Mientras tanto, Kiev intensifica su ofensiva en Kursk, asegurando que tropas norcoreanas fueron desplegadas nuevamente en la región
En un giro significativo en el conflicto entre Rusia y Ucrania, el líder norcoreano Kim Jong Un reconoció públicamente el respaldo de su ejército a Moscú. En una declaración oficial, aseguró que su gobierno “apoyará y alentará invariablemente la causa justa del ejército y el pueblo rusos” para defender su soberanía e integridad territorial, en el marco del tratado de asociación estratégica integral entre ambos países.
La afirmación de Kim llega en un momento en que Ucrania ha intensificado su ofensiva en la región rusa de Kursk, logrando avanzar hasta tres millas dentro del territorio enemigo. El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, denunció que soldados norcoreanos han sido traídos nuevamente a la línea del frente, luego de que previamente fueran retirados tras sufrir importantes bajas en combate.
En los últimos días, Ucrania ha redoblado sus ataques en la frontera con Rusia, ampliando su incursión en Kursk con una serie de ofensivas que han puesto en jaque a las tropas rusas. La presencia de combatientes norcoreanos en la zona ha generado preocupación en Occidente, ya que confirma el papel activo de Pyongyang en la guerra.
Desde el inicio del conflicto, Corea del Norte ha sido acusada de suministrar armamento a Rusia, pero hasta ahora no había habido una admisión oficial de su involucramiento militar directo. Este respaldo explícito podría tener consecuencias diplomáticas y aumentar las tensiones entre Corea del Norte y los aliados de Ucrania.
El gobierno de Zelensky sigue insistiendo en que la expansión de la guerra dentro de territorio ruso es una respuesta a las agresiones de Moscú y busca debilitar las capacidades ofensivas del Kremlin. Sin embargo, el despliegue de tropas norcoreanas sugiere que Rusia podría estar recurriendo a refuerzos externos para sostener sus posiciones en el conflicto.
Con este nuevo escenario, el papel de Corea del Norte en la guerra en Ucrania se vuelve más evidente, y la comunidad internacional deberá evaluar su respuesta ante una alianza que desafía el equilibrio geopolítico global.
