Por este vino el Virrey de Mendoza a dar audiencia en Salagua
Un Camino Real es aquel que construía el gobierno de un territorio, como uno más importante que cualquier otra senda, vereda o camino ya existente, comunicando ciudades e incluso enlazándolo con las grandes capitales provinciales o del país. En el sentido más literal, sería aquel que utilizaría el carruaje del rey o su representante para dirigirse a un sitio; de manera que aquellas poblaciones que por su escasa importancia no eran susceptibles de la visita de una autoridad de alta relevancia, no estaban en la ruta de los Caminos Reales.
LA RUTA A LOS PUERTOS DE LA MAR DEL SUR DESDE LOS PRIMEROS DÍAS DE LA CONQUISTA
Es por eso que es necesario rescatar algo que se ha obviado, y es el que, el primer Camino Real que hubo en la Provincia de Colima, que funcionó desde los primeros días de la Colonia Española, fue el que comunicaba a la Nueva España con los Puertos de Salagua-Santiago de Buena Esperanza y Navidad, y por donde también se encontraba el legendario reino de mujeres de Cihuatlán y otras poblaciones.
Desde los primeros momentos de la conquista, se buscó encontrar buenos puertos en la Mar del Sur (El Pacífico), para que sirvieran de astillero, puntos de zarpe y arribo, así como de avituallamiento. Si el Rey de España nunca vino durante la Colonia, no solo a la Nueva España, sino ni siquiera al continente americano; la Nueva España tenía su Virrey o Vicerrey, que era el que gobernaba en lugar del Rey, y era un soberano o monarca en toda forma en la práctica.
VISITAS DE HERNÁN CORTÉS Y DON ANTONIO DE MENDOZA
El mismo primer Virrey de la Nueva España, Don Antonio de Mendoza, aparte de Hernán Cortés (quién nos visitó en varias ocasiones), vino a la costa, donde estuvo en el Puerto de Salagua-Santiago y sus alrededores. El 25 de diciembre de 1539, arribó por barco a Puerto Santo (también conocido como Purificación o Juan Gallego), al que desde esa fecha se le conoció como Puerto de Navidad. Desde ahí, el 17 de marzo de 1540, tras recorrer la costa, marchó hacia la Villa de Colima, y lo hizo siguiendo un camino, pasando por donde hoy es Minatitlán.
Ese mismo camino es el que recorrían todos los que iban hacia la costa, y por donde los indios vigías de Totolmaloyan avisaban cuando pasaba frente a nuestras playas el Galeón de Manila, cargado con riquezas desde las Indias Orientales, siguiendo la corriente del Tornaviaje o Kuro Shiva, con rumbo a Acapulco; o también si se acercaba algún barco de piratas ingleses u holandeses que andaban a la caza de aquel.
Ese camino era muy transitado, tanto por los nuevos pobladores, que eran los hispanos, como por los indígenas, que ya lo conocían, pues existía de manera rudimentaria desde los tiempos prehispánicos, uniendo muchas poblaciones indígenas de la zona. Por el arribaban indios tamemes que cargaban enormes y pesadas piezas para los buques que se construirían en el Puerto de Navidad.

Rugendas y palmeras en el camino a Manzanillo.
RESCATANDO SU IMPORTANCIA HISTÓRICA
Recordemos que en 1542 se tuvo la Audiencia en Salagua de pobladores de la costa, con la presencia tanto de colonos españoles como pobladores indígenas, con el Virrey, hecho que le da nombre a la playa La Audiencia. Este camino fue el primer Camino Real que existió en la Provincia; pues en esta época nadie iba a querer ir por el lado de la laguna de Cuyutlán, sitio de pestes, manglares impenetrables, fieras, alimañas y, en fin, nada de interés, ya que el Puerto de Manzanillo todavía no existía, solamente el Puerto de Salagua y algunas otras poblaciones de importancia menor.
Se le ha querido minimizar llamándolo el Camino Real del Mamey, cuando se tiene que reconocer su existencia; pero, no había para que identificarlo, pues no había otro. Era el Camino Real y punto. Pocos investigadores históricos lo mencionan, como el Lic. José Mancilla Ramírez, y el Prof. Héctor Manuel Mancilla Figueroa, quienes señalan que iba desde Sayula hasta el mar, pasando por muchas haciendas y Minatitlán. Este camino seguía más o menos el trazo de la actual carretera a Minatitlán, pasando por Camotlán de Miraflores, y de ahí yendo hacia la costa (Santiago, Cihuatlán, Navidad). Era la vía más corta entre esta y Guadalajara.
Podemos imaginar cómo estaba este antiguo Camino Real bordeado de grandes árboles, de mucha altura y denso follaje; cómo era frecuentado por fieras salvajes de toda clase, entre ellos los llamados “animales de uña” o felinos americanos, entre los que destacaba la elusiva onza; cómo atravesaba pueblos y parajes con arroyos y riachuelos; cómo se ponía de lodoso y resbaladizo en la época de lluvias, tanto que en algunas partes se volvía casi intransitable y también, los peligros que entrañaba al ser merodeado en ocasiones por asaltantes que, sabedores que por esa senda circulaban con frecuencia cargas que iban hacia la costa o viceversa, trataban de robarla.
Así que, hay que rescatar con orgullo el hecho de que el primer Camino Real de la Provincia de Colima, era el que venía a nuestra costa.