De Auschwitz a Gaza II/II

Leopoldo Barragán Maldonado

En el artículo anterior destinado a la temática que aquí expongo, publicado el pasado 21 de febrero, advertí que el mes de marzo sería crucial para vislumbrar el posible desenlace de la agresión sionista israelí a la Franja de Gaza. Hoy en día, y a más de cinco meses de imparables masacres contra la población palestina, es notorio observar el fracaso del ejército hebreo en su intento de acabar con el Movimiento de Resistencia Islámico (Hamás), técnicamente es un derrota para las arrogantes Fuerzas de Defensa de Israel. Recientemente el Secretario General del Hezbollah, Sayyed Hassan Nasrallah, en su mensaje con motivo del inicio del Ramadán, aseguró que “el ejército israelí está cansado y desgastado en los dos frentes”, es decir, el sur del Líbano y Gaza, además el líder chiíta aprovechó la instancia para restregarle al criminal de guerra Benjamín Netanyahu que si decide atacar Rafah, ciudad gazatí ubicada en la frontera con Egipto y en la que se hacinan atrapados decenas de miles de palestinos, será una señal inequívoca de la derrota Israel, misma que ya ha puesto en alerta a numerosos mandos del ejército israelí, como sucede con el jefe de la brigada de investigación en inteligencia militar Amit Sa’ar que ha expresado su intención de dimitir en cuanto sean publicados los resultados internos del ejército israelí respecto a los hechos del 7 de octubre.

La invasión sionista con su caudal de masacres y atrocidades contra los indefensos civiles palestinos degeneró en atroz genocidio que, en la dimensión de la aparente racionalidad del siglo XXI, resultaría no sólo inconcebible sino irrepetible, como algunos autores se refirieron al controvertido caso de Auschwitz. Uno de ellos, el judío Theodor Adorno convertido en apologeta del ‘holocausto’ afirmó: “Yo sostengo que lo mejor para evitar el peligro de una repetición de Auschwitz es combatir la ciega supremacía de todas las formas de lo colectivo, fortalecer la resistencia contra ellas arrojando luz sobre el problema de la masificación”. Pero la tesis que postuló Adorno conlleva una contradicción ya que en el enfrentamiento dialéctico entre el orden ideal con el orden real aparece de nueva cuenta otra hegemonía ideológica tendiente a eliminar la ‘supremacía de lo colectivo’, de tal manera que se alzaría como nueva forma de dominación ideológica y enajenación colectiva. Lo anterior se explica con la tarea de inteligencia que emprendieron los aliados al término de la Segunda Guerra Mundial en su afán de ‘desnazificar’ a Alemania. En nuestros días la tesis de Adorno puede tomarse y lanzarse sobre el estraperlo estado de Israel, ya que las lecciones de Auschwitz están siendo repetidas en formato corregido y aumentado en la Franja de Gaza.

En su difundida conferencia Adorno agregó: “Cuando hablo de la educación después de Auschwitz, incluyo dos esferas: en primer lugar, educación en la infancia, sobre todo en la primera; luego, ilustración general que se establezca en un clima espiritual, cultural y social que no admita la repetición de Auschwitz”. Siguiendo a Edward Said podemos cuestionar la afirmación anterior, ya que si por ‘ilustración’ entendemos la censura total del negacionismo y revisionismo del supuesto holocausto judío impuesta en los ámbitos educacionales, informativos, artísticos y culturales, como sucede en muchos países, consecuentemente quedan abiertos los surcos para proseguir con la colonización de las mentes, retroalimentando con ello el falso concepto del antisemitismo como guía del pensamiento único, basta disentir sobre Auschwitz para ser tildado de hereje, de ser apóstata de la religión universal implantada por decreto sionista en los concilios de Auschwitz-Birkenau, como el estigma que carga la nonagenaria investigadora Ursula Haverbeck (a) ‘la abuela nazi’ condenada a un año de prisión por el ‘grave delito’ de negar el holocausto.

Otro judío Polacco de Manesce en su texto ‘Heidegger el silencio de Auschwitz’ escribió: “nadie puede negar que el ‘holocausto’ se haya convertido en una verdadera religión. Jacob Timmerman, historiador judío, nos dice: ‘muchos israelitas están impresionados por la manera con la que el ‘holocausto’ está explotado por la Diáspora. Se avergüenzan incluso, de que el ‘holocausto’, se haya convertido en una religión civil para los judíos de los Estados Unidos’”. En la obra citada Polacco de Manesce destaca lo dicho por Nietzsche: ‘la historia de Israel es típica y no tiene desperdicio en lo que concierne a la desnaturalización de los valores naturales. Los judíos tienen un interés vital en volver enferma a la sociedad, a subvertir en un sentido peligroso y calumniador la noción del bien y del mal, de la verdad y la mentira!”, además de la vida y la muerte como lo declaró  el paranoico rabino Eliyahu Mali, director de la nefasta escuela religiosa Shirat Moshe,  quien tuvo el descaro de afirmar que de acuerdo a la ‘ley judía’ todos los habitantes de Gaza deben de ser asesinados, exhortando al ejército israelí a matar a todas las mujeres y a todos los niños porque serán los combatientes del futuro. En la perspectiva de Polacco de Manesce “la misma Iglesia ha perdido todo sentido moral, el Derecho Canónico  es tan suicida como el Derecho Público y sus referencias empalagosas a los derechos humanos, escarnecidos sin cesar, por todo el mundo salvo por los judíos, muestran de una manera bastante contundente el estado de hundimiento en el cual la Iglesia se encuentra”.

A título personal me cautivó la objetiva descripción que hizo el sacerdote católico sirio Elías Zahlawi respecto al genocidio palestino: “considero mi deber señalar el comportamiento más que sospechoso de toda la iglesia católica occidental, con respecto a las atroces tragedias que continúan devastando, en resumen, todo el mundo árabe, especialmente, desde la famosa declaración Balfour, realizada en 1917, relativa a la creación en Palestina de lo que inocentemente se llamó ‘el hogar nacional judío’, con la irónica precisión: ‘sin ningún daño a los habitantes nativos del país”. Sin embargo, la crisis de institucionalidad religiosa y secular no se limita a Occidente, el líder de la República Islámica de Irán, Sayyed Alí Khamenei también destacó que la crisis actual no es sólo del mundo islámico, sino de toda la humanidad demostrando la invalidez del sistema mundial, que en 160 días han demostrado su impotencia para detener el genocidio perpetrado por el ilegal Estado de Israel que ya cobró la vida de 31, 341 muertos y 73, 134 heridos que en su gran mayoría son mujeres y niños palestinos. Desde el pasado 7 de octubre el Herodes sionista –con las bendiciones de sus esquizofrénicos rabinos talmúdicos- ha asesinado más niños que en todos los conflictos mundiales de los últimos cuatro años.