El sector TIC creció un 4.5% en 2024, desacelerándose frente al 5.5% del año anterior debido a la incertidumbre macroeconómica y política
La industria de Tecnologías de la Información y Comunicaciones (TIC) en México experimentó una desaceleración en 2024, reflejada en un menor ritmo de crecimiento con respecto a 2023. De acuerdo con la firma Select, el sector creció 4.5%, por debajo del 5.5% registrado en el año anterior, afectado por la incertidumbre en el marco legal y las reformas gubernamentales.
El gerente de investigación de Select, Alejandro Vargas, señaló que las condiciones para la generación de nuevos negocios resultaron complejas. Empresas de telecomunicaciones, integradores de sistemas y fabricantes de hardware enfrentaron retos para expandirse más allá de sus operaciones tradicionales. No obstante, algunos segmentos, como streaming, centros de datos y servicios en la nube, lograron mantener un crecimiento de doble dígito.
Facturación y sectores en crecimiento
La facturación total del sector TIC en México alcanzó 1.46 billones de pesos en 2024. Los operadores de telecomunicaciones siguen liderando los ingresos, aunque su crecimiento se ha ralentizado. En contraste, los servicios TIC –como ciberseguridad, análisis de datos e inteligencia artificial– mostraron un dinamismo superior al promedio.
Los fabricantes de infraestructura y hardware reportaron menor crecimiento, mientras que los mayoristas y resellers obtuvieron mejores resultados gracias a la personalización y el valor agregado en sus servicios.
Perspectivas para 2025
El futuro del sector TIC en México presenta incertidumbre. Se anticipa una reducción del 23% en el presupuesto TIC del sector público, lo que afectará a las empresas con contratos gubernamentales. Además, la posible imposición de aranceles por parte de EE.UU. podría provocar una recesión y desacelerar aún más la industria.
Escenarios para 2025:
Crecimiento del 5.4% si el entorno se mantiene estable.
Crecimiento del 2.7% si se imponen aranceles y persiste la incertidumbre económica.
Frente a este panorama, las empresas del sector adoptan una estrategia de cautela, priorizando la diversificación y la adaptación a posibles cambios regulatorios para mitigar riesgos.