Tenemos mucho que celebrar
Una de las actitudes que poco a poco se han ido muriendo es el patriotismo. Estamos en pleno mes de septiembre y no hay ese entusiasmo manifestado a lo grande por celebrar nuestra mexicanidad.
Todo por un error que se ha ido ampliando en los mexicanos actuales. El error consiste en pensar que, si celebramos que somos mexicanos, estamos celebrando al gobierno en general, y este es el gran error.
A muchos conocidos, vecinos, familiares les pregunto: “¿Ya pusiste tu banderita mexicana?” Y esa pregunta pareciera ser un callo que se pisa, y muchos hasta contestan: “Qué banderita, ni que ocho cuartos”. O empiezan a hablar con palabras altisonantes, con ideas como: “Ya ves como ha sido nuestro gobierno, antiguo y actual, y el país está como está por culpa de ellos”, y puras expresiones de este tipo.
Y por esa razón ya no quieren poner banderas, ni comprarles cornetitas a sus niños, no ponen pendones en sus balcones, etc. Es más, ni siquiera escuchan la ceremonia de El Grito, porque argumentan que es mejor ver alguna película en alguna plataforma de streaming.
Así que, gracias a un concepto equivocado, el patriotismo poco a poco se ha ido acabando. Y no, la culpa no la tiene el gobierno, sino los mexicanos, por creer que el gobierno es México.
Entonces: ¿Qué es lo que tenemos que celebrar? Primeramente, que somos un país libre y soberano, lo que significa que no somos una sucursal de otra nación, y que tenemos nuestras propias leyes y reglamentos.
Que no estamos, pues, bajo el yugo de otro país, como lo estuvimos de España, y que nos libramos de ella a través de la Guerra de Independencia, que inició Don Miguel Hidalgo y Costilla, prosiguió José María Morelos y concluyó Don Vicente Guerrero.
Es cierto que nuestra fiesta de independencia debiera festejarse el 21 de septiembre, que es la fecha en la que esta realmente se consumó. Pero, “haiga sido como haiga sido”, de todas maneras, fue en septiembre.
Así que, queda como remarcado que nuestras fiestas patrias sí deben ser en septiembre. Esto es en cuanto a lo histórico; pero, también podemos celebrar nuestra gastronomía, que es muy diversa debido a sus treinta y tres estados; porque hay que recordar que Ciudad de México ya es una entidad más, la más joven de todas.
Hay algunas comidas que muchos colimenses no conocemos de otras entidades del país. Yo, por ejemplo, no sé que es un pambazo, pues en Colima un pambazo es un zape.
En otras entidades no han probado el ceviche de pescado porteño, ni la tahitiana, ni las tortas estilo Manzanillo, el pozole seco, el tatemado colimense, etc., y, por esa diferencia gastronómica a muchos se nos hace chistoso que las quesadillas de Ciudad de México no lleven queso.
Los chiles en nogada de Puebla muchos fuera de esta entidad no los conocemos, como tampoco las tlayudas de Oaxaca. Simplemente, sabemos que son platillos que existen, y que amplían la riqueza gastronómica de nuestro país, pero no los hemos probado.
Algo muy curioso de México, que al parecer solamente los extranjeros lo notan, es que cada estado pareciera que fuera un país diferente, porque, de una entidad a otra, no solamente cambia la gastronomía, sino la misma gente.
Esa diversidad étnica también se celebra, porque hay zonas donde la gente es muy alta y otras donde predominan los chaparritos, unas donde abundan los blancos o güeros, y otras en donde predominan los morenos, e inclusive las artesanías cambian, y eso también se celebra.
México está considerado uno de los países más megadiversos del mundo, por su flora, por su fauna, por sus ecosistemas, por sus climas, playas, desiertos, bosques, montañas, volcanes, etc. Todo esto es lo que debemos celebrar.
Qué curioso que todo lo que nosotros menospreciemos, los extranjeros lo valoran tanto, que es lo que los enamora de nuestro país, al grado de quedarse a vivir en nuestro país, y hasta nacionalizarse como mexicanos. O sea, que puede más la belleza de nuestra nación que los dólares o euros.
Lo curioso es que muchos españoles prefieren vivir en México, que en España, y muchos cubanos que buscaban el sueño americano, hoy buscan el sueño mexicano.
Y todos coinciden en quedarse por lo bonito que es México, lo diverso, por su calidez humana, que en otros lugares no hay, porque en otras partes ni saludan, ni agradecen, ni son solidarios.
Somos un país deseado. No por nada somos el país de América Latina con más turismo o visitantes internacionales.
Qué triste que muchos extranjeros visitan nuestro país para participar de la noche del Grito de Independencia y presenciar los desfiles del 16, y si por alguna razón no pueden venir, buscan a algún mexicano importante en su país, para que les dé El Grito, ya sea en una embajada, en una plaza o hasta en un restaurante.
Como podemos ver, el patriotismo no es hacia el gobierno, y sí tenemos mucho que celebrar.
Así que, hagamos de lo que queda de este mes una fiesta, porque México se la merece.
Olvídese de los gobiernos, porque estos van y vienen.
Celebre que tiene el privilegio de ser mexicano. Así de simple.
Y qué viva México.
Qué tenga un bonito día
