Las playas de Waitpinga y Parsons, al sur de Adelaida, Australia del Sur, han sido cerradas al público tras la aparición de una espesa espuma blanca y la muerte repentina de peces en la costa. A este extraño suceso se suma un brote de síntomas gripales entre surfistas y bañistas, lo que ha generado preocupación en la comunidad.
Las imágenes de decenas de peces sin vida y de una espuma densa cubriendo la costa han despertado alarma. Según Sam Gaylard, director científico de la Autoridad de Protección Ambiental de Australia del Sur, este fenómeno podría ser causado por una “floración de microalgas”, un proceso natural que puede liberar toxinas dañinas para la fauna marina y los humanos.
El problema no se limita a la contaminación visual y la mortandad de peces. Muchos visitantes han reportado síntomas como tos, irritación ocular y dolor de garganta después de haber estado en contacto con el agua. Anthony Rowland, un residente local, relató su experiencia: “Mientras estábamos allí, comenzamos a toser. Muchas personas han dicho que tienen exactamente los mismos síntomas”.
Las autoridades han comenzado una investigación y han tomado muestras de agua y espuma para su análisis. Se sospecha que el fenómeno está vinculado a condiciones climáticas inusuales, como un prolongado periodo de calor y sequedad, junto con mareas bajas y poco viento, lo que ha favorecido la proliferación de algas tóxicas.
Los resultados de los estudios podrían tardar varios días, y hasta entonces, las playas permanecerán cerradas. Mientras tanto, la incertidumbre sobre el impacto ambiental y en la salud pública sigue creciendo, poniendo de relieve la vulnerabilidad de los ecosistemas costeros ante cambios ambientales.