*Cerro de Ortega es la segunda población más importante de Tecomán
*Su origen tuvo principio por fuertes lluvias y aguas del Río Coahuayana
*Su fundador fue Juan Ortega Martínez, que procedía de Villa de Alvarez
*El ejido Suchitlán fue el primero en fundarse en Colima y el 2º en el país
*Lucha agraria de Gorgonio Avalos se concretó el 2 de octubre de 1916
Salvador Olvera Cruz
En toda entidad federativa existen comunidades cuyo origen se busca rescatar para escribir su historia en diversos renglones, como en el caso de quienes las habitaron y fundaron, además de pasajes históricos generados en los diversos movimientos sociales, como también en lo relativo a tenencia de la tierra.
En el estado de Colima, cada municipio cuenta con comunidades que en el devenir de los tiempos conservan datos y relatos que les han dado particularidades que de generación en generación se han conocido y forjado su historia, unas en lo referente a su fundación, fiestas religiosos, batallas en movimientos armados, hombres y mujeres que han contribuido al desarrollo, productos agrícolas y minerales entre otros rubros.
Al respecto, el municipio de Tecomán cuenta con la comunidad de Cerro de Ortega que se fundara el dos de octubre de 1906, es decir, hace 110 años, registrándose como su fundador al señor Juan Ortega Martínez, quien procedente de Villa de Alvarez llegó a vivir a los Mezcales, antes de la gran creciente del Río Coahuayana, contando con terrenos en el cerrito donde tenía una casita a donde iba a dormir para cuidar su ganado.
Cabe mencionar que la localidad de Cerro de Ortega está situada en el municipio de Tecomán de nuestra entidad, que cuenta con una altitud de 10 metros sobre nivel del mar, contando en la actualidad según el censo de 2010 con 7598 habitantes.
Existen datos históricos respecto a una terrible tragedia, donde el Río Coahuayana y el arroyo de San Miguel se juntaron, ocasionando una gran inundación, la cual invadió a las rancherías de Chiquihuistlán, Los Mezcales y el Tamarindo.
De los sobrevivientes de esta inundación se creó Cerro de Ortega, gracias al señor Juan Ortega, que dio asilo a los damnificados de estas rancherías en el cerrito y sus alrededores, siendo así como desde ese entonces comenzó a crecer este poblado, al que lo llamaron Cerro de Ortega.
Al respecto, el médico José Salazar Cárdenas, historiador y cronista de Tecomán, escribió una reseña que tituló: “¿Cómo se fundó Cerro de Ortega?”, en que narra:
En los albores del presente siglo, cerca de la margen poniente del Río Coahuayana, había dos localidades habitadas. Una, situada frente a la población de Coahuayana, la de mayor importancia, que era Chiquihuistlán, y otra ubicada hacia el sur, en línea recta de San Vicente, la ranchería de Los Mezcales.
Más alejada del río, con rumbo a Tecomán, existía una pequeña elevación montañosa, una verdadera loma, donde tenía su casa habitación don Juan Ortega, cuya familia era la única que habitaba el lugar.
El martes dos de octubre de 1906, se presentó en las costas de Colima un huracán que causó copiosas lluvias, que originaron una gran creciente del Río Coahuayana y su desbordamiento. Esta gran avenida arrasó tanto a Chiquihuistlán como a Los Mezcales, causando la muerte de un gran número de personas y animales, así como la destrucción de las casas habitación y los cultivos.
Los supervivientes de Chiquihuistlán huyeron hacia Callejones e Ixtlahuacán y los habitantes de Los Mezcales se refugiaron en la loma donde moraba don Juan Ortega, ya que la inundación abarcó hasta un lugar muy cercano a esa elevación de la tierra.
Mientras pasó ese furioso temporal, don Juan dio alojamiento en su casa a varias familias que salieron huyendo de Los Mezcales. Entre las personas que en ese tiempo radicaban y tenían propiedades en el último lugar citado, estaban: Don Daniel Solís, padre de don Carlos Solís y abuelo del Sr. Salvador Solís Orozco; don Ricardo Ayala, don Juan Ochoa, don Francisco Díaz y don Margarito Vázquez.
El sitio donde estuvo la ranchería de Los Mezcales es donde actualmente se encuentra el rancho del Sr. Salvador Solís, que se sigue llamando Los Mezcales. Ahí permanecen todavía un gigantesco pochote y una noria que ya existían cuando ahí vivía don Daniel Solís.
Una vez que las aguas bajaron de nivel, las personas que buscaron protección en esa loma comenzaron a levantar viviendas en lugares cercanos, más altos que donde antes vivían y ya no volvieron a Los Mezcales, fijando su residencia en ese lugar, marcando esa fatídica fecha, el nacimiento como población de Cerro de Ortega.
También formaron parte de los fundadores de esa población, don Angel González, que fue padre de don Juan González, y sus familias, que radicaban en Chiquihuistlán, así como don Domingo Ruíz.
Por esas fechas, don Plácido Dávalos, que fue padre de don Francisco Dávalos, tenía su rancho en El Tamarindo, lugar situado hacia el sur de donde se asienta en la actualidad el pueblo de Cerro de Ortega. Don Marcos Dávalos, sobrino de don Plácido, tenía una ordeña en el rancho de La Cruz, propiedad colindante con el rancho donde tenía su ordeña don Juan Ortega.
Los habitantes de Los Mezcales y Chiquihuistlán, que se refugiaron en otros lugares, una vez que pasó el temporal lluvioso y las aguas volvieron a su nivel, regresaron a sus propiedades y continuaron la atención de sus tierras, para buscar producto de su trabajo, pero ya no radicaron en forma permanente en las tierras bajas.
