Los bitcoins del régimen: Corea del Norte y su fortuna digital

El Grupo Lazarus, vinculado al régimen norcoreano, ha convertido el robo de criptomonedas en una fuente clave de ingresos para el país.

Corea del Norte ha encontrado en el mundo digital una nueva fuente de riqueza. Tras una ola de ciberataques, el régimen de Kim Jong-un acumula ya la tercera mayor reserva de bitcoins del planeta, solo por detrás de Estados Unidos y Reino Unido, según datos de Binance News. El país asiático posee más de 13,500 bitcoins, valorados en aproximadamente 1,140 millones de dólares.

El crecimiento exponencial de esta reserva no es fruto de la minería ni de inversiones exitosas, sino de una sofisticada red de robos informáticos atribuidos al Grupo Lazarus, una organización de hackers vinculada al gobierno norcoreano. Solo en 2024, estos piratas informáticos sustrajeron 1,300 millones de euros en criptomonedas, incluyendo un ataque masivo a la firma ByBit, cuya billetera de Ethereum fue vulnerada a fines de febrero.

“Corea del Norte lo logró mediante el robo”, sentenció Aditya Das, analista de Brave New Coin, en entrevista con Deutsche Welle (DW). Para él, estos ataques son parte de una estrategia de supervivencia del régimen, ante la presión internacional y las sanciones económicas.

Los hackers norcoreanos se han especializado en técnicas de ingeniería social que les permiten infiltrar a empleados de empresas tecnológicas y manipular sus accesos. Los principales blancos son startups, plataformas de intercambio y sistemas financieros descentralizados (DeFi), usualmente con medidas de seguridad menos robustas.

Una vez que los activos son robados, recuperarlos es prácticamente imposible. Las transacciones en blockchain no pueden revertirse, y los ataques provienen de actores respaldados por un Estado con importantes capacidades de defensa.

Para Park Jung-won, profesor de derecho en la Universidad Dankook, la dependencia de Corea del Norte de fuentes ilícitas de ingreso no es nueva, pero las criptomonedas representan un antes y un después: “El régimen antes contrabandeaba drogas o productos falsificados. Hoy, gracias a los bitcoins, está financieramente a salvo”.

Ambos expertos coinciden en que la presión internacional no detendrá esta práctica. “Para Kim, la prioridad es la supervivencia del régimen. No hay incentivos para que respeten el derecho internacional”, afirmó Park.

Ante esta amenaza persistente, empresas y plataformas buscan reforzar sus defensas y compartir información de inteligencia para anticipar futuras acciones del Grupo Lazarus. Sin embargo, la fragmentación del ecosistema cripto y la falta de estándares de seguridad universales siguen dejando vulnerabilidades abiertas.

Mientras tanto, Corea del Norte consolida su posición en el mundo digital, no como un actor económico tradicional, sino como una potencia hacker con reservas de bitcoins que ya superan el PIB de algunos países pequeños.