Comparan felicidad entre dueños de gatos y perros

Estudios revelan que, los dueños de los perros son más felices que los que tienen gatos.

La eterna rivalidad entre amantes de perros y gatos va más allá de una preferencia de compañía: según un estudio citado por Psychology Today, podría influir en el nivel de felicidad de las personas.

Mark Travers, psicólogo y autor del artículo “Are Dog People Happier Than Cat People?”, explica que una encuesta realizada a más de 2,000 adultos en Estados Unidos reveló diferencias interesantes entre ambos grupos de dueños de mascotas.

Propietarios de perros: reportaron niveles de satisfacción con la vida más altos, así como mayor tendencia a describirse como “felices”.

Propietarios de gatos: aunque también mostraron vínculos emocionales fuertes con sus mascotas, en promedio señalaron niveles de felicidad ligeramente más bajos.

Ambos tipos de dueños: coincidieron en que sus animales mejoran su bienestar y reducen el estrés.

Travers señala que estos hallazgos no necesariamente significan que tener un perro te hará más feliz que tener un gato. Más bien, sugiere que las personas que eligen un perro tienden a buscar más interacción social, actividad física y compañía constante, factores que suelen asociarse con mayor bienestar.

Los perros suelen requerir paseos, rutinas y contacto frecuente, lo que promueve la actividad física y la interacción con otras personas. En cambio, los gatos ofrecen compañía más independiente y relajada, lo que puede ser ideal para quienes prefieren tranquilidad y menor compromiso.

En palabras de Travers, la diferencia está en cómo cada mascota se ajusta a la personalidad y estilo de vida de su dueño.

Un amante de los gatos puede ser igual de feliz, siempre que su elección esté alineada con lo que busca en su día a día.

Más allá de los datos, lo cierto es que tanto perros como gatos enriquecen la vida de quienes los cuidan. La felicidad no depende solo de la especie, sino de la conexión que cada persona desarrolla con su mascota.

Ya sea un perro que te acompañe a correr o un gato que te haga compañía silenciosa, la clave está en encontrar el compañero peludo que encaje contigo.