Entre las palmeras. Esa es responsabilidad de ellos.


Una acción que le corresponde a los gobiernos municipales hacer, es la de mantener limpios y podados todos los camellones, parques, áreas verdes, glorietas, jardines.

Una acción que le corresponde a los gobiernos municipales hacer, es la de mantener limpios y podados todos los camellones, parques, áreas verdes, glorietas, jardines, etc., porque son áreas públicas, y toda limpieza, mantenimiento y poda es un trabajo que le corresponde por lo general a Servicios Públicos de los Ayuntamientos,
Esto porque se supone que para eso los ciudadanos pagan sus impuestos; sin embargo, ya ha habido algunos Ayuntamientos, tanto en el pasado como en el presente, que han agarrado la costumbre de enjaretarle a la población esa responsabilidad de mantener, limpiar y podar todo lo de jardinería pública.
Así, los de Servicios Públicos evaden su trabajo. Lo malo es que no esquivan sus quincenas, sus sueldos, ni dejan sus plazas laborales, y menos si son sindicalizados, como lo son muchos de ellos.
Esta actitud sagaz de involucrar a la población en las tareas que son propias del gobierno, como parte de su responsabilidad, preocupa; porque eso podría extenderse a la limpieza de banquetas y calles después de algún lloveral, como los de la temporada en que actualmente nos encontramos.
Recuerdo cierta administración pasada, no muy atrás, cuando a Manzanillo lo azotó una muy fuerte tormenta, en donde la delegación de Santiago fue una de las más afectadas, porque, si mal no recuerdo, se desbordó el arroyo de Santiago.
Varias banquetas se cubrieron y, cuando ya la tormenta pasó, muchas calles y aceras quedaron sucias, lodosas, con hojas, ramas y basura. Ante esta situación, el encargado de embellecimiento, que, si no mal recuerdo así se llamaba en ese tiempo la dependencia que atendía estos asuntos, rápidamente hizo un llamado a la población para que fueran a ayudar a limpiar y a lavar toda el área pública que se había ensuciado.
Que, porque si se lo dejaban al Ayuntamiento, tardaría como alrededor de una semana en volver a dejar todo limpio; pero, si voluntarios se sumaban a la noble causa, el trabajo les duraría de dos o, a lo más, tres días.
Ah, pero eso sí, si van a ayudar, decían, vengan con sus propias escobas, trapeadores, recogedores, jaladores, jabón, bolsas para la basura, etc. Claro que, para motivar a la población se les hablaba muy bonito. Y sí, ahí va la gente a hacer el trabajo, que a algunos del Ayuntamiento les correspondía hacer.
Al final de la labor, a la población solamente se le dio las gracias, y quien sabe si a muchos, ni eso; mientras que los trabajadores del Ayuntamiento, que les correspondía hacer esa tarea dentro de su deber y responsabilidades, recibieron normalmente su sueldo, evitando la fatiga, al más puro estilo de aquel legendario personaje de Don Jaimito, El Cartero.
En otra administración, todavía más atrás en el tiempo, quisieron también usar a la gente común a través del mentado programa inventado: “Adopta un camellón”; y no vaya a pensar que se referían a adoptar a un animal del desierto como mascota, un camello muy grande; sino a esas pequeñas banquetas con vegetación, que funcionan como muro de contención en las vialidades, en donde se les motivaba a las familias que vivían en los alrededores a que se encargaran de mantener limpio, regado y podado ese camellón.
Sin embargo, el programa no funcionó, porque muchos porteños reaccionaron en que esa era tarea del gobierno municipal de Manzanillo, y por ende, se negaron a participar.
Lo que más duele es que, cuando la población tiene algún predio, ya sea terreno, patio frontal, lateral o trasero de su vivienda con árboles sin podar, maleza, basura, etc., ahí no hay solidaridad de parte del gobierno, y ahí sí ejercen multas, sanciones, llamadas de atención, regaños y hasta se les echan culpas por contribuir a la proliferación del mosquito transmisor del dengue, así como a la reproducción de animales indeseables, como ratas, ratones, cucarachas, etc.
Yo creo que cada dependencia de gobierno tiene sus propias responsabilidades bien marcadas y hasta bien pagadas, con todas las prestaciones de ley, y hasta más allá de ellas, si es que son sindicalizados.
Le presento una parábola o ilustración para que se entienda mejor este asunto:
Imagine que usted tiene un terreno y contrata a un maestro albañil para la construcción de su casa; hace un convenio con él en cuanto a la paga y los materiales, la mano de obra, etc.
Pero, ¿qué le parece que uno o dos días después, el maestro albañil, con un buen choro mareador de solidaridad, coadyuvancia, hermandad, fraternidad, éxito y todo lo que le quiera poner, le pida a usted que lo ayude en la construcción como su chalán, y que hasta involucre a sus hijos, y él nomás les dé órdenes de como hacer la mezcla, pegar los ladrillos, columnas, etc.
Y le dice que, por involucrarse usted, se consumará más rápidamente su sueño de tener totalmente construido su inmueble.
Y, supongamos que usted accede, porque hasta lo hizo llorar con su discurso de empatía, solidaridad, etc.,
Muy posiblemente despertará de ese trance psicológico en que lo metieron a la hora de pagar, porque el maestro albañil desde luego que va a querer cobrar lo que convinieron desde un principio, sin descontarle a usted lo que hizo, y mucho menos lo de sus hijos, si es que estos también se involucraron.
Así que, en resumen, no considero que sea un buen gobierno municipal aquel que le enjareta al pueblo responsabilidades y tareas que le corresponden al gobierno. No es ni siquiera ético ni moral.
Pero, aclaro, todo esto es solamente una opinión personal, que hago con todo el respeto que quienes gobiernan los municipios merecen, basada en mi criterio y mi libertad de expresión.