La calle México, testigo del desarrollo de Manzanillo


Hace 195 años, dentro de los trabajos realizados para habilitar a Manzanillo como un puerto habitado y funcional, que implicaron la construcción de muelles, patios y bodegas, también se hizo el trazo y construcción de algunas calles, entre ellas, la principal de nuestro centro histórico por toda la vida, tanto que se ha ganado el título de avenida, a pesar de ser angosta y de un solo carril, como es la calle México. El 12 de abril de 1824, Francisco Anguiano es enviado como regidor del Ayuntamiento de Colima para delimitar la zona frente a la bahía de Manzanillo para las operaciones portuarias, y se procede al desmonte y nivelación del terreno en los parajes de lo que hoy es La Perlita y sus alrededores, que permitieran que pudiera existir un puerto comercial que beneficiara a Colima como un estado de la federación.

LA PRIMERA ADUANA

Los primeros trabajos de habilitación de Manzanillo fueron reconocidos el 19 de febrero de 1825 por el Capitán Narváez, enviado del Gobierno Federal, quien desembarcando en el nuevo muelle de la Cañonera Mexicana, fue recibido por el alcalde de Colima, Ignacio Ochoa, el regidor de Colima Plácido Díaz y el comandante Principal, Anastasio Brizuela, quien dio su beneplácito al proyecto de creación del nuevo puerto, lo que hizo que siguieron los trabajos con gran ánimo. Conforme iba finalizando aquel año de 1825, y mientras esperaban una decisión favorable por parte de la federación, los trabajadores a cargo del regidor Francisco Anguiano hicieron el esbozo de la mencionada calle, el cual abarcó únicamente tres cuadras, según lo que se consigna, llegando hasta donde iniciaba la laguna de Cuyutlán. En efecto, el 7 de octubre de 1825, el Gobierno General de la República trasladó oficialmente el puerto de Salagua a Manzanillo, habilitando el Congreso de la Unión al nuevo Puerto como uno de Cabotaje. Catorce días después, el 21 de octubre, el mismo cuerpo legislativo de nuestra nación expidió el decreto que abrió al Puerto de Manzanillo al servicio de cabotaje y altura, siendo Presidente de la República Don Guadalupe Victoria, primer presidente electo de México. El 15 de noviembre, sin siquiera haber transcurrido un mes de lo anterior, se hizo la construcción de la Aduana Marítima de Manzanillo, por obra de J. Jesús Ochoa, en el terreno que desmontó Francisco Anguiano, estando entre las calles hoy llamadas Francisco I. Madero y México, en ese tiempo, como ya vimos, de la laguna. Se hizo tan ágilmente su edificación, que simplemente eran dos jacalones de materiales precarios, poco sólidos. Hasta abril de 1826 entró en vigor el decreto que le concedía la categoría de Puerto de Altura a Manzanillo, el cual le fue regateada y vuelto a otorgar en varias ocasiones.

LA ANTIGUA CALLE DE LA LAGUNA

Esta callejuela rústica le daba salida a Manzanillo con rumbo a tierra-dentro del estado, ya sea por bestia, pues la salida estuvo primero por caminos sobre los cerros que hoy equivaldrían al Sector 3 y contiguos rumbo a Campos, Cuyutlán y Armería y luego por el camino que se formó por la ribera de la laguna, que con los años pasó a llamarse Diagonal Corregidora, en el barrio de La Pedregosa; o por vía lacustre, en lancha o posteriormente, como sucedió con el Vapor Colima, que llevaba pasajeros hasta Paso del Río, Armería. Fue hasta el año de 1890 en que se abatió el Cerro de la Ciudadela, en que se pudo prolongar la calle Ponciano Ruiz, hoy Carrillo Puerto, para conectarlo con la Corregidora, hoy Joel Montes Camarena. Hasta antes de esta fecha, la única calle que comunicaba el Manzanillo del lado del mar con el Manzanillo del lado de la laguna era la Calle México. Al principio, quizá un poco despectivamente solamente se le indicaba como Calle de la Laguna, queriendo con ello decir que era la calle que iba hacia la laguna. Esta calle era tan corta y tan baja, que se decía que cuando había grandes tormentas, las aguas de la laguna y el mar se encrespaban y crecían tanto que, corriendo por la callecita, se juntaban, y los cocodrilos o caimanes lacustres se juntaban en la bahía con los tiburones.

