Personajes pintorescos y tradicionales de Manzanillo (1ra parte)

PERSONAJES DE MANZANILLO: LOS BOLEROS PORTEÑOS/ El VIGÍA, RESPETADO/ PEDRO EL LOCO Y PEDRO EL ENANO/ ANDRÉS, EL FERROCARRILERO/ TACHO MUÑOZ/ EL PINACATO. | Foto: Especial

PERSONAJES DE MANZANILLO: LOS BOLEROS PORTEÑOS/ El VIGÍA, RESPETADO/ PEDRO EL LOCO Y PEDRO EL ENANO/ ANDRÉS, EL FERROCARRILERO/ TACHO MUÑOZ/ EL PINACATO

Al hablar de nuestro Manzanillo, al lado de los grandes políticos y profesionistas que han destacado por sus estudios, experiencia, preparación y trayectoria en la función pública o en diversos proyectos a gran escala para beneficio de la ciudad y el municipio, tenemos que considerar también como destacados a importantes personajes salidos del pueblo, altamente populares por su carácter, simpatía, amabilidad y características propias al hablar, vestir o comportarse, muchos de los cuales ya no están entre nosotros.

 

PAJARITO, CHAROL Y BRILLO Y LOS BOLEROS PORTEÑOS

Ellos son parte de nuestra ciudad, por lo que se hicieron famosos y reconocidos por todos los porteños de cepa, que los ubicamos, extrañamos y reconocemos con suma facilidad. Es el caso de boleros como El Pajarito, que alimentaba a los pichones en el jardín Álvaro Obregón, y que se caracterizaba por tener un enorme trasero, además de fajarse casi hasta la cintura y tener una gran simpatía y amabilidad.

O El Charol y Brillo, que no solamente lustraba el calzado, sino también lo reparaba, y para ello no se quedaba en un sitio fijo sino que recorría las calles y colonias de la ciudad, al grito de: ¡Charol y Brillo!, el cual sin embargo, también hay que decir que tenía su carácter, y en caso de que alguien quisiera meterse con él, rápidamente sacaba su chaira, que era un objeto muy filoso que usaba para la reparación del calzado, con lo cual lograba que nadie se metiera con él.

Hace unos veinte años, el jardín se encontraba lleno de bomberos, con sus tolditos en donde tenían todo lo necesario para atender a quienes iban con su novia al cercano cine Bahía o a dar una vuelta por el jardín, el playón o La Perlita, así como también para atender a los políticos y funcionarios que iban a hacer algún trámite o gestión al cercano palacio municipal en Juárez 100.

 

DON CRISTÓBAL, EL VIGÍA, RESPETADO Y QUERIDO POR TODOS

Desde luego que un personaje muy popular e importante, que llamaba la atención cuando pasaba por las calles del centro con rumbo a su cerro, ataviado con ropas muy blancas, unos binoculares colgados del cuello y tocado con una gorra marinera en la cabeza, era Don Cristóbal Rodríguez, El Vigía de Manzanillo.

Él era quien avisaba a los manzanillenses y a los tripulantes de toda clase que se acercaban a nuestro puerto del clima y muchas otros detalles, por medio de banderas con triángulos y bolas, haciendo sonar un riel o una campana, todo desde lo alto del Sector 1, que por su causa también es conocido como: El Cerro de El Vigía. Cuando los niños se acercaban a saludarlo con admiración, sacaba un dulce de sus bolsillos, y se los daba, ya que siempre tenía provisión para ellos.

 

PEDRO EL LOCO Y PEDRO EL ENANO

Llamaban mucho la atención dos Pedros: Pedro El Loco y Pedro El Enano, los dos muy queridos y reconocidos.

El primero, siempre despeinadas sus greñas chinas, con una sonrisa en los labios y caminando por todas partes, sin camisa y con ropas nada elegantes, conocido por todos, pero viviendo en su mundo propio, alejado de todo.

