Oficio en peligro de extinción se mantiene con ahínco y deseos de servir
Telegrafistas, también antiguos, ya desaparecieron por quedar obsoletos
En los últimos años, el envío de cartas y correspondencia en general ha decaído mucho, superado ampliamente por la tecnología; en especial, por los correos electrónicos y los mensajeros, que permiten la comunicación al momento a través de las redes, que son lo de hoy.
UNA DIFÍCIL COMPETENCIA DÍA A DÍA
Sin embargo, a diferencia del telegrama, que no pudo soportar la competencia de la moderna tecnología, el correo postal se mantiene luchando por sobrevivir hasta el día de hoy, y, en una labor admirable y estoica recorren colonias, barrios, poblaciones e, incluso, suben a los cerros para llevar la correspondencia, lo que muchas veces no se les agradece, pues es cobranza o notificaciones de empresas y, lo más benigno, publicidad.
Pero, todavía quedan algunos paisanos que viven en otras naciones que siguen mandando correo físico en sobres con cartas, fotos, regalos y muchas otras cosas a través del Servicio Postal Mexicano, SEPOMEX, o giros para cobrar envíos de dinero que les hacen allende las fronteras. También han sido desplazados por las empresas de mensajería, aun cuando sus servicios son por mucho más caros.
IDENTIFICANDO A TODO UN BARRIO DE LA CIUDAD
En nuestro municipio han tenido que cambiar mucho de domicilio, pues no cuentan con un edificio propio, y no obtienen recursos suficientes como para adquirirlo. Por años se les recuerda en el edificio federal allá por los años setenta y principios de los ochenta. Ahí permanecieron tantas décadas, que a todo ese barrio, incluyendo al Sector 4, en su andador 5 de mayo y los que de ahí se desprenden, se le llamó el Barrio de Correos, y no falta quien todavía se refiere a éste con ese nombre; claro, porteños de cepa, siendo que este barrio originalmente era conocido como el Barrio de la Chancla, cuando empezó Manzanillo Centro a poblarse, y posteriormente, pudo haberse identificado más con el de la Crom, pues los estibadores siempre han tenido por ahí sus sedes; pero no, era más tradicional todavía el Servicio Postal Mexicano (SEPOMEX).
También muchos trabajadores de esa empresa, por la cercanía a su centro laboral, vivían en esa área. Claro que estamos hablando de tiempos pasados, donde no había tantos nuevos fraccionamientos. Luego estuvieron por muchos años en el Centro Comercial, donde tenían unas muy buenas oficinas, amplias y cómodas, y parecía que ese sería su asentamiento definitivo, donde tendrían estabilidad; pero nuevamente tuvieron que mudarse al bajar el número de usuarios debido a las nuevas tecnologías, para irse a un lugar más pequeño sobre la calle Vicente Guerrero, a media cuadra del mercado municipal 5 de mayo, donde hasta la fecha se ubican.
Se recuerda que treinta años hacía atrás en nuestro puerto, cada 12 de noviembre, Día del Cartero y el Empleado Postal, se hacía un gran evento, donde había baile, cena, convivencia y una rifa en el edificio federal, presidido por Don José María “Chemita” Sandoval (uno de los primeros cronistas no oficiales del puerto). Todo el puerto, entonces aun relativamente pequeño, se hacía eco de esta pachanga, y participaban gustosos en la gran rifa que se organizaba con tal de apoyarlos en su día social, ya que los carteros eran muy apreciados por todos.
UNA BREVE RESEÑA HISTÓRICA DE UN IMPORTANTE SERVICIO
En 1521 desaparece el sistema de correo prehispánico a base de postas humanas, con mensajes verbales, con jeroglíficos o dibujos que eran sellados con placas de barro horneado y tintas vegetales indelebles, los cuales partían tanto de Veracruz, en la costa del Golfo de México, como de Salagua, en la costa del Pacífico, para ir ambas rutas hacia el centro del país. En 1856, ya siendo México independiente, el Presidente de la República en ese entonces, Ignacio Comonfort, establece el Correo Mexicano, nombrándose como su primer administrador general a Don Guillermo Prieto, utilizándose el franqueo de estampilla.
En 1928 se establecen las primeras oficinas oficiales de Correos en Manzanillo, denominadas La Casa del Timbre, atendidas por Don Apolonio Fuente, ubicadas en la calle Principal o México, esquina con Obispo Vargas, hoy calle cerrada 10 de mayo, dentro del predio donde después se construiría el edificio Moreno. El 6 de agosto de 1932 es asesinado en Camotlán de Miraflores Pedro Núñez Buenrostro, dinámico e infatigable líder campesino, que murió en aras del reparto agrario y que también hizo mucho por dotar del servicio del correo a nuestra zona rural.
LOS AÑOS DORADOS EN EL EDIFICIO FEDERAL
En abril de 1937 termina la construcción del Edificio Federal de Manzanillo, donde se instalan la Aduana Marítima, Correos, la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología, la Agencia del Ministerio Público Federal, la Administración Regional de la Oficialía Mayor de Occidente de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y los Almacenes de la Aduana Marítima. El 26 de octubre de 1952 se funda la oficina de Correos en la población de Santiago, siendo su iniciador José Hilario García Corona, estando ubicada en la calle 28 de agosto, número 9.
