron una conversación telefónica en la que acordaron una pausa de 30 días en los ataques rusos contra la infraestructura energética de Ucrania. Este acuerdo, confirmado por comunicados oficiales tanto de la Casa Blanca como del Kremlin, representa el primer avance significativo en las negociaciones desde el inicio de la guerra a gran escala en febrero de 2022.

Según la Casa Blanca, la conversación entre los mandatarios duró aproximadamente dos horas y abordó no solo el cese de los bombardeos a la red eléctrica ucraniana, sino también la posibilidad de una tregua parcial en el Mar Negro. Además, se discutió la viabilidad de establecer condiciones para un alto al fuego total y una eventual resolución pacífica del conflicto.

Desde Moscú, el Kremlin informó que Putin ordenó a las fuerzas rusas detener los ataques contra la infraestructura energética de Ucrania, en lo que describió como un gesto inicial hacia la distensión del conflicto. No obstante, Rusia dejó claro que cualquier tregua definitiva dependerá de que Occidente detenga el suministro de armas y el apoyo logístico a Kyiv.

Por su parte, Donald Trump calificó la llamada como “muy buena y productiva” en su red Truth Social, asegurando que “el proceso de paz está en marcha y con plena vigencia”. Trump destacó que “miles de soldados están muriendo” y que tanto Putin como el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, “desean que esto termine lo antes posible”.

Sin embargo, Zelensky mostró cautela ante el anuncio, declarando desde Helsinki que su gobierno apoya la idea de una tregua en infraestructura, pero necesita “detalles claros” sobre los términos y condiciones. También insistió en que cualquier acuerdo de paz debe incluir la liberación de prisioneros de guerra ucranianos.

Los ataques rusos a la infraestructura energética de Ucrania han sido una estrategia recurrente desde el inicio de la invasión, provocando apagones masivos y afectando la vida cotidiana de millones de personas. En ciudades clave como Kyiv y Járkov, la falta de electricidad y calefacción ha obligado a los ciudadanos a depender de generadores y reservas de combustible.

Mientras tanto, el frente de batalla sigue activo. Poco después del anuncio del acuerdo, un ataque con drones rusos golpeó la región ucraniana de Nikopol, dañando viviendas y provocando apagones adicionales. En respuesta, Ucrania lanzó ataques con drones contra instalaciones energéticas en la región rusa de Astracán, dejando una persona herida y causando incendios.

El alto al fuego en infraestructura, aunque limitado, representa un alivio temporal para los civiles ucranianos, pero algunos analistas advierten que también podría beneficiar a Rusia. De acuerdo con el corresponsal de seguridad de la BBC, Frank Gardner, la pausa en los bombardeos podría permitir a las fuerzas rusas reorganizar su logística sin temor a represalias inmediatas.

En el ámbito diplomático, se espera que las negociaciones sobre el cese al fuego se trasladen a Medio Oriente, donde representantes de Ucrania, Rusia y Estados Unidos discutirán los próximos pasos para alcanzar un acuerdo de paz más amplio.

La comunidad internacional observa con cautela este nuevo capítulo del conflicto. Mientras en Alemania el ministro de Defensa, Boris Pistorius, describió a Putin como “la mayor amenaza para la seguridad europea”, desde Washington la administración Trump insiste en que este es un paso clave hacia el fin de la guerra.

Por ahora, el futuro del conflicto sigue siendo incierto. Las próximas semanas serán cruciales para determinar si este alto al fuego parcial puede traducirse en una tregua más duradera o si solo servirá como una pausa táctica en la guerra.