Pionero de la radio en Manzanillo, Don Carlos Rogaciano Pérez


Don Carlos Rogaciano fue una persona que se caracterizó por tener un sueño, y emplear toda su energía para verlo materializado. Ese sueño fue la radio, que por los lejanos años cuarenta era más que una moda, una revolución en el mundo de las comunicaciones.

LOCUTORES DE LOS QUE YA NO HAY

La gente se pegaba a las bocinas de sus enormes aparatos, que hoy se nos antojan antediluvianos, para sentirse viajar hacia mundos mejores, lo mismo por medio de una emisión musical que por una radionovela. Hoy son muchas las compañías radiodifusoras que surgen a través de las ondas hertzianas en nuestro municipio,  lo mismo en amplitud modulada (AM) que en frecuencia modulada (FM); pero hubo un hombre que dio inicio a todo, cuando hacerlo era algo por demás difícil, y ese fue Don Rogaciano.

Carlos Rogaciano Pérez González nació el 24 de mayo de 1912, en Autlán de la Grana, Jalisco, siendo sus padres Exiquio Pérez y Anastasia González, población donde pasó sus primeros años, para luego irse a la ciudad de Guadalajara, donde cursó sus primeros estudios. Entonces decidió irse a la Ciudad de México para prepararse como locutor profesional. Hay que recordar que por aquellos años, ser locutor no era únicamente hablar por un micrófono, sino que era todo un arte, pues aquellos hombres con esta digna profesión utilizaban un léxico florido y correcto, utilizando una voz potente, agradable y con una modulación engolada, que era aprendida a través de una serie de técnicas y ejercicios.

Primera antena de radio en Manzanillo en Las Brisas.

Lastimosamente, hoy quienes conducen programas radiofónicos es notorio que no poseen cultura. Tampoco tienen voz, por lo que es frecuente escuchar que se les salen los “gallos”, es decir, que se les quiebra la voz por falta de potencia. Usan un lenguaje vulgar y hasta obsceno, impensable en los inicios de la radio. Pérez González obtuvo su certificado como locutor el 27 de febrero de 1943, concedido por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, a través de la Dirección General de Telecomunicaciones, de acuerdo al reglamento de las estaciones radiodifusoras comerciales, culturales y de experimentación científica y de aficionados. Su licencia era como locutor de categoría B, la cual le firmada por el General Brigadier Ramón Cortés G. También por esa época se casó con Carmen Brihuega Maldonado. Una vez que tuvo la acreditación para ser locutor, y por ende, para poder abrir una nueva estación como era su sueño, decidió iniciar su quimera en el puerto de Manzanillo.

INICIANDO UN SUEÑO

Partió de inmediato, dejando a su mujer en la Perla Tapatía, a la que siempre le compartía sus logros y avances en su empresa a través de sentidas y emocionadas misivas. Para esto, entusiasmó a un inversor que aportara lo necesario para  comenzar, quien de esta manera se convirtió en el dueño de la empresa. Era el Dr. Julio Romo Valdivia, el cual no participaba casi en nada, porque Rogaciano se encargaba de todo con afán. La radio, registrada como XECS -que dio a conocer como La Grande de Manzanillo-, la instaló en las bodegas del Sr. Morán, en la calle Hidalgo, en el número 500, donde estaban el estudio y la planta trasmisora.

La azotea de la casa se utilizaba como escenario de programas en vivo y concursos de aficionados, en los que destacaron, entre otros, Heriberto Estrada Barragán “El Memín”, Rebeca Lepe Bautista, Tomás Morales y Francisco Lupercio “El Charro Negro”, acompañados siempre por el Mariachi Corona. Los primeros locutores de la CS fueron Genero Casillas, Ernesto Medina Lima y Fidel Gaitán Ruiz, y poco después se añadieron Héctor Manuel Martínez y Manuel Pérez. Sus únicos aparatos, muy básicos y rudimentarios, los ponía sobre rejas jitomateras de madera. Para lograr su objetivo, puso por sus propios medios en el crucero de Las Brisas una antena. La primera antena de radio en Manzanillo.

Haciendo las primeras y difíciles transmisiones en vivo.

LA GRANDE DE MANZANILLO

La XECS nació el 19 de septiembre de 1953. Fue no sólo la primera en Manzanillo, sino la segunda en el estado de Colima. Alfredo Woodward Téllez, entonces presidente municipal, fue el encargado de inaugurar la empresa. En representación de la SCT estuvo presente Moisés Colunga Ibarra. Transmitía con 100 watts de potencia, con Carlos como gerente. Su familia se vino a vivir con él y quedaron muy a gusto, muy contentos, en la nueva ciudad que habían adoptado como propia. En 1956 la CS se trasladó al fraccionamiento Playa Azul, por donde hoy está la entrada del Puerto Interior, hasta el 27 de octubre de 1959, en que el ciclón del Pacífico arrasó con Manzanillo, y desde luego, con La Grande. Tuvieron que mudarse, ahora a la esquina de las calles Zaragoza y Allende, donde empezaron a operar tan sólo cuarenta días después, con equipos reconstruidos y mejores instalaciones.

Cada vez eran más los trabajadores administrativos, técnicos y locutores. Se puso una nueva antena, mayor, ahora junto a la laguna del Valle de las Garzas. Para esos tiempos, y gracias a sus ingresos -pues la XECS se había convertido en algo muy lucrativo-, “Don Roga” se convirtió en socio de Julio Romo Valdivia, y de esta manera, en dueño de su sueño, su creación, la radio en Manzanillo. En el 62 se fueron a Las Brisas y luego a Ingenieros 14. Desde 1954, la radiodifusora de Don Carlos trasmitió año con año los torneos de pesca de Pez Vela. El creó un título para Manzanillo que gustó y se quedó para siempre: “La Esmeralda del Pacífico”, el cual hacía que todos los locutores lo repitieron cada que empezaba un programa.

De pronto, una enfermedad inesperada en su mayor auge profesional lo sacó del aire, y merced a esta situación tuvo que irse temporalmente a la ciudad de Guadalajara. Al no poder trabajar como locutor, descubrió un nuevo talento escondido: La capacidad de hacer retratos al lápiz y con tinta. Y empezó a ejercerlo, teniendo también mucho éxito. Las personas plasmadas por el aparato a tinta que usaba conectado a un compresor, quedaban encantadas por el asombroso parecido entre sus personas y las obras artísticas de Pérez González.

DEJANDO UN LEGADO

La enfermedad pasó pronto, y Don Carlos Rogaciano regresó de inmediato a su Manzanillo, donde sacó a la luz su faceta comercial, al abrir un restaurante en el primer cuadro de la ciudad, frente al jardín principal, al que llamó “Tacos El Tigre”, el cual operó durante quince años. También participó en el Club de Leones, para satisfacer su filón altruista y de activismo social. Don Carlos Rogaciano Pérez dejó este mundo el 16 de junio de 1990.

A su amparo participaron en la radio una pléyade de locutores y técnicos locales, que se forjaron con las enseñanzas del Maestro de La Grande, como Alfredo Campos Gómez, Javier Montes Camarena, Hugo Sandoval, Jesús Lozoya Baeza y Guillermo Escalera Palacios, entre otros. Aquella idea que nació en Don Carlos Rogaciano Pérez González durante un viaje al norte del país junto al Dr. Romo a principios de los años cincuenta, hoy goza de cabal salud. Sigue al aire y vigente, como un legado que ha crecido y dado mucho fruto.

Certificado como locutor de Don Carlos.