Adolescentes y la brecha en ciencia y tecnología

El interés de las niñas por la ciencia y la tecnología cae drásticamente en la adolescencia; expertas destacan la importancia de referentes y una educación más inclusiva.

A pesar del talento demostrado en la infancia, muchas adolescentes pierden interés por las disciplinas STEM debido a estereotipos, falta de referentes y un sistema educativo que no fomenta su participación
Cada 11 de febrero, el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia pone en foco una preocupante realidad: la baja representación femenina en las disciplinas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). A nivel mundial, las mujeres solo constituyen el 33,3% del personal investigador, y en España apenas un 14,6% de las estudiantes de informática y menos del 30% en ingenierías son mujeres.
Más allá de las cifras, el problema se gesta mucho antes de la vida profesional. Estudios como el de Microsoft han identificado que, a partir de los 16 años, las niñas experimentan una caída drástica en su interés por la ciencia y la tecnología. Detrás de este fenómeno hay una combinación de estereotipos de género, falta de confianza en sus habilidades y una educación que no presenta estas áreas de manera atractiva ni aplicable a la vida real.
Uno de los factores clave es la percepción de que las disciplinas STEM son “difíciles” o “aburridas”, algo que se refuerza en la adolescencia. Según Alicia Mancheño, del consejo asesor de Technovation Girls, “las niñas llegan a creer que la ciencia no es para ellas, que no son buenas en este campo o que no es divertido”. Además, destaca que las mujeres suelen ser más autoexigentes y menos propensas a confiar en su propio desempeño en matemáticas y ciencias.
El sistema educativo también juega un papel crucial. Carmen López, responsable de Ingeniería en BBVA España, señala que en muchos casos la enseñanza se centra en aprobar exámenes en lugar de fomentar la curiosidad científica. Esto, sumado a la falta de referentes femeninos en STEM, contribuye a que las adolescentes se alejen de estas disciplinas.
Para combatir esta problemática, diversas organizaciones han desarrollado estrategias para acercar a las niñas al mundo STEM. Una de ellas es el programa Technovation Girls, que desafía a niñas de 8 a 18 años a desarrollar aplicaciones móviles para resolver problemas comunitarios, enseñándoles programación, liderazgo y trabajo en equipo.
Desde BBVA, iniciativas como el Club BTechGirls buscan inspirar a las jóvenes y ofrecer modelos a seguir en tecnología. Según López, “una medida clave es proporcionar plataformas que empoderen y eduquen a las jóvenes desde temprano en sus vidas académicas”.
El papel de la familia y el entorno también es determinante. Mancheño destaca el “Efecto Pigmalión”, que sugiere que las expectativas de los padres y profesores influyen en la confianza de las niñas en sus habilidades STEM. “Si les dicen que las matemáticas son difíciles o que la ciencia no es para ellas, abandonarán pronto. Si reciben refuerzo positivo, crecerán en confianza y se sentirán capaces de seguir estos caminos”, explica.
Además, la experta enfatiza la importancia de mejorar las capacidades pedagógicas en estas áreas: “Una buena profesora de matemáticas o física, que haga atractiva la materia, puede marcar una gran diferencia en el número de estudiantes que eligen carreras científicas y tecnológicas”.
En un mundo donde la tecnología y la innovación son motores de desarrollo, la incorporación de más mujeres en STEM no solo es un asunto de igualdad, sino de progreso. “La diversidad de pensamiento promueve mejores soluciones a problemas complejos. Empresas con equipos diversos son más innovadoras y eficientes”, apunta López.
Además, la creciente relevancia de la inteligencia artificial plantea desafíos en términos de sesgos de género en los algoritmos. “Para diseñar modelos de IA inclusivos y neutrales, se necesita talento diverso en los equipos que los crean”, advierte Mancheño.
Cerrar la brecha de género en ciencia y tecnología no solo permitirá mayor independencia económica y oportunidades para las mujeres, sino que contribuirá al avance en medicina, energía, infraestructuras y otros sectores clave. Iniciativas que fomenten el interés de las niñas por estas disciplinas desde edades tempranas son esenciales para lograrlo.