Donan dron para rescatar ballenas, en la bahía de Manzanillo y altamar

El fotógrafo Hernando Rivera rifó una de sus obras de una madre ballena jorobada y su cría, agotándose 150 números en cuestión de 15 horas.

Con monitoreo aéreo, los biólogos podrán interceptar a cetáceos atrapados en mallas de pesca artesanal o comercial y actuar rápido para evitar que se agoten, ahoguen y terminen en la costa

Un dron profesional y alrededor de $15 mil pesos fueron entregados el pasado 8 de febrero al Grupo Universitario de Investigación de Mamíferos Marinos (GUIMM), de la Facultad de Ciencias Marinas de la Universidad de Colima, luego de una rifa con causa realizada por el fotógrafo Hernando Rivera, quien sorteó una de sus obras de una madre ballena jorobada y su cría en aguas de Manzanillo.
Entrevistado por El Noticiero, relató que esta agrupación de biólogos pertenece a la Red de Asistencia de Ballenas Enmalladas México (RABEM), quienes monitorean a cetáceos atrapados en mallas de pesca artesanal y comercial. Explicó que el dron marca DJI fue donado de manera anónima y en la rifa hubo una gran respuesta social, pues en cuestión de 15 horas se vendieron los 150 números, siendo el participante Rodrigo Lozano ganador de la fotografía de 90×60.
Al recibir un reporte de algún pescador o de alguien que ha visto una ballena enmallada, lo canalizan con este grupo de biólogos, quienes sin importar sea sábado o domingo, a la hora que sea, ejecutan un operativo para buscarla. “El detalle es que muchas veces esas ballenas atrapadas siguen avanzando de manera errática y es complicado detectarlas de inmediato. Como están pasando muchas ballenas por distintos puntos de la bahía de Manzanillo o de altamar, es más fácil levantar un dron y ubicar dónde se encuentra”.
Relató que cuando ven uno de los respiros que realizan las ballenas, se acercan con el dron y si se trata de la ballena enmallada que ha sido reportada, el equipo vía lancha la intercepta de manera más ágil para actuar rápido y no perder tiempo, porque muchas veces ya tienen atrapadas horas o días; se agotan y se pueden ahogar, acabando varadas en las costas.
Aunque ya han rescatado varias ballenas, es un trabajo complejo y peligroso. “Al final de cuentas el cetáceo, uno de los seres más inteligentes del planeta dentro del reino animal, muchas veces se dejan ayudar y a veces no, por la desesperación o la gravedad de sus heridas, con el riesgo que implica para los rescatistas. “Es un trabajo de alto riego. Aquí radica la importancia de poder reaccionar rápido y tener la ventaja de un dron que puede detectar y darles alcance rápido”.

Por último, agradeció a todas las personas que contribuyeron a la causa, sobretodo a este equipo de biólogos encabezados por el Dr. Christian Ortega y a todos los estudiantes que están detrás de esta gran labor a favor de las ballenas y la biodiversidad marina.