Entre las palmeras

Algunos comerciantes sí han notado que en mayo bajan terriblemente las ventas, y muchos piensan que es precisamente por las Fiestas de Mayo.

Ah, qué susto nos llevamos

Este pasado miércoles, faltando cinco minutos para las diez de la noche, los porteños -no manzanillenses, porque no somos tóxicos, como es el árbol del manzanillo- sentimos un fuerte y largo temblor, que al final resultó ser un sismo de 4.4 grados en la escala de Richter, con epicentro a 18 kilómetros al noreste de Manzanillo y a una profundidad de quince kilómetros.

Los porteños coincidimos en que lo sentimos algo fuerte, largo y de tipo trepidatorio. Los temores a que vuelva a temblar, por ser “septiemble”, como muchos ya le llaman al noveno mes del año, están latentes, y más, cuando se supone que, después de un movimiento telúrico, el ambiente refresca; pero en Manzanillo sigue haciendo calor.

Así que, no nos queda más que esperar en Dios, y confiar en su protección y cuidado. A diferencia de otras ocasiones, muchos porteños no salimos de nuestras casas, no sé si porque ya no era un horario hábil o qué habrá influido; pero muchos sí nos quedamos dentro de casa, lo que significa que, ante un fenómeno natural como éste, no hay nada escrito, y aunque quizá sepamos lo que tenemos qué hacer, el miedo siempre hará presa de nosotros, los humanos.

Como un dato curioso les cuento que la que escribe quiso correr hacia la puerta de salida, cuando mi perrita, Laika, se aferró a mí de una pierna, a tal grado que, cuando quise dar un paso, la pisé; pero ella no me soltó, solamente chilló. No entendí si lo hizo porque ella tenía miedo, o como una manera de decirme: No salgas.

Una de las quejas que muchos tuvieron es que no sonaron las flamantes alarmas sísmicas, y ya declararon las autoridades correspondientes que esto pasó, porque las alarmas solamente suenan cuando los terremotos son de 5 grados de magnitud Richter hacia arriba.

En esta ocasión, el movimiento telúrico fue de 4.4 de intensidad, aunque, la inmensa mayoría lo sentimos como si fuera de 5 o más. Me gustaría sugerir a las autoridades que nos gobiernan que, para que suenen las alarmas, consideren otros factores a tomar en cuenta; por lo menos, dos más:

1.- La profundidad: Cuando un sismo tiene poca profundidad, el movimiento se sentirá más fuerte y podría llegar incluso a causar muchos daños. Así que, también debieran tomar en cuenta este importante dato.

Porque, si desde que comienza el sangoloteo ya saben la magnitud, porque de eso depende el que suenen las alarmas, también suponemos que se conoce la profundidad y…

2.- La zona epicentral, por lo que, sí es importante considerar la profundidad, y el segundo punto, que es la zona epicentral. Porque, donde se genere el temblor, zona a la que la que le llaman epicentro, también ahí se va a sentir con mayor fuerza el movimiento, y donde, posiblemente, habrá más daños.

En este caso, el sismo pudo haberse generado en Santiago o más adentro, así que, no solamente se basen en los grados de un temblor para sonar las alarmas, porque, de que lo sentimos más fuerte que 4.4 es algo en lo que muchos coincidimos.

Pero, en fin, creo que lo del temblor de este pasado miércoles solamente quedó en un gran susto, gracias a Dios, pero hay que estar al pendiente, porque de que septiembre tiene una fama bien ganada de ser “el mes de los temblores”, ni quien se la quite.

En el caso del sismo del miércoles pasado por la noche, no sabemos si únicamente fue un movimiento de tierra donde ahí quedó todo, o sea el anuncio de uno más grande, como ha pasado en otras ocasiones.

Por eso, hay que estar al pendiente, y no dejar solos en todo este tiempo a las personas vulnerables, como los ancianos, discapacitados, personas enfermas que estén convaleciendo en casa o niños pequeños.

Y hay que procurar dormir con ropa adecuada, por si se tiene que salir a la calle por causa de un terremoto.

Hay que ver la manera de hacer algo por ellos cuando se va al trabajo. Que alguien se quede con ellos en casa, o que ellos sean trasladados con gente de confianza a otros lugares.

Y hay que procurar dormir con ropa adecuada, por si se tiene que salir a la calle por causa de un terremoto.

Los movimientos telúricos no se pueden predecir. Esos están exclusivamente a la orden de Dios; nada más de él. Aunque sí nos ha dejado saber ciertas características que nos podrían avisar que va a temblar, y que, aunque los científicos, sí, estos, que lo creen saber todo, no han avalado que cuando hace mucho calor tiembla, la sabiduría popular sí lo sabe.

Al menos los porteños ya tenemos bien claro en Manzanillo para que refresque, tiene que temblar.

Qué cuando todo está en absoluta calma, es decir, que no hay ni un ápice de viento, y que ni la hoja de un árbol se mueve, que está todo pintado, como solemos decir, es cuando nos ponemos nerviosos, porque, popularmente sabemos que es cuando puede temblar, y la mayoría de las veces, la gente no se ha equivocado, y así ha sido.

También los animalitos avisan, pero hay que saber reconocer su lenguaje, porque muchos no emiten sonidos, solamente se comportan de manera un poco diferente a lo habitual en ellos.

En el caso de mi perrita, Laika, noté que como cinco minutos antes paraba sus orejitas totalmente, como si fuera un pastor alemán; aunque, lo puede hacer, ella casi nunca, en dos años que la tengo, para sus orejitas, y justamente anoche que acariciaba su lomo y cabeza, me percaté de que paraba sus orejas mucho, y hasta le pregunté: Ora, tu Laika, ¿Por qué estás parando tanto tus orejas? Nunca haces eso”.

Dejé de acariciarla, y me senté en una silla. Acababa de hacer esto último, cuando se dejó sentir el sismo. Si no haya acariciado a mi perrita, no me hubiera dado cuenta de las señalas que estaba emitiendo, al mantener bien erguidas sus orejas, lo cual indicaba que ella ya estaba escuchando los ruidos; pero, no emitió ningún sonido, como muchos otros perros, que aúllan o ladran insistentemente.

Así que, si usted tiene un perro, fíjese en su comportamiento; y, si nota algo raro, tómelo a un aviso, y manténgase alerta.

Ya que, si está en el rancho, y el ganado se hinca, ya esa señal es algo grande; así que, póngase de inmediato en un lugar seguro.

La Biblia dice al respecto, que Dios no hará nada, sin antes revelarle a sus profetas; y muchas de las veces, los animalitos son los que la hacen de profeta.

Pienso que los temblores se generan poco a poco bajo tierra, y que los animalitos sí escuchan los ruidos que bajo nuestros pies se producen; porque su oído es superior al de los seres humanos, o simplemente, porque Dios mismo se los revela.

Así que, ya lo sabe, observe a sus animalitos y a la creación misma de Dios, para poder saber o tener idea de que puede temblar.

Y no haga caso a rumores, ni mucho menos a los malos deseos de gente que anhela que tiemble para que todo se extermine, los que generalmente son personas con mucha amargura; mejor hay que clamar por la misericordia de Dios, para que nos siga guardando y protegiendo de los movimientos telúricos.

-Qué tenga un bonito día