El lugar donde se hallaba la casa de don Juan Ortega, es donde en el presente están el templo católico de la localidad y la casa que fue del coronel Jesús Otero Pablos.
Al venir a radicar a ese poblado el Sr. Coronel Otero, a principios de la década de los 30’s, le dio gran impulso a la agricultura en ese lugar, en especial a las plantaciones de palmas de coco de agua, la población de la entonces ranchería, se incrementó con la llegada de trabajadores del campo que arribaban en busca de trabajo.
Siendo por decreto del día primero de marzo de 1945, en que a dicha comunidad se le elevó a la categoría de pueblo, conservando el nombre de Cerro de Ortega, en honor de don Juan Ortega, que fue benefactor del lugar.
Actualmente, Cerro de Ortega es la segunda población en el municipio de Tecomán por el número de habitantes y por su importancia económica. Como sucesos anecdóticos que se presentaron en los días aciagos que relatamos, se pueden mencionar los siguientes:
El día de la gran inundación, la señora de don Margarito Vázquez, llamada Bibiana, que radicaba en Los Mezcales, estaba por dar a luz. Al recibir albergue en la casa de don Juan Ortega, junto con otras familias, en ese lugar dio a luz un varoncito que llevó por nombre Tomás Vázquez, el primero en nacer en 1906 en ese lugar, ya como comunidad.
Otro suceso que se difundió en ese tiempo, fue que don Francisco Díaz, que residía en Los Mezcales, tenía un hijo de 8 años de edad que desapareció en las aguas de la gran corriente.
Los familiares ya lo daban por muerto y más o menos ocho días después del día de la gran avenida del río, fue hallado a una distancia considerable del lugar en donde había desaparecido, en la orilla de un brazo que formó el río, en un remanso, debajo de una higuera, donde estaba jugando en un charco, encontrándolo muy tranquilo.
Le preguntaron que quién le daba de comer en todos esos días pasados, y él contestó que diario venía una señora vestida de azul, le traía comida y se iba. Lo llevaron ante sus padres, en la recién formada población y causó admiración y asombro el hecho de que no haya sufrido ningún daño, lo que fue considerado como un acontecimiento sobrenatural.
En el camino de herradura que existía en ese tiempo y que conducía de Tecomán a Cerro de Ortega, se pasaban los siguientes puntos: Cofradía -de don Serapio Montes de Oca-, El Salitre, que después se llamó La Cruz de Plaza, Palo Cahuite, La Zanja Prieta, Las Cuatas -había corrales de ordeña-, Las Tunas -donde ordeñaba don Pancho Dávalos, La Mata de Bule, El Palo Fierro, Cerro de Los Fortines y la Cruz del Chino.
Como nos podemos dar cuenta de la escasa población con que naciera Cerro de Ortega, hoy en día cuenta con cerca de ocho mil habitantes, en respuesta a la importante actividad agropecuaria que genera empleos y comercio, entre otras actividades.
Hablando de hechos históricos caber mencionar los 98 años de que fuera fundado el ejido de Suchitlán, del municipio de Comala, siendo el primero de nuestra entidad y el segundo a nivel nacional.
Lo anterior se logró gracias a las gestiones del entonces gobernador del estado, Juan José Ríos, quien logró que el presidente de la República, Venustiano Carranza, decretara a favor de la comunidad de Suchitlán el otorgamiento de 1755 hectáreas el 28 de febrero de 1918.
Sobre el tema, vale recordar que el pionero de la fundación del ejido fue el campesino Gorgonio Avalos de la Cruz, quien en su momento destacó la importancia de la reforma agraria en nuestra entidad, al mismo tiempo que legó a las nuevas generaciones campesinas el amor a la tierra y su defensa.
Gorgonio Avalos nació el 14 de septiembres de 1885, siendo hijo del señor Hilario Avalos y de la señora Severa Cruz. A la edad de 10 años, Gorgonio quiso aprender a leer y escribir, algo que en ese tiempo se hacía con mucha dificultad, para a los 15 años iniciar su lucha por la revolución mexicana y a los 18 años emprender la búsqueda por la liberación de sus tierras.
Con esa finalidad Avalos de la Cruz, emprendió su cruzada redentora a favor de los campesinos de su comunidad Suchitlán, demandando la creación del ejido, exigiendo a las autoridades estatales y del ramo agrario justicia para sus compañeros campesinos.
Sobre la lucha emprendida por Gorgonio para dar vida al primer ejido en Colima, recurrió a juntar y organizar un grupo de campesinos para dirigirse a la Ciudad de México con la frecuencia requerida, y luchar por sus tierras con gran esfuerzo sin que nunca decayera el ánimo.
En consecuencia, Avalos de la Cruz se convirtió en un líder nato por su dedicación y esfuerzo en la consolidación de este ejido, sueño que vio cristalizado cuando contaba con 33 años de edad.
El logro alcanzado por Gorgonio en favor de sus compañeros campesinos le convirtió en un líder destacado y apreciado por sus coterráneos. Sin embargo, el 12 de septiembre del año de 1926, Gorgonio Avalos de la Cruz fue asesinado a la edad de 39 años por enemigos cristeros, cegándose la vida de un hombre que luchara en defensa de su pueblo por las tierras y la libertad.
Como podemos darnos cuenta, en el caso de Cerro de Ortega se le dio a la comunidad el nombre de su fundador, como también a una escuela del lugar. En tanto, en Suchitlán se le dio el nombre también a un centro educativo en reconocimiento a Gorgonio Avalos, quien fuera el impulsor del primer ejido en nuestro estado.
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