Parece imposible imaginar viendo el moderno puerto que hoy es Manzanillo, el municipio más extenso y poblado del estado de Colima, una ciudad que tiene las vocaciones portuaria-comercial y la turística, además de muchas otras actividades destacadas, con una población que se acerca a los 200 mil habitantes, los modestos inicios que tuvo, cuando empezó a surgir en un rincón apartado y mal comunicado del Occidente del país, allá en la primera mitad del Siglo XIX, tan solo unos pocos años después de ser alcanzada la independencia nacional. Posteriormente se fundó Manzanillo en 1825, fecha en que se hizo el traslado del antiguo puerto español de Salagua a la parte donde abre la bahía de Manzanillo.
NI CIEN HABITANTES
Hace ciento setenta y ocho años, en 1846, se hizo el primer conteo poblacional a Manzanillo, o El Manzanillo, como también se le conocía, en referencia a los arbustos crecientes en la arena de llamativos frutos rojos muy venenosos.
Este censo se realizó durante el mes de junio, con las herramientas de que se disponía en el entonces, no fue difícil de levantar, ya que la población que se tenía en el pequeño caserío pegado al mar y entre cerros era muy escasa todavía, arrojando como resultado la cifra de tan solo 51 habitantes; es decir, poco más de media centuria de personas, la mayoría de las cuales vivían en lo que hoy es el área de La Perlita, la calle Juárez, la porción existente de la calle México, entonces llamada Principal o de la Laguna (porque era la única que comunicaba con el insano vaso lacustre, fuente de muchas enfermedades) y la parte baja de lo que hoy son los Sectores 1 y 4 (bautizados con ese nombre, Sectores, algunos años después, cuando la población creció un poquito más, por el Correo Mexicano, debido a la dificultad de entregar correspondencia en los cerros, al no haber domicilios claros en las laderas).
En ese tiempo, el trabajo se dividía entre algún manejo de carga de los pocos buques que arribaban, lo cual se hacía sobre la espalda y metiéndose al agua desde la playa, así como la pesca y algunos más teniendo pequeñas casitas de hospedaje, tiendas de abarrotes y cantinas.
La mayoría de las calles, si a eso se le podían llamar calles, eran de tierra o arena, con piedras y muy irregulares. Habían pasado apenas veintiún años de que el gobierno federal, encabezado por Don Guadalupe Victoria, héroe de la independencia nacional, hubiera decretado el traslado oficial del viejo Puerto de Salagua al de Manzanillo.
Esto fue posible gracias a que se había encontrado un poco de agua potable en pozos en San Pedrito; en El Barrio de La Chanca (donde hoy se encuentra el estacionamiento de la ciudad, entre las calles Morelos y Juárez); y en la salida hacia la laguna, un poquito adelante del Cerrito de La Ciudadela, donde hoy es la parte baja del Sector 3, y entonces fue posible pensar en hacer un asentamiento humano en forma, lo cual no pudo hacerse antes, en el tiempo del dominio español, debido a que no se había encontrado agua en esta área.
UN PUERTO CON FUTURO Y MUCHOS ENEMIGOS
En esos primeros años, Manzanillo navegó entre dos aguas constantes y variables: Puerto de Cabotaje y Puerto de Altura; es decir, abierto al comercio únicamente nacional entre puertos mexicanos, y abierto al comercio internacional con puertos de todo el mundo.
A pesar de su excelente bahía y ubicación, Manzanillo era muy atacado por las autoridades de otros puertos del mismo litoral, que se veían amenazados por su posible desarrollo. Pero desde el 15 de noviembre de 1825 ya se hace la construcción de la Aduana Marítima de Manzanillo por obra de J. Jesús Ochoa, en el mismo terreno que fue desmontado por Francisco Anguiano, regidor del Ayuntamiento de Colima.
Este sitio tan importante estaba ubicado entre las calles que hoy se llaman Madero y México, y eran solamente dos jacalones. En ese mismo tiempo se comisionó como encargado del resguardo marítimo del Puerto de Manzanillo a Don Juan Francisco León, y Liberato Maldonado fue designado por su parte como receptor de la aduana marítima de Manzanillo, a pesar que residía en la capital del estado, la ciudad de Colima.
