Docta. Julia O´Malley
Apreciado Lic. José Francisco Vázquez Martínez:
Escritores, ¡hay escritores! Aquí en nuestra Universidad, algunos van a la biblioteca, se llenan de libros y consultan, ojean uno que otro, sacan una oración y van en busca de otra, esos modernos y acartonados fríos escritores abundan, donde las estructuras calculadas y métricas, olvidan la esencia de lo que es realmente la elaboración de un escrito, fuere el que fuere, hasta los historiadores que, como actas de asambleas o bibliografías, logran con ese esfuerzo llamarse escritores.
Mi amigo José, la obra que tienes es sencilla, sin búsqueda de frases o temas difíciles de entender, en ella no he visto palabra que no sea comprendida, por el más neófito lector o el erudito maestro en las letras, que busca distinguirse por su calidad en conocimiento del léxico, tratando que lo coloquen en un status diferente.
Observo, creo en lo que es lo más grande de la escritura, la sencillez, claridad, limpieza y forma de expresión captada de todos los estratos sociales.
Para mi contienen tus relatos, leyendas, anécdotas y actos chuscos, (¿se dice así?), la esencia que el escritor con su espíritu deja en cada lector, el entusiasmo de continuar con la lectura.
Con detenimiento saboree el contenido de tus novelas, con gran alcance en el mensaje cotidiano, que al ser perdidos los grandes hombres de los “barrios” (así se llaman, ¿verdad?) y pueblos, tú los retomas y magistralmente los devuelve a la vida, que indudablemente nos hace que participemos con nuestra imaginación, en escenas vistas por los demás, empero, cada uno coloca a su manera la vivencia mágica que nos propone.
Lo he visto, mi amigo José abordar el transporte de la vida, donde mucho de los escritores viajantes se colocan en el primer lugar, no queriendo o permitiendo espacio al nuevo pasajero, no desean bajar ni dejar su tiempo, como si fueran dueños del coche colectivo de la vida de los escritores, tu mi amiguito, llegas al destino y con una facilidad después de terminar la labor, con humildad te coloca en el último asiento para que el chofer indique pasar al primer plano, cumpliendo su cometido sin el interés de fama o fortuna, solo con el humilde premio de haber intentado con esfuerzo otro episodio del viaje.
Ya palpé lo que manifiesta tu persona, su imaginación en la mayoría de las veces loca, que necesito recurrir al diccionario por los cuánticos regionales de su pueblo en sus obras, pero comprensible armoniosamente, con un renovado ímpetu en cada uno de sus libros que nos obsequias, emprende y nos deja como testimonio blanco, del que no se impulsa en la búsqueda de un lugar en el pabellón de los protegidos, por la relación o convivencia con los grandes.
Me agrada tu persona, no sé si esté bien decirte, que es la magia que imprimes en mi imaginación, por haberte conocido en mi servicio a la comunidad, en la ciudad de Guadalajara, mediante estudios de Gerontología, gracias a ti que guardo en mi memoria, esa forma de decir las cosas en conversaciones, con palabras fuertes o malas, pero graciosas, entusiastas por como lo hace y dice, a diferencia de mi nación que tiene culturas mezcladas, cuya mezcolanza de idiomas y convivencia nos hace no tan definidos, como la alegría y particularidad de lo que ustedes son, porque además ser de varias razas, conservan el sabor central del mexicano, su provincia es fabulosa, gracias por darnos a conocer su cultura, e identidad de la sociedad de Colima por sus personajes, ustedes de ese mundo sin igual y mágica sabiduría.
Disculpas por una comunicación difícil por la distancia, pero guardo en mi corazón al mexicano colimense, que me mostró con sus libros a su hermoso pueblo.
Adiós.
Docta. Julia O´Malley. 117 Ratoahi Estate. Cabra West. Dublín 7. Irlanda
