Cuando en 1825 se trasladó por parte del gobierno a la población de Salagua y Santiago al nuevo asentamiento de Manzanillo, nacido para fines portuarios, las gentes venían forzadamente a asentarse ahí, y temían por su salud, ya que era un sitio muy antihigiénico, propenso a las enfermedades infecciosas y epidémicas, principalmente por las pestes emanadas de las lagunas, ya que estas por aquel tiempo no se comunicaban con el mar, y por tanto, aún no habían sido saneadas.
Es por esta razón que algunos de los primeros lugares que se poblaron fueron los cerros del lado del mar (Siglo XIX y primeros años del XX). Los dos primeros cerros que se habitaron fueron el de El Vigía (hoy conocido como El Sector 1) y el de La Chancla (hoy Sectores 4 y 5).
Los cerros fueron conocidos como sectores al aplicarles este nombre para la entrega de correspondencia por parte de la Oficina de Correos, ya que les era muy difícil a los carteros el entregar correspondencia a los vecinos de estos sitios elevados.
SECTOR 1
Este cerro, que es el que abre la bahía de Manzanillo, fue conocido rápidamente como el de El Vigía, ya que los vigías encargados de avisar de la llegada de barcos en los tiempos pasados (desde la época de la Colonia) en la parte alta de la Bahía de Santiago (El Centinela), fueron reubicados a hacer esta misma labor a este cerro. Con el tiempo, con el crecimiento poblacional, se dio el lógico crecimiento hacia otros cerros cercanos.
En la parte alta se ubicó un mirador natural que se fue habilitando para la labor de la persona encargada de avisar la llegada de buques de carga y pasaje, incorporando en los primeros años del Siglo XX el uso del telégrafo. En algunas fotos antiguas es posible observar que en un punto de este cerro había cañones instalados para la defensa del puerto, los cuales nunca se supo que se utilizaran.
En esta primera área habitada de la ciudad se asentó la primera parroquia del culto católico, único que por entonces era permitido, siendo la Parroquia de Guadalupe. Esta empezó como una vicaría en el año de 1874, siendo su primer encargado Francisco Amezcua. Frente a este cerro se extendía una playita conocida como La Bocanita, que hoy es ocupada por las instalaciones de la Armada de México.
Hasta los años sesenta se podía subir en vehículo hasta la punta de este cerro, lo cual ya no fue posible luego de que se construyeran andadores. Atrás de este cerro se encuentra la Playa de El Viejo, que es usada por los vecinos del barrio como balneario.
SECTOR 2
Terminando el primer cerro de la bahía, se extendía una estribación cerril que iba hasta un costado de la calle Principal o de La Laguna, la que hoy conocemos como México. Esta estribación, conocida como El Cerrito de La Ciudadela, fue abatida con dinamita en el año de 1890, creándose con ello la calle Carrillo Puerto, que, como recuerdo de aquel cerrito, conserva hasta la fecha una pequeña lomita por la que tienen que trepar los automóviles.
Más allá de este cerro se encuentra lo que se conoce como el Sector 2, que en realidad es una continuación del 1, que ya no pudo albergar a tantos habitantes. Este sector ya se encontraba más cerca de la laguna de Caimanes o de Cuyutlán, y por lo tanto se consideraba más insalubre.
SECTOR 3
La calle del otro lado de este cerrito, que hoy en toda su extensión conocemos como Carrillo Puerto, era conocida como calle del Mercado, ya que pasaba al costado del Mercado Reforma, que colindaba con la ribera de la laguna. Sin embargo, la calle seguía rumbo a Campos, sección a la que se le conoció luego como Diagonal Corregidora, siendo la salida de Manzanillo, estando en esta salida los lavaderos de la ciudad, a donde algunas mujeres acudían a lavar la ropa en grandes depósitos de agua que había ahí para ese fin.