ENTRADA Y SALIDA A LA POBLACIÓN COSTERA

En general todas las calles del pequeño Manzanillo tenían el problema de tener un nivel muy bajo respecto al mar y la laguna. Fue hasta el año de 1860 que se terraplenaron de forma general las calles del pequeño puerto, extrayendo roca y tierra a los cerros para con ello, poco a poco, ir rellenando partes de la laguna. Hay que recordar que algunos cerros alrededor de nuestra ciudad son rocosos; mientras que otros son terrosos. De 1871 a 1882 atraca al final de la calle de La Laguna el Vapor Colima, en el muellecito que el cónsul norteamericano Morrill construyera para tal efecto dentro de la propiedad donde tenía unas bodegas y había un pequeño aserradero. Desde esa fecha ya se empezaba a formar un mercadito informal con personas de Campos que vendían frutas y verduras en la zona aledaña al muelle. En 1886 se le cambió el nombre a la calle por Calle Principal, indicando su carácter de vialidad más importante del pequeño y pintoresco puertecito de madera del entonces. Por ahí entró la locomotora de vapor La Catorce o Esmeralda con las obras del Puerto que empezara abriendo el Siglo XX el gobierno de Don Porfirio Díaz, a cargo del ingeniero norteamericano Coronel Edgar K. Smoot. Venía desde la comunidad de El Colomo, donde estaban algunas canteras que sirvieron para los trabajos en la bahía, ya que aportaban rocas de muy buena calidad. Hasta la fecha existen sitios como aquellos en esta delegación.

ZONA COMERCIAL POR EXCELENCIA

Esta máquina entraba a Manzanillo por la orilla de la laguna, por la que era conocida como la Calle de El Crucero (algunas personas todavía le siguen llamando así), hoy una parte de la calle Hidalgo; luego continuaba por la calle Cuauhtémoc para atravesar la calle Principal o de La Laguna (hoy México) y continuar por la ribera de la laguna de Cuyutlán, que en ese tiempo llegaba hasta ahí. Pasaba por el sitio donde se encontraba la Casa de Morrill con el atracadero del Vapor Colima, donde actualmente es la calle Miguel Galindo, para luego atravesar hacia el cerro y subir un poco hacia el Pozo de La Noria (que algunos llamaban Pocito Santo), donde se abastecía de agua. Después la locomotora bajaba el cerro a la altura de la calle Colhuas, para irse por la calle México hasta la Juárez, donde se bifurcaban las vías: Una parte se dirigía hacia la zona del Rompeolas y otra hacia el Muelle por el área de El Playón. A lo largo del tiempo, la Calle México ha tenido varios negocios icónicos, como es el caso, entre otros, de la Casa Colorada, que abrió sus puertas en 1921 bajo la dirección de Lau Pen Sin, mejor conocido como Don Arturo Lau, la cual acaba de cerrar en días pasados. Por cierto que, hasta 1926, la Escuela del Tamarindo o Juárez estuvo en la calle México, pues a partir de esa fecha, por motivo del conflicto cristero, se trasladó al Templo de Guadalupe. Fue también en 1926 que Don Federico Cárdenas Maldonado se viene de Colima a Manzanillo para abrir su primera casa fotográfica en la calle México, al costado del restaurante Juárez, junto a su esposa Rosa María Lazareno Plascencia, también fotógrafa. El negocio fue continuado por años por su hijo, Federico Cárdenas Plascencia. En 1940 se cambiaron a la acera de enfrente, en el local que anteriormente había sido el Servicio Aéreo Panini.

