En una de las investigaciones más prometedoras de la fusión nuclear, el tokamak WEST (tungsten Environment in Steady-state Tokamak) ubicado en CEA Cadarache, Francia, logró un hito tecnológico al mantener un plasma de hidrógeno a una temperatura de 50 millones de grados Celsius durante 22 minutos, es decir, 1.337 segundos. Este avance, conseguido mediante el uso de tungsteno para resistir las extremas temperaturas, representa un paso crucial en la búsqueda de energía limpia e ilimitada a través de la fusión nuclear.
Este tipo de energía, similar a la que alimenta a las estrellas, podría ser la clave para resolver problemas ambientales globales, ya que no produce emisiones de carbono. A pesar de los logros, los investigadores continúan experimentando con mayores niveles de potencia, mientras esperan el inicio de operaciones del ITER, el tokamak más grande del mundo, en la década de 2030.
El éxito de WEST es un indicativo de que la humanidad avanza hacia el control del plasma y, posiblemente, hacia el futuro de la energía sostenible.