Más allá era La Pedregosa, y el cerro frente a ella, recibió el nombre de Sector 3. Las casas en su ladera miraban todas hacia la laguna, pues aún no se habían hecho los rellenos donde después de 1959 se construyó la Unidad Padre Hidalgo. En las laderas de este cerro hay algunos pocitos de agua o casimbas, como una que se haya por donde hoy se ubica la Foto Jany´s, y otra en la parte alta del Barrio de San José.
SECTORES 4 Y 5
En realidad, estos sectores eran originalmente uno solo, pues realmente es un solo cerro, que tuvo que ser abatido con dinamita para partirlo por en medio y hacerle un cañón o cortada, para que ahí entrara el ferrocarril a la ciudad, llegando hasta la estación que se encontraba del lado del mar en la zona de La Perlita. El tren venía desde Campos atravesando la laguna y luego entraba a la ciudad a través de los dos sectores.
Este cañón no era una calle, sino un estrecho pasadizo con varias vías de tren, y sin embargo, muchas personas lo utilizaban para pasar del “Barrio del Mar”, hacia el “Barrio de la Laguna”, como eran conocidos ambos lados de Manzanillo. Originalmente solo estaba poblado este cerro del lado del mar. Con los años, al ir creciendo el lado de la ciudad por la laguna, hubo familias que se asentaron allá.
En 1880 se cierra el primer panteón de la ciudad, que funcionaba en el Sector 1 dentro del terreno propiedad de la parroquia de Guadalupe, y se traslada del lado de la laguna, conociéndosele como Panteón Santa Rosa. Con la apertura del cerro con dinamita, el lado más cercano al centro de la ciudad, que era donde se encontraba el Jardín Galván y la presidencia municipal, recibió el nombre del Sector 4, y el otro lado, en donde del lado de la laguna se encontraba el Panteón Santa Rosa, Sector 5.
En estos sectores vivieron muchos estibadores con sus familias y en la parte baja del Sector 4 se construyó el viejo edificio sede de este gremio de trabajadores portuario. Enfrente del Sector se ubicaban los muelles donde trabajaban.
TAPÉIXTLES
Al parecer la población de Tapéixtles es una población de origen indígena, como su nombre lo indica, que se formó a la vera de la sección de la laguna de San Pedrito que llevó el nombre de laguna de Tapéixtles, de la que hoy solamente queda un pequeño remanente. Ya el 19 de mayo de 1871 se reportaba que este poblado alcanzó a tener la cifra de 91 habitantes.
El 29 de octubre de 1935, como parte de la reforma agraria y la repartición de tierras a los campesinos, se dotó al ejido de Tapéixtles de mil 268 hectáreas para los cuarenta y ocho campesinos que lo formaban. El 20 de octubre de 1974 se instala en sus inmediaciones una planta peletizadora y una segunda planta gemela el 22 de octubre del 79.
La palabra Tapéixtles se deriva de un vocablo indígena que significa una especie de cama indígena formada por dos varas amarradas con cuerdas en sus orillas y centro, que se colocan sobre unos caballetes también conocidos como burros. Estos Tapéixtles se pueden enrollar. También un tapéixtle puede servir para poner a ahumar alguna carne sobre brasas, y con ellos se forman las cabañas donde habitan temporalmente los trabajadores de las salinas en la laguna, así como filtrar la sal del agua.
Como su nombre lo indica se hace con ixtle. Incluso se le llegó a dar uso funerario, pues en estos tapetes se envolvían los cadáveres. En los primeros años de esta población, cuando se encontraba un poco apartada del resto de la ciudad por la laguna, se distinguía porque en ella se elaboraban petates de esta clase.
Aunque en la actualidad, las lagunas de la ciudad, en la parte que ahora se considera como su Centro Histórico, están saneadas, son muchas las personas que siguen viviendo en los cerros alrededor de la ciudad, subiendo por andadores, en algunas partes con rampas, en otros con escalones, y en partes todavía por caminos de tierra, lo que les da una vista hermosa, aunque casi a todos les duelan las rodillas.