DANDO IDENTIDAD A LAS PARTES ALTAS DE LA CIUDAD
Fue a partir de la entrada del nuevo Siglo XXI que el avance de la tecnología fue imparable, haciendo menguar el servicio postal mexicano a su mínima expresión. Cabe señalar que fue por este servicio que los cerros del casco urbano son identificados como sectores numerados, nomenclatura que permanece hasta hoy, y que permite ubicar de mejor manera un domicilio en estas partes altas, a saber: El Sector 1, que corresponde al Cerro de El Viejo Vigía, y el de al lado, pegadito, que muchos llaman El Vigía Chico, es el Sector 2.
El 3 corresponde a lo que era el Barrio de La Pedregosa, y ahora en su primera parte se le conoce como San José que tiene varias elevaciones pegadas y llega hasta la salida de la ciudad rumbo a Campos, en gran parte de forma paralela a la Unidad Habitacional Padre Hidalgo, donde incluye entre sus picos, como si fuera una cordillera, el Cerro de Las Antenas y el más emblemático del Centro Histórico, el de la Cruz. El Sector 4, por su parte, es conocido como el Barrio de Correos, en su cara hacia el mar, por la Juárez, aunque tiene faz también hacia la laguna, por la calle Hidalgo, por su otro lado, teniendo como límite la calle Porfirio Díaz, Cortada o Cañón. Incluye al Palacio Municipal.
Después de la calle Porfirio Díaz, que atraviesa la estribación cerril, se continúa con el Sector 5, que entre otros barrios incluye el de La Estación y del lado de la laguna el del icónico Túnel. Hay que decir que este cerro está atravesado por debajo por un túnel que hizo el gobierno del Gral. Lázaro Cárdenas en los años treinta, y que une al mar con la laguna, saneándola. Posteriormente se abrió El Tajo (calle J. Jesús Alcaraz), con la idea que fuera el canal de navegación portuario y entraran por él barcos a la laguna de Cuyutlán, lo cual, no se concluyó, pero sí creó un nuevo Sector, que es el 6, y en su cara hacia el mar, incluye al barrio de La Playita de En Medio.
Luego se llega a San Pedrito, que originalmente era un pueblito aparte de la ciudad, siendo el oficio de sus habitantes la pesca en la laguna de San Pedrito, de donde sacaban tanta jaiba y camarón, que hasta sostenía a varias cooperativas. El Cerro junto a la mencionada laguna fue donde Lázaro Cárdenas construyó el magno Hospital Civil, y en torno se fue llenando de casitas que conforman el Sector 7, que tiene en su haber tres barrios, por lo menos, que son el de La Parota, San Pedrito El Alto y el de El Tanque. Finalmente, más recientemente se ha hablado de nuevos sectores, mucho más pequeños y con menos tradición, como son el 8 y el 9, entre San Pedrito y Las Joyas.
BUZONES CITADINOS FAMOSOS, INCLUYENDO AL CÉLEBRE DE DON TACHO MUÑOZ
Aunque SEPOMEX tenía su oficina por muchos años en el edificio federal, ubicado sobre la calle Morelos, tenía buzones en diferentes partes de la ciudad, en donde los porteños podían depositar sus cartas, siendo los más populares el de la Central Camionera, en la colonia Libertad; en la Tienda Nueva, sobre la calle México, con su gran buzón afuera junto a una rústica banca de madera; y el más popular y concurrido, el de Don Tacho Muñoz, a un costado del Jardín de Niños Miguel Hidalgo, también en la calle Principal o México (antes de La Laguna). Era el favorito de los manzanillenses, porque Don Tacho estaba facultado para vender timbres postales, a diferencia de todos los demás.

Casa del timbre de Manzanillo en la esquina de las calles México y obispo Vargas, hoy 10 de mayo, en las primeras décadas del siglo pasado.
SOBREVIVIENDO AL MUNDO MODERNO Y COMUNICADO AL INSTANTE
Fue el 12 de noviembre de 1931 que se celebró por primera vez el día del Cartero, hace casi 92 años. Fue en ese año que un ferrocarril que transportaba correspondencia militar y 50 millones en oro volcó, y el contenido importante corría el riesgo de perderse, pero un cartero entregado a su labor decidió que entregaría la correspondencia pasara lo que pasara. Así fue como este acto de esfuerzo, profesionalismo y honestidad fue reconocido por el entonces presidente Pascual Ortiz Rubio, quien decidió nombrar aquella fecha como el día del cartero, conmemorando así el responsable acto generado de aquel accidente.
Hay que decir que todo mundo quiere a los carteros, pero tienen un acérrimo enemigo común, que es el perro; mejor amigo del hombre, pero peor enemigo del cartero. Aunque hay que decir que, en los últimos años, como ya casi la única correspondencia que llega por este medio es la cobranza y publicidad, no se les recibe tan efusivamente, aunque nunca se dejará de reconocer su esfuerzo y perseverancia. También hay que decir que otro servicio que tiene SEPOMEX es el de la filatelia o venta de timbres postales para coleccionistas, que no crea que son pocas personas en Manzanillo y el estado las que los buscan, y a veces se reúnen para intercambiar su material o conocer su acervo.
Además, SEPOMEX también ofrece servicio de apartado postal, que consiste en un estante numerado en sus instalaciones con sus compartimientos, en donde a quien solicita el servicio le dan una llave, donde tienen que recoger la correspondencia directamente de esas cajitas, que son una especie de buzones personales. Los solicitan personas con dificultad domiciliaria, pero, más generalmente, empresas que recibían mucha correspondencia; lo que en Estados Unidos se conoce como P.O. Box, y en México Apartado Postal. Asimismo, también ofrecen servicio de Mensajería, pero hay que reconocer que es mucho más lenta que la de firmas privadas, aunque más económica.
¡Felicidades a los carteros en su día!