La Catorce, locomotora de vapor que ayudó a transformar a Manzanillo


La Catorce era una pequeña locomotora de la que se sirvió el Ing. Edgar K. Smooth para hacer las obras del puerto. Esta, que era de vapor, venía hasta el escenario de estos trabajos desde la comunidad de El Colomo, donde estaban algunas canteras que sirvieron para los trabajos en la bahía, ya que aportaban rocas de muy buena calidad. Hasta la fecha existen sitios como aquellos en esta delegación.

LA RUTA DESDE LAS CANTERAS DE EL COLOMO HASTA EL ROMPEOLAS

Esta máquina entraba a Manzanillo por la orilla de la laguna, por la que era conocida como la Calle de El Crucero (algunas personas todavía le siguen llamando así), hoy una parte de la calle Hidalgo; luego bajaba por la calle 21 de marzo hasta la Cuauhtémoc, para irse por ella y atravesar la calle Principal o de La Laguna (hoy México) y continuar por la ribera de la laguna de Cuyutlán, que en ese tiempo llegaba hasta ahí.

Pasaba por el sitio donde se encontraba la Casa de Morrill con el atracadero del Vapor Colima (sitio donde existía un incipiente e informal mercadito de frutas y verduras de la gente de Campos, que con el tiempo llegó a ser el Mercado Reforma), donde actualmente es la calle Miguel Galindo, para luego atravesar hacia el cerro y subir un poco hacia el Pozo de La Noria (que algunos llamaban Pocito Santo).

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LOCOMOTORA DE VAPOR PEQUEÑA Y TROMPUDA

En este lugar era donde se abastecía de agua cuando era necesario, ya que, como mencionamos antes, se trataba de una máquina que funcionaba a base de vapor, que era la base de los medios de transporte de finales del Siglo XIX y principios del XX en todo el mundo. El mismo sistema se utilizaba en Estados Unidos, Inglaterra, Alemania y Canadá; el vapor.

Para llegar al pozo, pasaba por donde hoy corre la calle Felipe Carrillo Puerto, que entonces no se llamaba así; en ese tiempo era el camino de salida hacia Campos; en su primer tramito, le llamaban Calle del Mercado y luego cambiaba a La Pedregosa.

La Carrillo Puerto existió hasta que se abatió el Cerrito de la Ciudadela, de cuya existencia queda como remanente un pequeño promontorio que con facilidad suben los vehículos al circular por tal vialidad. Tampoco la Calle Nueva o Pino Suárez existía todavía.

En el sitio elevado donde estaba el Pozo La Noria actualmente hay un jardincito con bancas bastante descuidado, con andadores a los lados para subir hacia la Calle Nueva, dentro de lo que fue nombrado como Sector 3, de acuerdo a la nomenclatura que le asignó el Servicio Postal Mexicano, para poder entregar de una manera más eficiente la correspondencia.

A un costado de este punto de abastecimiento de agua se encuentra hoy la conocida negociación “Foto Jany´s”. Aunque cubierto, este pozo aún existe, y sigue fluyendo agua de su interior.

Después de pasar por el Pozo La Noria, la locomotora bajaba el cerro a la altura de la calle Colhuas, para irse por la calle México hasta la Juárez, donde se bifurcaban las vías: Una parte se dirigía por la Balbino Dávalos hasta doblar hacia la zona del Rompeolas y otra continuaba hasta la Morelos, para ir hacia el Muelle por el área de El Playón.

IMPORTADA DESDE LOS EUA POR EL CORONEL SMOOTH

En aquellos tiempos se hizo famoso un dicho que decía: “Paraste la trompa como La Catorce”, cuando alguien fruncía los labios en señal de enfado o inconformidad, en alusión a la trompa de la locomotora.

La locomotora en cuestión se llamaba “Esmeralda” (Emerald, en inglés) en los Estados Unidos de América, y fue vendida al Coronel Smooth en 1901, siendo conocida en Manzanillo como la Catorce, porque estaba identificada con ese número. Smooth posteriormente la vendió al gobierno mexicano. Fue construida en 1873 en Baldwin, Filadelfia, para la empresa Reno, para la que se movía mayormente en el estado Virginia, en la costa atlántica de los EUA.

Cuando Smooth la compró, tenía cuatro años sin trabajar. Le fue vendida por $2,000.00. Se supone que el gobierno se la compró a Smooth para usarla por cincuenta años. Estaba pintada en color vino. Esta era de vía ancha y no servía para otro fin que las obras del puerto; es decir, que nunca se utilizó para el servicio de traslado de pasajeros.

Otra locomotora famosa de la historia de nuestra patria chica, pero que servía para el tren de pasajeros, fue la locomotora Santacruz, llamada de esta manera en honor del gobernador del estado con este apellido.

Estas locomotoras no son como las que hoy vemos pasar por los tendidos ferroviarios, sino que eran muy pequeñas, de baja altura y muy angostas, de manera que una persona de pie de estatura alta era casi tan alta como ellas.

Actualmente, este tipo de máquinas solamente pervive en algunos lugares de India, Bangladesh, la región del Tíbet y Los Himalaya, Pakistán y China, donde son una curiosidad que atrae a muchos turistas, precisamente por su exotismo.