En las últimas semanas, la tecnología ha sido objeto de críticas por el alto consumo de agua asociado al funcionamiento de herramientas de inteligencia artificial. Sin embargo, también existen avances tecnológicos que están demostrando ser aliados clave en el cuidado del agua y la construcción de un ecosistema más sostenible frente al cambio climático.
La inversión en infraestructura para garantizar el acceso universal al agua potable es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. Y la tecnología puede desempeñar un papel central en su cumplimiento, al hacer más eficiente el uso y la distribución del recurso.
“El futuro del agua es digital”, afirma Carlos Cardini, coCEO de Konfront, una empresa dedicada al desarrollo de software. Según el informe Water Technology 2024, elaborado por esta firma, el uso de inteligencia artificial y algoritmos avanzados permite analizar imágenes satelitales para monitorear cuerpos de agua, detectar riesgos de contaminación y prevenir crisis hídricas.
Además, con la ayuda de sensores inteligentes se pueden identificar fugas en las tuberías mediante el análisis de patrones sonoros, lo que contribuye a reducir el desperdicio de agua y optimiza su consumo. El big data y el aprendizaje automático también permiten procesar grandes volúmenes de información en tiempo real, facilitando una mejor toma de decisiones tanto en el ámbito público como en el privado.
Estas herramientas digitales permiten anticipar patrones de consumo y diseñar estrategias más precisas para distribuir el recurso, aumentando la capacidad de respuesta ante posibles emergencias por escasez.
Otra tecnología emergente en este ámbito es la blockchain, que puede aportar mayor transparencia en la gestión del agua. Gracias a esta tecnología, se puede registrar el consumo en tiempo real, tanto a nivel industrial como domiciliario, y aplicar herramientas como contratos inteligentes para agilizar la facturación o imponer sanciones automáticas ante el desperdicio, lo que fomenta un uso más responsable.
“Las empresas del sector deben aprovechar la revolución digital y aplicar aprendizajes de otras industrias para acelerar su transformación”, señala Cardini.
El impacto del cambio climático también ha impulsado la digitalización en la gestión del agua. Casos como el huracán Otis han puesto en evidencia la necesidad de sistemas que permitan anticipar riesgos. Silvia Escamilla, gerente de Desarrollo de Negocios en la empresa global Xylem, asegura que la digitalización puede ser clave para prevenir catástrofes naturales.
“Con datos en tiempo real, los operadores pueden monitorear el aumento de los niveles de agua, identificar amenazas y emitir alertas con suficiente anticipación. Las soluciones de monitoreo remoto también permiten gestionar los sistemas hídricos desde cualquier ubicación y desplegar medidas como barreras protectoras o equipos de bombeo más rápidamente”, explica.
Mientras el uso de tecnologías como la inteligencia artificial continúa generando debate sobre su huella ambiental, también es evidente que, bien aplicada, puede ser una herramienta poderosa para enfrentar los retos globales en torno al agua.