Forma del Corazón: Clave en Riesgo Cardiovascular


Un estudio revela que la forma del corazón, determinada por factores genéticos, influye en la predisposición a enfermedades como la diabetes y la fibrilación auricular
Un grupo de científicos, liderado por Julia Ramírez de la Universidad de Zaragoza y en colaboración con instituciones internacionales, ha demostrado que la forma del corazón está directamente relacionada con el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares. Este hallazgo fue posible gracias a la creación de modelos tridimensionales basados en imágenes de resonancia magnética, permitiendo estudiar la anatomía del corazón con un detalle sin precedentes.
El equipo analizó 40,000 resonancias magnéticas extraídas del UK Biobank, una base de datos con información médica de medio millón de británicos. A partir de estas imágenes, los investigadores diseñaron representaciones completas del corazón, incluyendo los ventrículos izquierdo y derecho en estado de relajación tras la contracción. Estas representaciones se clasificaron en 11 coordenadas matemáticas, cada una relacionada con características específicas como tamaño, orientación, esfericidad y grosor.
El estudio reveló que estas características del corazón son heredables y se identificaron 45 áreas del ADN asociadas a su forma. De estas, 14 eran desconocidas previamente, abriendo la puerta a investigar nuevas relaciones biológicas entre genes y enfermedades cardiovasculares.
Los resultados sugieren que corazones más pequeños están relacionados con un mayor riesgo de desarrollar diabetes, mientras que aquellos más esféricos están asociados con fibrilación auricular, una condición que puede llevar a complicaciones como accidentes cerebrovasculares.
Aunque la relación entre la forma del corazón y la genética ha quedado demostrada, los investigadores señalan que todavía es necesario determinar si estas variantes genéticas predisponen a un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares prevenibles. Este avance podría revolucionar la detección y tratamiento de estas condiciones, permitiendo una atención personalizada basada en el análisis genético y morfológico.
“Este estudio nos acerca a comprender mejor cómo la genética influye en la forma y función del corazón, y cómo estas características pueden ser determinantes en la salud cardiovascular. Es un paso importante hacia la medicina preventiva”, destacó Julia Ramírez.
La investigación no solo ofrece nuevas perspectivas en genética y cardiología, sino que también establece una base para futuras investigaciones que podrían incluir a poblaciones de diferentes orígenes y contextos. Esto permitiría validar y ampliar los hallazgos, incrementando su aplicabilidad en todo el mundo.
Información editada de cienciauanl.uanl.