Añoran al FONDEN
Después de que el expresidente de la República anunciara en una de sus acostumbras mañaneras la desaparición del Fondo Nacional de Desastres (FONDEN), porque se acreditó que se había convertido no en caja chica como se acostumbra decir, sino en caja grade para las cúpulas políticas, optó el expresidente por desaparecer ese fideicomiso que, en ese momento, apenas tenía un fondo de 4,911 millones de pesos, según lo informó el señor Arturo Herrera, titular de la Secretaría de Hacienda Crédito Público, en ese tiempo. Aunado a lo anterior, la (ASF) organismo de supervisión, informó a la Cámara de Diputados, el 14 de octubre de 2020, que no era posible auditar el destino de aproximadamente 25 mil millones de pesos del FONDEN, correspondientes a los años 2018 y 2019, debido a la falta de información. Más claro ni el agua.
Se acreditó que los recursos del FONDEN fueron desviados para otros fines, dejando a las comunidades afectadas por fenómenos meteorológicos sin la ayuda inmediata en sus afectaciones. Entonces, pues, los recursos que fueron destinados para los desastres naturales, los gobiernos prianistas los manejaron con opacidad, falta de transparencia y corrupción. También se acreditó que el FONDEN, en el tiempo que estuvo activo, era un barril sin fondo. Proveedores cercanos a la Secretaría de Gobernación vendían insumos, despensas, cobijas y carretillas a precios inflados sin licitación, lo que convertía al fondo en un negocio seguro donde las ganancias se repartían entre los más influyentes y allegados a dicha Secretaría.
En el FONDEN para que los estados pudieran recibir parte de los recursos, se tenía que hacer una declaración de emergencia o de desastre natural. Con muchas limitaciones y un burocratismo propio de los gobiernos prianistas.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, anunció el 14 de octubre, que el país cuenta con un presupuesto de 19,000 mil millones de pesos, para responder de inmediata a las urgencias por fenómenos naturales, no como antes, que se tenían barreras burocráticas infranqueables para hacer uso de los recursos de ese fondo. No así para los políticos que lo usaban a manos llenas sin rendir cuentas a nadie. Como en el caso de Enrique Peña Nieto, que quebró al FONDEN con una deuda de 13 mil millones de pesos. Según lo explica la presidenta Claudia. Expresó, el FONEN no tenía dinero, tenía deudas.
Sin embargo, los opositores conservadores de Acción Nacional (PAN) y sus matraqueros, que están rompiendo sus vestiduras porque, según ellos, fue un gran error de parte de López Obrador desaparecer ese fondo, pues lo añoran porque fue la caja grande. Ellos son los que se fundaron para ir en contra de las acciones de gobierno del presidente Lázaro Cárdenas del Río, los que no querían la expropiación petrolera, descendientes de aquellos que fueron a ofrecer la corona a Maximiliano de Habsburgo y su esposa Carlota de Bélgica.
Y otros opositores vende patrias como los priistas, que viajaron a la Casa Blanca a pedirle a Trum que invadiera a México. Además, los intelectuales orgánicos no le perdonan al expresidente Obrador el haberles quitado privilegios que gozaban gracias a los contratos millonarios de publicidad que les pagaban los gobiernos anteriores. La fila de críticos que tiene el gobierno de Morena es larga. A ellos se le suman los que protestan por naturaleza, pero no proponen nada. El pueblo, al final, ya los conoce y sabe de qué pie cojean.
El Fonden, cuando estaba en funciones, era un organismo de lo más tardados para distribuir recursos a los damnificados por algún desastre natural. Contrario a lo que afirman los críticos de Claudia, quienes decían que era un mecanismo especializado y ágil, la realidad demuestra lo contrario.
Siempre la mentira de los conservadores; pero ya no engañan a nadie. Ahora los recursos llegan de inmediato y son entregados directamente a los afectados, sin intermediarios, como se usaba en tiempos pasados, cuando se desviaban por los intermediarios.
Las inundaciones de hace poco reactivaron la narrativa de los opositores, que culparon al gobierno por la tardanza en la entrega de recursos. Se trata de pura demagogia con la que, como hacían antes, buscan influir en la población y ganarse su confianza a base de infundios. Por último, las cosas como son.