Fue hasta el primero de mayo de 1848 que el entonces Presidente de la República, Don Manuel de la Peña y Peña, expidió en Querétaro el decreto por el que estableció definitivamente al Puerto de Manzanillo como de Altura y Cabotaje, publicándose el decreto hasta el 13 de noviembre, fecha en que Manzanillo empezó a mover cargas internacionales.
MUCHO CALOR, MUCHAS ENFERMEDADES, MALOS OLORES Y FALTA DE AGUA POTABLE
Por ese tiempo se crea el Fundo Legal del Puerto (1854), en una ordenanza expedida el 11 de abril por el Gral. López de Santa Anna, de no gratos recuerdos, y el 8 de mayo, el agrimensor Bruno García levantó el correspondiente plano del fundo legal del puerto, procediendo a repartirse catorce de las diecisiete manzanas plasmadas en el croquis de Bruno García.
El reparto le correspondió hacerlo al jefe político, Gral. Francisco Pérez de León, costando los predios grandes treinta pesos y cinco los chicos, y se hizo un reglamento a este respecto. Pese a toda la importancia que Manzanillo estaba cobrando, se nombró a Colima como Puerto de Mar, hágame usted el favor, para el cobro de todo movimiento comercial marítimo, ya que los agentes y el administrador de la aduana se negaban a vivir en aquel apartado y atrasado pueblecito de mar, donde abundaban los zancudos, los malos olores, las epidemias, el calor y escaseaba el agua potable. Esto se estableció de forma oficial el 19 de mayo de 1854.
Se recordaba y se consignó por escrito por su indudable importancia, que uno de los primeros buques importantes por su tamaño y carga que arribaron al playón de Manzanillo fue el Cortés, que fue el primer buque de vapor que vieron en su vida los manzanillenses de aquel tiempo, el cual ostentaba una ondeante bandera estadounidense.
El arribo de esta embarcación fue el 12 de mayo de 1855, fecha en que también se reintegró el Batallón Guardacostas, que años antes había desaparecido, quedando su armamento en la ciudad de Colima (un poco lejano, sin duda).
Buscando paliar la necesidad de agua potable en la población porteña, en el 1856 se construyó un enorme aljibe al centro de la Casa Ruiz y Sucursales, el cual captaba las aguas pluviales, que hay que señalar que se decía que por aquellos años eran más copiosas y el período de lluvias efectivas más extenso que hoy.
ESPERANZAS DE PROGRESO
Se empezaron a tener esperanzas de que se voltearan más los ojos desde la federación y el gobierno estatal para hacer prosperar a Manzanillo, luego que Don Ricardo Palacios, quien en 1857 fuera administrador de su aduana marítima, un año después se convirtiera en Gobernador del Estado.
El 9 de abril de 1858 el presidente Juárez y su comitiva, donde entre otros estaban Guillermo Prieto, Melchor Ocampo y León Guzmán, llegaron al Puerto de Manzanillo. Se hospedaron en el mesón de Doña Fermina, esposa de un portugués alcohólico, edificación construida en madera, con techo de palapa y piso de tierra y arena, en cuyo patio había un frondoso tamarindo, donde se amarraban las bestias de quienes se alojaban en el mesón, estando esta negociación de hospedaje sobre lo que hoy es la calle Juárez esquina con México.
Se decía que toda la calle enfrente era un playón donde reventaban las olas del mar, por lo que existía una barrera hecha con palitos y rellenada en sus huecos con piedras. Unos días después, el 11 de abril, el Presidente Juárez y sus ministros se embarcan en el vapor John L. Stephens con rumbo a Veracruz, vía Panamá-Cuba-Nueva Orleans.
En el año de 1869 se ve un poco más de progreso, cuando se terraplenan las calles, extrayendo primero roca y tierra a los cerros, y luego con ella emparejando calles y rellenando algunas partes de la laguna, con lo que por cierto, se extendió una cuadra más la calle México o Principal, pues primeramente llegaba a donde hoy es la esquina con la calle Allende (Ferretería Adachi y Farmacia Zapotlán actualmente), y posteriormente llegó hasta donde hoy es la esquina con Cuauhtémoc (Farmacia Guadalajara y Edificio Linares).
Para ese entonces, 1869, Manzanillo tenía solamente 44 años de existir.