Un grupo de arqueólogos ha realizado un sorprendente descubrimiento en Uzbekistán: joyas de más de 2.000 años de antigüedad que fueron perforadas con herramientas de diamante, una tecnología que se creía exclusiva de tiempos modernos. Este hallazgo, realizado en el Cementerio de Rabat, un sitio funerario ocupado entre el siglo II a.C. y el siglo I d.C., revela un nivel de sofisticación técnica mucho mayor de lo que se pensaba para la época.
Las piezas analizadas incluyen 51 cuentas elaboradas con piedras semipreciosas como cornalina, ágata y granate. Mediante el uso de microscopía electrónica, los investigadores determinaron que los orificios de las cuentas fueron realizados con un proceso de perforación en dos etapas. En la primera fase, se utilizó una broca con un solo diamante en la punta para iniciar el agujero; en la segunda, se empleó una herramienta con dos diamantes en posición simétrica para completar el trabajo con mayor precisión y regularidad en el acabado.
Este tipo de perforación es idéntico al que se sigue usando en la actualidad para trabajar con piedras duras, lo que convierte al hallazgo en una prueba de que técnicas avanzadas estaban presentes en la antigüedad, mucho antes de lo que se creía. Además, sugiere que el uso de herramientas con diamante no era exclusivo del valle del Indo, donde ya se habían documentado métodos similares en la Edad del Bronce.
Un hallazgo que desafía las teorías previas
Hasta ahora, se creía que estas técnicas eran propias de civilizaciones más avanzadas y que la fabricación de joyas con este nivel de precisión se limitaba a regiones como la India y Pakistán. Sin embargo, las diferencias observadas en la forma de las perforaciones sugieren que estas piezas fueron elaboradas localmente y no importadas, como se pensaba anteriormente.
No obstante, los arqueólogos aún no han encontrado talleres ni herramientas en la región que confirmen esta hipótesis, lo que abre una nueva incógnita sobre la procedencia exacta de las joyas y la posibilidad de que existiera una red de conocimiento tecnológico más extensa de lo que se había planteado hasta ahora.
El descubrimiento, publicado en la revista científica Archaeological and Anthropological Sciences, está generando un gran interés en la comunidad académica. Especialistas en arqueología y tecnología antigua consideran que este hallazgo podría reescribir parte de la historia sobre el desarrollo de la artesanía y la orfebrería en Asia Central.
Los investigadores continuarán analizando el contexto en el que se hallaron estas piezas para tratar de identificar el origen de las herramientas utilizadas y determinar si esta técnica era común en la región o si se trató de un conocimiento transmitido desde otras culturas.
Lo que es seguro es que este descubrimiento desafía la idea de que las civilizaciones antiguas tenían conocimientos limitados en términos de tecnología. La existencia de estas joyas demuestra que, hace más de 2.000 años, los artesanos ya utilizaban métodos que hoy seguimos empleando, lo que sugiere un grado de sofisticación técnica que aún no ha sido completamente comprendido.
