La prestigiosa enciclopedia mantendrá el nombre histórico pese a la orden ejecutiva de Donald Trump
La Enciclopedia Británica, una de las fuentes de consulta más reconocidas del mundo, ha decidido mantener la denominación “Golfo de México” en sus contenidos, a pesar de la orden ejecutiva del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, que proponía cambiar el nombre a “Golfo de América”.
A través de sus cuentas oficiales en Facebook y X, la enciclopedia argumentó que el Golfo de México es un cuerpo de agua de carácter internacional y que la autoridad estadounidense para modificar su nombre es ambigua. Destacó, además, que su audiencia es global y mayormente ajena a Estados Unidos, por lo que considera inapropiado adoptar la denominación propuesta por Trump.
Para respaldar su postura, la publicación incluyó una imagen de un mapa histórico del Golfo de México, extraído de la primera edición de la enciclopedia en 1768, reafirmando la validez del nombre.
En sus declaraciones, la Enciclopedia Británica también hizo referencia a una controversia previa relacionada con la montaña Denali (anteriormente McKinley) en Alaska. En 2015, el entonces presidente Barack Obama oficializó el cambio de nombre a su denominación tradicional, pero Trump intentó revertirlo sin éxito. La enciclopedia reiteró que reflejará en sus registros cualquier cambio oficial aprobado por la Junta de Nombres Geográficos de Estados Unidos, pero hasta el momento, la modificación de Trump no tiene validez internacional.
La polémica llegó a la conferencia matutina del 13 de febrero, donde la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, agradeció a la Enciclopedia Británica por respetar el nombre histórico del golfo. Sheinbaum explicó que la orden ejecutiva de Trump solo tendría validez en la plataforma continental estadounidense del Golfo de México, lo que limita su alcance a 22 millas náuticas bajo soberanía de EE.UU.
Este episodio ha puesto en evidencia la importancia de la nomenclatura geográfica y su impacto en la diplomacia y la política. A pesar de la orden de Trump, la Enciclopedia Británica reafirmó su compromiso con la precisión histórica, subrayando que su labor es proporcionar información objetiva basada en el consenso internacional.