TESTIGO DE LA HISTORIA

En 1927 se hizo la nivelación de las calles, elevándolas un metro y medio sobre el nivel del mar. Estas acciones corrieron a cargo de Otis S. Smoot, hermano del Ing. Edgar K. Smoot. El 1 de abril de 1928 abrió sus puertas la Farmacia Ideal, fundada por su propietario el Dr. Emilio Gómez Sánchez, médico naval adscrito al cañonero Guerrero, en la esquina noroeste de las calle Principal o México y Colima, en la sección que hoy es la Torres Quintero, siendo su edificio de dos plantas, completamente de madera. En el 1928, Don Eustacio Muñoz Navarro y Doña Teresa Camarena trasladaron su acreditada tienda desde la Carrillo Puerto a la calle México, a una casa que les rentó Don Espiridión Serrano, casa donde nació Don Tacho Muñoz Camarena en 9 de diciembre de 1927. La negociación fue llamada “La Surtidora de Las Baratas”, la cual en 1933 cambiaron a la banqueta de enfrente, donde duraron toda una vida y se convirtieron en una negociación icónica del viejo Manzanillo, la cual cerró sus puertas de forma definitiva en 1995. El 20 de noviembre de 1930 sucedió en la Calle México un hecho de sangre y armas que conmocionó al pequeño puerto. El diputado Local José Dupond y el presidente municipal electo de Manzanillo, Felipe Rocha, fueron asesinados por Miguel Magallón. Estos se encontraban platicando en unos equipales a la puerta de Rocha sobre la calle México, frente a la escuela Miguel Hidalgo, cuando Magallón pasó por ahí sobre una bestia y les disparó a quemarropa. Dupond murió instantáneamente y Rocha sobrevivió unos pocos minutos. Magallón huyó, pero fue alcanzado y aprehendido en la calle de El Crucero, a una cuadra aproximada de la salida del cañón, ya que ahí había un retén de soldados que lo estaban esperando y poco después fue muerto, al aplicársele la ley fuga en presencia de su madre.

Calle México con vías del tren y escuela La Madrid.

LA PRESIDENCIA Y LOS HIDRANTES EN LA MÉXICO

El 22 de junio de 1932 las olas del tristemente célebre maremoto, conocido popularmente como Ola Verde, derrumbó parte del edificio, que ya se encontraba cuarteada por los varios potentes terremotos que se sucedieron ese mismo mes. Por esa razón, el edificio quedó baldío y se rentó un edificio para este fin -presidencia municipal, cuartel de policía y cárcel- sobre la calle Principal o México, a un costado de la escuela Hidalgo. Ahí estuvieron estas instalaciones hasta el 13 de noviembre de 1952. En los años setentas era común ver en algunas esquinas de la Avenida México hidrantes. Eran unos como hongos metálicos, de color bronce, que le llegaban a una persona un poco por debajo de la rodilla, que estaban conectados por debajo del nivel del piso a la red de agua potable, y tenían todo dispuesto para que se les conectaran mangueras. Se supone que, utilizándolos, se podría apagar algún incendio que sucediera en algún negocio o domicilio de la calle principal de nuestra ciudad y puerto. Uno de los últimos hidrantes que recuerdo se encontraba en la esquina de avenida México con Miguel Galindo, frente al edificio Yahualica; pero casi todas las esquinas de esta calle, del costado más cercano a la Carrillo Puerto, tuvieron en algún momento su hidrante. Hubo hidrantes en las esquinas de las calle Madero y Juárez, Madero y Morelos y Juárez y 5 de mayo.

ESCENARIO DE NEGOCIOS ICÓNICOS

Los días 24 y 25 de diciembre de 1945 sucedió la llamada Navidad Sangrienta en Manzanillo, cuando el Hotel Colonial fue escenario del enfrentamiento a balazos de Nicolás Rivera, trabajador de este lugar de hospedaje situado hasta la fecha sobre la calle México, el cual era un consumado pistolero de gran puntería, que se enfrentó a balazos a un gran número de policías, soldados y marinos, los cuales no pudieron derrotarlo, y al final, cuando se le acababan las balas, se suicidó dándose el tiro de gracia. El Hotel Colonial se inauguró el 4 de mayo de 1942, con la presencia de las Hermanas Águilas. En 1949 Antonio Zepeda Morán “El Cachetón”, en compañía de su hermano Alfredo, abrieron la primera agencia de venta de billetes de lotería en Manzanillo en los domicilios 184 y 190, la cual es a la fecha la única casa de madera que se conserva en la ciudad, por lo menos en lo que se refiere al segundo piso. En 1950 abrió también sobre la calle México la farmacia Regis, atendida por Don Agustín Guijarro Delgadillo, en el lugar donde fue la casa de Don Eliseo Vargas Marín, la cual, con motivo del ciclón del 27 de octubre de 1959 quedó destruida. Esta farmacia continúa existiendo atendida por sus descendientes en la calle Allende, a donde se reubicaron el primero de octubre de 1959, en lo que era una bodega de las hermanas Durán. En 1955, con los ahorros de su trabajo como farmacéutico en la Farmacia Mexicana de las Hermanas Espinoza, Don Ramón González Escareño abre la Farmacia América, negocio que continúa vigente.

Si el Centro Histórico es el corazón de Manzanillo, la Calle México es su arteria principal.

Calle México de tierra y con vías del tren.