Reforestación y acciones ecológicas


Colima necesita con urgencia que los gobiernos estatales y municipales, o bien empresas y organizaciones civiles aporten miles de arbolitos.

Con el propósito de apoyar la siembra de cualquier tipo de árbol, excepto el aguacate que requiere mucha agua y libera poco oxígeno, el senador Virgilio Mendoza Amezcua, cumpliendo con el compromiso de impulsar la reforestación urbana y rural, que tanto necesita nuestro estado, hizo entrega el lunes anterior de la primera dotación de arbolitos para que los integrantes de la Asociación de Jubilados y Adultos Mayores, asumamos el compromiso de adoptar y cuidar del crecimiento y desarrollo de uno o dos arbolitos por persona, que podemos sembrar en el patio de la casa o bien debajo de la banqueta, para tratar de recuperar el ambiente arbolado del Colima de antaño.
En este caso, se trata de arbolitos que además de aportar sombra y frescor a casas y calles contribuirán a la economía y la alimentación de los jubilados, por tratarse de limones, limas chichonas, mandarinas, toronjas y otros cítricos que, sin representar peligro, por ser especies de bajo crecimiento y altura, resultan fáciles de sembrar.
Colima necesita con urgencia que los gobiernos estatales y municipales, o bien empresas y organizaciones civiles aporten miles de arbolitos para que nuestras calles, camellones, parques o jardines para el esparcimiento familiar, gocen de la floración de primaveras, rosamoradas, tabachines y otro tipo de árboles florales que constituyen todo un espectáculo citadino, en calles y avenidas.
Desde hace años les pongo como ejemplo a políticos, instituciones educativas y a funcionarios responsables de acciones ecológicas, que más que estar sentados detrás de un escritorio o en la comodidad de una oficina, deben salir a atender esta problemática; también invito a los ciudadanos que sigan el modelo urbano que se observa en la cabecera municipal de Coquimatlán, donde no hay calle o casa que no tenga afuera un arbolito, de olivo negro, naranja agria, limón, guanábana o almendro que alegran la fisonomía urbana de esa población, refrescan el ambiente y sirven para prodigar sombra a muchos automóviles para protegerlos de los inclementes rayos del sol.
Con tristeza vengo observando como la mancha urbana viene creciendo desmesuradamente, arrasando con miles de árboles que favorecen la lluvia, oxigenan el ambiente y permiten bajar los inclementes calores del verano, sin que las dependencias municipales pongan orden en esa incesante construcción de nuevas viviendas y colonias, que ya casi llegan al cauce del Arroyo Seco en la Villa, o en los dominios territoriales de Comala y Cuauhtémoc hacia el norte; por el lado, oriente falta poco para que lleguen al cauce del Rio Salado; pareciera que a los ayuntamientos de la zona conurbada les interesan más los ingresos de la construcción y el pago del predial, que el futuro de las familias colimenses.
Como va el crecimiento descontrolado de nuevas colonias, en pocos años no habrá agua potable suficiente para alimentar a miles de casas que ahora construyen. Ni siquiera se obliga a esos constructores a dejar los espacios arbolados que ya existen, respetar las hermosas especies de parotas que se destruyen u obligarlos a sembrar dos nuevos árboles por cada uno que tumben y exigirles la plantación de especies nativas en los camellones, parques o tan siquiera un árbol afuera da cada casa que construyen.
Por otro lado, vengo insistiendo desde hace tiempo, en la separación de la basura que ya en otras ciudades funciona con mucho éxito y contribuye con buenos ingresos a las arcas municipales.
Por desgracia, la fundación Albatros, que durante años colocó sendos canastos en varias colonias, donde los vecinos dejaban lo mismo vidrio, que plásticos o pet, cartones o latas de aluminio, que ellos separaban y vendían a las empresas recicladoras de materiales; no entiendo porque dejaron de hacerlo; era una incipiente práctica de cultura del reciclaje que debemos impulsar para el mejoramiento ecológico de nuestras zonas urbanas, ayudar a frenar el cambio climático y dar un respiro a la contaminación de los océanos y al planeta que pide a gritos parar el desastre que viene.
Ojalá impulsemos la cultura del reciclaje y la separación de la basura, para que los camiones recolectores solo lleven materiales orgánicos de desecho casero y no tantas cosas que pueden y deben reaprovecharse.
La Asociación de Jubilados y Adultos Mayores, está interesada en el proyecto de colocar canastas que recopilen pet, cartón, vidrio y botes de aluminio, cuya recolección daría un ingreso para los programas de asistencia a los agremiados y de paso se daría ocupación y pago a algunas personas, con los mismos ingresos que se generen. En la colonia Las Palmas, de la ciudad de Colima, desde hace años funciona esta modalidad, que vale la pena replicar.
La reforestación urbana y las acciones pro ecología de nuestro ambiente citadino es una tarea a la que estamos obligados todos, sumemos pues esfuerzos con instituciones, empresas u organizaciones que nos ayuden a tener espacios más sanos y agradables.