Un estruendo poco común interrumpió la calma en el Progressive Field: un batazo de foul de Ángel Martínez hizo añicos la cámara colocada detrás del plato en pleno inicio de los playoffs.
El lente no resistió el impacto de una recta de 100 millas por hora de Tarik Skubal, y el sonido del vidrio rompiéndose se escuchó con claridad en la transmisión gracias a un micrófono situado a un costado.
La escena provocó la reacción inmediata de los comentaristas de ESPN, Sean McDonough y Todd Frazier, quienes aclararon al aire que la cámara destrozada no pertenecía a su transmisión.
El juego se detuvo brevemente para que el personal de mantenimiento retirara los fragmentos de cristal que habían caído sobre la franja de advertencia.
Por fortuna, el accidente no pasó de lo curioso. Una semana antes, en el mismo parque, un lanzamiento de Skubal desviado tras un contacto accidental golpeó en el rostro a David Fry, en un episodio mucho más preocupante.
Martínez sobrevivió a ese turno con un sencillo, avanzó a segunda en un wild pitch y anotó con imparable de Gabriel Arias. Fue la única ocasión, en las ocho entradas que abrió Skubal, en la que el primer bateador de la tanda logró embasarse, y terminó siendo la única carrera que recibió.
Más allá del incidente con la cámara, lo de Skubal fue una joya de pitcheo: trabajó siete entradas y dos tercios con solo tres hits, tres bases por bolas y 14 ponches, récord personal y también marca para un lanzador de los Tigres en un juego de postemporada.