El legado de Lázaro Cárdenas en Manzanillo


Consolidó su desarrollo

Junto a Porfirio Díaz, gobernantes que más han invertido aquí

Así como Porfirio Díaz fue el primer Presidente de la República que fijó sus ojos de forma significativa en el entonces pequeño puerto de Manzanillo, para con visión de futuro proyectarlo y hacerlo crecer hasta lo que hoy es, el principal mexicano de ambos litorales, tampoco podemos pasar desapercibida la influencia benéfica del primer mandatario, Gral. Lázaro Cárdenas, que dio otro gran impulso al crecimiento de Manzanillo en todos los sentidos.

DE LA REVOLUCIÓN A LA PRESIDENCIA
Antes que mencionar sus múltiples acciones realizadas en el suelo de nuestra patria chica, vamos a dar un repaso somero y general a su biografía.
Lázaro Cárdenas del Río nació el 21 de mayo de 1895 en Jiquilpan, Michoacán, quien fue Presidente de México del 1 de diciembre de 1934 al 30 de noviembre de 1940, falleciendo en la Ciudad de México el 19 de octubre de 1970.
Desde 1913 se incorporó a la Revolución Mexicana, y alcanzó el grado de general a los 25 años. Destacó por la reforma agraria que impulsó, con la creación de muchos ejidos en todo el país, y desde luego, también en el municipio de Manzanillo y el estado de Colima.
Otros aspectos en los que también sobresalió y se le recuerda es la nacionalización de la industria petrolera y el asilo político a los exiliados españoles de la Guerra Civil en aquella nación europea, entre otras muchas cosas.

NECESIDADES APREMIANTES DE UN PUERTO RELEGADO
En 1934, con motivo del inicio del gobierno cardenista el periódico Acción Costeña, editado en Manzanillo por el periodista y político Miguel Barbosa Heldt insistió reiteradamente sobre la pertinencia de realizar obras que elevaran la calidad de vida de los manzanillenses, como un túnel que saneara la insalubre laguna de Cuyutlán, un Hospital Civil que atendiera a la población general, que en el pasado reciente había sido víctima de numerosas epidemias que habían diezmado su población, un Mercado formal y bien organizado y escuelas y carreteras.
La respuesta no se hizo esperar y en diciembre de 1935, justo al cumplirse un año del gobierno cardenista, empezó la construcción del Edificio Federal de Manzanillo, con trabajos a cargo de la Secretaría de Comunicaciones y Obra Pública (SCOP).
También en ese año se abrió la calle Ingenieros a pico y pala en el cerro por parte de los ingenieros Urtusuástegui, Dosal y Lira, que por órdenes del Gral. Lázaro Cárdenas, Presidente de la República, vinieron a hacer varias obras a Manzanillo.
Además, se introdujo el agua potable rodada desde El Naranjo hasta Punta de Agua de Camotlán, y de ahí siendo entubada hasta el tanque de almacenamiento de San Pedrito, en un trabajo realizado también por los ingenieros mandados por Lázaro Cárdenas.

INGENIEROS Y ZAPADORES EN NUESTRA MEMORIA INDELEBLE
En ese primer año se inició la construcción del Mercado Reforma por los ingenieros cardenistas y se terminó la carretera Manzanillo a Cihuatlán, también por parte de ellos.
No en balde, en Manzanillo permanece una calle con el nombre de Ingenieros en honor, homenaje y recuerdo a Urtusuástegui, Dosal y Lira, así como hubo otra con el nombre de Zapadores, que también se llamaba así en recuerdo de los que mandara Don Lázaro.
Y el frenético ritmo de trabajo de ese primer año de su gobierno no paró ahí, pues en el mismo año del 35 se inició la construcción de la escuela primaria Benito Juárez al oeste del jardín Galván.
Y en el 1936, el General Lázaro Cárdenas prosiguió la construcción de la escuela Benito Juárez, en el lado oeste del jardín Galván, ya quedando como propiedad de la SEP, en terrenos cedidos por Heliodoro Trujillo.

OBRA TRAS OBRA, LEVANTANDO A MANZANILLO
También se derribó la bodega de bogas del Barrio de La Chancla, ubicada en la acera norte de la calle Juárez, como parte de los trabajos de construcción del Edificio Federal de Manzanillo e inició la construcción de El Túnel, comunicación del mar con la laguna de Cuyutlán a través del cerro del Sector 5 y el Mercado Reforma.
Durante abril del siguiente año, 1937, se terminó la construcción del Edificio Federal de Manzanillo, donde se instalaron la Aduana Marítima, Correos, la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología, la Agencia del Ministerio Público Federal, la Administración Regional de la Oficialía Mayor de Occidente de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y los Almacenes de la Aduana Marítima.
En julio de 1937, la Secretaría de Marina inició la perforación del túnel cañón que finalmente comunicó las aguas de la laguna con las de la bahía, tendiendo a mejorar las condiciones sanitarias del Puerto.
Por cierto que el 23 de noviembre de 1937 la Secretaría de Comunicaciones y Obra Pública estableció el servicio de pilotos del Puerto de Manzanillo.
Por fin en el año de 1937 fue inaugurada la escuela primaria federal Benito Juárez, que ocupó la manzana comprendida entre las calles Morelos al norte, Balbino Dávalos al sur, avenida México al este y Carrillo Puerto al oeste.
Las obras cardenistas prosiguieron en Manzanillo a todo lo que daban, y en julio de 1939 fue posible que se inaugurara el Hospital Civil de Manzanillo, construido por la Junta de Mejoras Materiales, a cargo de Julián Terminel, por disposición del Presidente de la República, Gral. Lázaro Cárdenas.
El proyecto corrió a cargo del Arq. Luis García Remus, de la Dirección General de Bienes Nacionales. La construcción estuvo a cargo de los Ing. Juan Alducin y Rafael Aburto Ramírez y el Maestro de Obras fue Santos Aguilar.

MANZANILLO SE CONSOLIDA EN IMPORTANCIA Y DESARROLLA VOCACIONES
Como puede verse en esta reseña de las obras del Presidente Cárdenas en pro de Manzanillo, su figura vino a consolidar el primer despegue que el puerto ya había experimentado durante el mandado del Gral. Porfirio Díaz Mori antes de la época de la Revolución.
Esto vino a consolidar su relevancia y elevar su calidad de vida, así como empezar a explotar su vocación turística y pesquera.
Un capítulo aparte merecería tan solo el mencionar todos los ejidos que se crearon en nuestro municipio durante la época de la presidencia cardenista, y el fortalecimiento a los movimientos campesinos y obreros.
Por todo ello es que el Gral. Lázaro Cárdenas del Río es considerado uno de los Presidentes de la República que más hizo en pro del crecimiento y desarrollo de Manzanillo.