Kami Rita rompe su propio récord mundial al llegar por 31ª vez al Everest en una temporada marcada por retos, riesgos y reconocimiento pendiente.
El imbatible Kami Rita, conocido mundialmente como el Hombre del Everest, ha vuelto a hacer historia. Este 27 de mayo, a las 4:00 de la mañana hora local, alcanzó por 31ª vez la cima del monte Everest, superando una vez más su propio récord mundial de ascensos al techo del mundo.
A sus 55 años, este legendario alpinista lideró una expedición del ejército indio, acompañado por 27 sherpas, reafirmando su condición de leyenda viva del Himalaya. No se trata solo de números, sino de un testimonio humano de resistencia, compromiso y legado.
¿QUIÉN ES KAMI RITA?
Nacido en enero de 1970 en Thame, un pequeño pueblo enclavado en el distrito de Solukhumbu, Nepal, Kami Rita creció respirando el aire del Himalaya. Proviene de una familia sherpa profundamente ligada al montañismo: su padre fue uno de los pioneros en guiar expediciones tras la apertura del Everest a los alpinistas extranjeros en los años 50.
Inspirado por esta tradición, Kami Rita escaló el Everest por primera vez en 1994. Desde entonces, ha regresado a sus laderas año tras año, salvo en tres ocasiones en que la montaña estuvo cerrada. Hoy, acumula 31 cumbres en el Everest y 40 ascensos a montañas de más de 8 mil metros, incluyendo gigantes como el K2, Cho Oyu, Manaslu y Lhotse.
MÁS QUE UN RÉCORD
Para Kami Rita, escalar no es una hazaña egoísta ni un mero reto deportivo. Es, ante todo, una forma de honrar a su pueblo y sustentar a su comunidad. Como ha expresado en más de una ocasión, los récords tienen su lugar, pero su verdadera motivación radica en “dar visibilidad a Nepal y a los sherpas”, y en asegurar el bienestar de su familia.
Su trayectoria simboliza la evolución del rol de los sherpas, históricamente considerados solo porteadores, hacia el reconocimiento como atletas de élite y pilares fundamentales del éxito en las expediciones. La historia de Kami Rita es, en muchos sentidos, la historia de una comunidad que ha resistido, guiado y salvado innumerables vidas en la alta montaña.
UN SÍMBOLO DE LUCHA Y ESPERANZA
Pero su historia también pone en primer plano los desafíos contemporáneos del Himalaya: la masificación del Everest, el impacto ambiental del turismo de altura, y la tensión entre tradición y modernidad que enfrentan las nuevas generaciones de sherpas.
Cada ascenso de Kami Rita no es solo un logro personal; es un acto de resistencia cultural, una proclamación de identidad y una inspiración para futuras generaciones de montañistas y nepaleses. Con su 31ª cima conquistada, Kami Rita no solo agranda su leyenda: consolida su lugar como uno de los más grandes alpinistas de todos los tiempos, y como el símbolo indiscutible de la resiliencia sherpa en la cumbre del mundo.
RÉCORD CONFIRMADO EN UNA TEMPORADA CRÍTICA
El récord de Kami Rita Sherpa al alcanzar la cima del Everest por 31ª vez lo mantiene como el ser humano con más ascensos al punto más alto del planeta (8,848.86 metros sobre el nivel del mar). Su hito fue confirmado por el Departamento de Turismo de Nepal y la empresa Seven Summit Treks, con la que colabora regularmente.
Esta nueva cima se produjo en el contexto de la temporada primaveral de ascensos, que va de abril a finales de mayo, cuando las condiciones meteorológicas son más estables. En 2024, el gobierno de Nepal emitió 421 permisos para escaladores extranjeros, un número ligeramente menor que los 478 otorgados en 2023, a un costo de 11 mil dólares por persona.
Esto representa una fuente de ingresos clave para el país, aunque también ha intensificado las preocupaciones sobre el “overtourism” en el Everest. Se calcula que, sumando guías, porteadores y personal de apoyo, cerca de 900 personas intentaron la cima este año.
CONDICIONES EXTREMAS Y RECONOCIMIENTO PENDIENTE
El ascenso de Kami Rita también refleja las duras condiciones que enfrentan los trabajadores de montaña en Nepal. De acuerdo con el Himalayan Database, al menos 335 personas han muerto en el Everest desde que se registraron los primeros ascensos en 1953. La mayoría de las víctimas han sido guías o porteadores nepaleses.
En la presente temporada 2024, al menos seis personas han fallecido hasta la fecha, lo que vuelve a encender el debate sobre la seguridad en la montaña y la creciente presión sobre los sherpas.
El Everest genera ingresos por más de 5 millones de dólares anuales solo en concepto de permisos de escalada, sin contar logística, transporte, hospedaje y servicios asociados. Sin embargo, solo una fracción de esas ganancias se redistribuye directamente entre los trabajadores de montaña como Kami Rita.
