Nativos digitales, pero sin Excel: el desafío laboral de la Generación Z


Crecieron en la era del smartphone, dominan las redes sociales y son expertos en todo lo que implique un “scroll”. Sin embargo, cuando se enfrentan a una hoja de cálculo en Excel o a la organización de correos en Outlook, muchos miembros de la Generación Z –jóvenes menores de 30 años– se encuentran en terreno desconocido.

Así lo concluye un estudio realizado por The University of Toledo, en Estados Unidos, que pone en evidencia una paradoja llamativa: aunque esta generación ha crecido en medio del auge digital, no necesariamente cuenta con las habilidades tecnológicas que el mercado laboral exige.

Según el informe, el problema radica en una diferencia clave: consumo pasivo de tecnología vs. uso técnico y profesional. Es decir, el hecho de que un joven sea hábil usando Instagram, TikTok o YouTube no implica que sepa cómo trabajar con herramientas como Microsoft Excel, PowerPoint u Outlook.

“El error está en asumir que porque los jóvenes usan mucha tecnología, saben usar toda la tecnología”, explicó Gary Insch, uno de los autores del estudio. Y agregó que esta situación no se limita únicamente a la Generación Z: también se observa en algunos millennials, aunque en menor medida.

La investigación destaca que muchos jóvenes están más familiarizados con ChromeOS y las herramientas de Google, ampliamente utilizadas en contextos educativos. Sin embargo, en el mundo laboral la suite de Microsoft sigue siendo la norma, generando un desajuste entre las competencias adquiridas en la educación formal y las exigencias reales del mercado.

Por ejemplo, tareas como la elaboración de reportes, el análisis de datos o la gestión de correos empresariales requieren conocimientos en programas como Excel y Outlook, habilidades que no se desarrollan navegando en redes sociales.

Los millennials –nacidos entre los años 80 y mediados de los 90– suelen estar mejor preparados. La razón: muchos de ellos cursaron asignaturas de informática en la escuela, cuando el aprendizaje de programas como Word o Excel era central en el currículo.

En cambio, la Generación Z creció en una etapa donde el acceso a la tecnología estaba más vinculado al entretenimiento, sin que eso se tradujera necesariamente en alfabetización digital aplicada al trabajo.

La situación supone un desafío concreto para los empleadores, que deben invertir recursos en capacitación para que sus nuevos empleados puedan desenvolverse con herramientas básicas. Esto puede afectar la productividad e incluso el proceso de integración de los jóvenes a la cultura organizacional.

Para revertir esta tendencia, el estudio propone reformar los planes de estudio, incorporando formación práctica en herramientas tecnológicas laborales, y al mismo tiempo sugiere que las empresas ofrezcan programas internos de entrenamiento.

Más allá de los memes y la fluidez digital aparente, el diagnóstico es claro: ser nativo digital no significa estar preparado para el mundo del trabajo. Y mientras esa brecha no se cierre, los desafíos para la Generación Z seguirán presentes.