Teodoro de San Buenaventura
Con honorables secretarios y directores de Desarrollo Rural, Sagarpa y Sedesol, federales y estatales, nuestro apreciado gobernador, Nacho Peralta, celebró aquí en Manzanillo el primer Consejo Agrario a nivel nacional sobre la entrega de certificados agrarios a nutrido grupo de ejidatarios de todo el estado de Colima.
Cada titular de dichas instituciones nos dio a conocer lo que se ha hecho y lo que se está haciendo, de sus respectivas atribuciones en bien del campesinado y la producción de alimentos.
¿Por qué fuimos los primeros? Obvia contestación: Tenemos en el Poder Ejecutivo a un gobernador con corazón de campesino, mente de hombre ilustre y alma de Arcángel.
En tal virtud y con mucho gusto, en mi carácter de presidente ejidal (campeón a nivel mundial, pues no creo que haya otro con mi cargo a mis 87 años de edad) le pido a todas las autoridades, comenzando por Enrique Peña Nieto, José Ignacio Peralta Sánchez, mi niñita flaquita de Tapeixtles Gaby Benavides, diputados y senadores del Congreso de la Unión, diputados locales, regidores, secretarios y directores del ramo agropecuario-pesquero: Que a la voz de ¡ya!, liciten e integren brigadas y ejércitos agropecuario-pesqueros, que con las más avanzadas técnicas, en forma directa, se dediquen a cultivar tierras ociosas, instalar miles de granjas lecheras; además de dotar de lanchas y barcos pesqueros a millares de hombres y benditas mujeres y hasta estudiantes en sus tiempos libres, que llenen hasta los cerros y montañas de árboles frutales.
Ustedes deben ver que tan sólo gente de sobrada edad estamos cultivando la tierra, nuestros hijos prefieren irse al norte, trabajar en el gobierno, menos sembrar y criar ganado, mucho menos salir a pescar.
El incrementar en este renglón las fuentes de trabajo y surtir los hogares del maná de cada día, bueno y barato, tiro de gracia se le da a la violencia.
Hoy, gobierno y religión deben estar perfectamente unidos. El gobierno, dando empleo y alimentos al pueblo; y Dios colmándolos de bendiciones día y noche.
¡Animo!
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