El reciente apagón eléctrico total que afectó a España ha llevado a miles de personas a replantearse su dependencia de la red eléctrica. Sin acceso a la corriente, numerosos dispositivos quedan fuera de servicio, pero existen soluciones tecnológicas y tradicionales que permiten mantener iluminación, comunicación y autonomía básica hasta el restablecimiento del suministro.
Entre los recursos más eficaces figuran las linternas a pilas (AA o AAA) o solares, fundamentales para tareas básicas en la oscuridad. Las primeras requieren solo baterías de repuesto; las segundas, cargadas durante el día, pueden usarse por la noche sin gasto adicional. También se recomiendan velas, cerillas y mecheros, aunque su uso debe ser cuidadoso para evitar incendios.
En el terreno de la comunicación, las radios a pilas siguen siendo insustituibles. Funcionan incluso cuando fallan las redes móviles o internet, permitiendo acceder a información relevante en tiempo real.
Para preparar alimentos, las cocinas de gas —butano, propano o natural— son una de las opciones más confiables, pues no dependen de la electricidad. El encendido puede realizarse manualmente. También son útiles las parrillas y barbacoas de carbón o gas, siempre que se usen en espacios ventilados, y los hornillos portátiles de camping, que emplean cartuchos de gas pequeños.
Otras tecnologías útiles incluyen las calculadoras solares, que permiten realizar operaciones sin baterías, y las lámparas de gravedad, que generan luz gracias al descenso controlado de un peso, sin necesidad de electricidad ni acumuladores.
En un nivel más avanzado, algunas familias y comunidades han comenzado a adquirir unidades móviles autónomas de energía renovable: sistemas que integran paneles solares, turbinas eólicas y pilas de combustible para generar energía de manera sostenible en contextos de emergencia.
Pero la gran tendencia al alza es la adopción de los llamados “Blackout Kits”, conjuntos de emergencia diseñados para afrontar apagones prolongados. En países como Estados Unidos, Alemania, Suiza o Japón, estos kits forman parte de la cultura de preparación ante desastres. Ahora, su demanda en España se ha disparado más del 300% en plataformas de comercio electrónico tras el reciente apagón.
Un Blackout Kit básico suele incluir:
Linternas LED y pilas de repuesto
Velas de seguridad o lámparas solares
Power banks para móviles
Radio de manivela o solar
Agua potable y alimentos no perecederos
Botiquín de primeros auxilios
Herramientas básicas (navaja, cinta, mechero)
Copias de documentos esenciales y algo de dinero en efectivo
Los precios varían: kits básicos oscilan entre 50 y 100 euros, kits familiares de mayor autonomía entre 120 y 250 euros, y kits avanzados con generadores solares pueden llegar hasta los 800 euros. Cruz Roja Americana, Protección Civil Suiza y tiendas como Amazon ofrecen diversas versiones, adaptadas a diferentes perfiles de usuario.
Expertos en protección civil destacan que más allá de adquirir un kit comercial, lo importante es adaptarlo a las necesidades del hogar. La resiliencia energética no es un lujo, sino una necesidad creciente ante el aumento de fenómenos climáticos extremos, amenazas híbridas y vulnerabilidades en las redes de suministro.
En definitiva, mientras la vida moderna depende en gran medida de la electricidad, existen tecnologías y soluciones —algunas tradicionales, otras innovadoras— que pueden marcar la diferencia cuando todo se apaga.