Por el día del cibernauta
Eunice FLORES
Este pasado sábado 23 de agosto fue el Día Mundial del Cibernauta. En otras palabras, el día de los que usan mucho el internet para obtener información deseada.
Fue en 1991 cuando por primera vez se subió una página web, y desde ese año hasta el día de hoy, muchos somos dependientes del mundo virtual.
Recuerdo el pasado, cuando las mujeres ya nos íbamos a casar, que una de las preocupaciones más grandes que teníamos era el saber cocinar, así que, de última hora andábamos pidiéndole las mejores recetas a nuestra mamá, abuelitas, tías o comprando libros de recetas.
Hoy, solamente basta con buscar en la internet (red internacional) algún video de lo que queremos aprender a cocinar, y hasta podemos elegir la receta de un mismo platillo que más se adapta a nuestro presupuesto económico, o la que más nos gusta.
Es increíble que un mismo platillo, de una persona a otra, a veces varíe tanto. Sin duda alguna, las redes sociales son las que se han convertido en lo más popular, y qué bien, pues sirve para estar comunicados rápidamente con quien nosotros deseemos.
Hoy es muy común que los equipos de escuela se reúnan para hacer sus trabajos a través de una red social, sin salir de casa. Aunque lo entiendo, no deja de sorprenderme, porque antaño los estudiantes nos reuníamos en la casa de alguien, llevando nuestras cartulinas, biografías, plumones, mapas, y un largo etcétera para hacer un trabajo en equipo.
Ah, qué cambio tan drástico, ¿no?
Y, ¿qué decir de aquellos familiares que vivían en otra parte del país, que los únicos medios de comunicación con ellos eran también físicos, como las cartas escritas a puño y letra en hojas de papel?
También estaban los telegramas, si era algún aviso urgente, y las llamadas telefónicas, que fuera del municipio se cobraban como larga distancia, y era muy costoso el minuto.
Hoy, esa misma comunicación se hace a través de redes sociales, en donde hasta videoconferencias se pueden hacer, y también tenemos los correos electrónicos, pero aun estos ya están cayendo en desuso, siendo reemplazados por las mismas redes sociales.
Sin embargo, son pocas las personas que usan la internet para buscar información de tipo cultural, de historia, de estudios, tomar cursos y cosas ajenas a las redes sociales.
Hay otro sector de la población que también utiliza la internet para trabajar, y gracias a esto ya existe el home office (trabajo en casa).
En Manzanillo, el vivo ejemplo lo tenemos en lo portuario, ya que este rubro sí depende muchísimo de la internet.
En fin, que cada día somos más dependientes de la red internacional, porque a través de ella consultamos tantas cosas, como por ejemplo el clima al momento, si la Capdam nos va a cortar el agua, la ruta de chatarra-camión a través de una aplicación, también podemos descargar música, hacer transferencias bancarias y pagos, sacar citas médicas, descargar libros electrónicos, hacer compras, bajar documentos como actas de nacimiento y CURP, hacer una visita virtual a un museo.
En los ratos de ocio hasta podemos visitar otras ciudades o países a través de los mapas interactivos, que, quien sabe por qué, como un dato curioso, tarde o temprano nos da por buscar nuestra propia casa, aunque sea por el morbo de saber como se ve a través de la pantalla.
En el mundo virtual también podemos, a través de los llamados tutoriales, aprender ya sea otro idioma, canto, a tocar un instrumento, hacer artesanías y manualidades, a pintar, a reparar objetos, etc.
En las escuelas del nivel básico la internet puede ser de muchísima ayuda para el aprovechamiento de los alumnos; sin embargo, de entre toda la población, lamentablemente son los docentes los más atrasados en cuanto al uso laboral de la internet, porque, paradojicamente, ellos que se dedican a enseñar, le han sacado la vuelta a aprender el uso de una computadora para dar su clase.
Todo se moderniza y todos nos modernizamos, hasta los discapacitados, los adultos mayores y muy mayores, niños pequeños que ya manejan una tablet con juegos y programas educativos, todos ellos usan a su favor el internet; pero cada día es más notorio que los docentes no.
Se aferran a métodos tradicionales de la edad de piedra. Gracias, irónicamente hablando, a defender su absurda tradición, es que los niños y adolescentes de hoy siguen cargando en sus frágiles espaldas pesadas mochilas, cuando todo se podría simplificar si los alumnos utilizaron una simple tablet, y que el pizarrón fuera una pantalla gigante computarizada, con una conexión a internet para poder desarrollar una clase.
Esto sería mucho más atractivo para los alumnos de esta manera. Imagínese la diferencia entre hablarles, por ejemplo, de como es la Ciudad de México, y hacerles ver escritos, contra hacer recorridos virtuales por sus principales lugares a través de un mapa interactivo, donde simplemente se puedan ir deslizando a través de un dedo de la mano.
O consultar un dato histórico con suma facilidad, y hasta con fotos, pinturas, documentos escaneados reales. Y hasta para hacer paseos, pueden visitar museos, teatros, galerías, ruinas antiguas, sitios de interés turístico, histórico o arqueológico, todo a través de un pizarrón electrónico.
Y todos los libros, cuadernos que los alumnos necesiten, pueden cargarlos de manera electrónica en su tablet, ocupando un pequeño espacio en su memoria, mientras que las mochilas, con su pesado contenido, se evitarían, y se dejarían de dañar las columnas vertebrales de los niños y adolescentes en pleno desarrollo.
Creo que la internet ha sido una muy grande bendición, que Dios nos permite a los seres humanos. Es una de las más grandes creaciones de los seres humanos en la historia, así que, usémosla a nuestro favor, con responsabilidad con supervisión de los padres, tutores y/o maestros, en casos de ser menores de edad.
Es necesario que se capacite a los maestros para que se modernicen.
Quiera Dios que en un futuro hasta tengamos escuelas electrónicas y, ¿por qué no?, hasta en línea.
Así que, para todos aquellos que utilizamos las redes sociales, vaya una felicitación por el Día del Internauta. Que tenga un bonito día.