El segundo, muy trabajador en las tortillerías de Manzanillo o haciendo mandados y siempre buscando la manera de ganarse la vida honestamente, algún tiempo incluso trabajando en la CROM llevando cosas en una carretilla. Era muy apreciado, a pesar de ser muy serio; por eso a todo mundo le pesó cuando le tuvieron que cortar un brazo, porque le cayó gangrena, la cual fue la causa de su muerte.

 

ANDRÉS, EL FERROCARRILERO, DE CÁLCULOS PRODIGIOSOS

Por los alrededores del Chantilly era muy frecuente el poder encontrar a Andrés El Ferrocarrilero, una persona que caminaba por todos lados de manera peculiar como secuela de un accidente que tuvo en su juventud, lo cual también afectó a sus facultades mentales en algunos aspectos. A pesar del peculiar caminado que le caracterizaba, era muy apreciado por los manzanillenses de cepa, que sabían que no era alguien que diera problemas.

Era muy bueno para hacer cuentas matemáticas de pura cabeza, así como para recordar todo tipo cosas, como nombres y lugares, por lo que era excelente para hacer mandados, para lo cual era muy recorrido por los comensales de la cafetería ubicada a un costado del palacio municipal. Siempre portaba una gorra y uniforme antiguo de ferrocarrilero, ya que se decía que esta fue su profesión de joven, hasta que sufrió el accidente que lo enfermó, e impidió que trabajara y se comportara normalmente.

Generalmente se encontraba tranquilo, pero en ocasiones al parecer algo le molestaba en su cabeza y gesticulaba o gritaba de súbito, asustando a quien pasara a su lado, pero de ahí no pasaba, pues era una persona amable y servicial. Era muy común que se pusiera a hablar solo, como pensando en alta voz, y luego se reía de sus propias ocurrencias, a ves hasta a carcajadas.

 

TACHO MUÑOZ, EL VOCERO PORTEÑO POR EXCELENCIA

Otro personaje destacado y pintoresco de Manzanillo sin duda alguna era Eustacio “Tacho” Muñoz Núñez, quien aparte de ser maestro de inglés, locutor de radio y uno de los máximos conocedores de cine mundial y nacional que existía en Manzanillo, ha sido el más grande voceador de periódicos que ha existido en el municipio y quizá hasta en la entidad, recorriendo las calles de la ciudad desde muy temprano hasta cerca del mediodía, gritando la noticia –o la extra, como se dice en este argot-.

Esta cualidad le permitía en ese lapso vender cientos de periódicos y en ocasiones, cuando se enteraba con tiempo de alguna nota especial, se venta llegaba hasta rondar los mil ejemplares. Además, no solamente era el gritar la noticia, sino el hacerlo con el ingenio y picardía que despertaban la admiración, las ganas de comprar un diario y en ocasiones, lanzar la carcajada por la jocosa forma de presentar los hechos, que lo mismo eran de política, de algún accidente o nota roja y muchas de las veces, incluso de una noticia o reportaje hecho por el mismo, a fin de facilitarse la venta, pues también era periodista.

 

EL PINACATO, ALEGRÍA Y MÚSICA POR LAS CALLES

Esta también el caso de Paulino Cristóbal Bejarano, el famoso Pinacato, quien se hizo famoso cuando siendo paletero recorría las calles de todo Manzanillo, gritando a gritos su producto, y también cantando a todo pulmón canciones de Vicente y Pedrito Fernández y, sobre todo, de Juan Gabriel, sobre todo la canción “Querida”, que cuando se escucha la melodía en algún sitio de Manzanillo, la gente inmediatamente la asocia con Pinacato, primeramente que con Juan Gabriel. Su fama llegó a ser tan grande, que fue contratado para amenizar algunos eventos o servir de animador, y hasta la fecha en algunas ocasiones llega a presentarse a cantar a algunas terrazas en la playa o restaurantes.

Son muchos los personajes pintorescos y tradicionales que ha tenido Manzanillo en el devenir de su historia, por los que en esta primera parte se quedan muchos en el tintero, razón por la que en una segunda entrega, Si Dios nos lo permite, presentaremos a Rosita La Chiclera, La AFI-PRI y Paco Morales, entre otros.