En la actualidad, nadie piensa en San Pedrito como una población aparte, pues ha quedado totalmente integrado a la mancha urbana. Pero en los años cuarenta todavía, e incluso hasta buena parte de los años cincuenta, San Pedrito era un pueblo aparte de Manzanillo, teniendo incluso sus propias autoridades.
El puerto de Manzanillo por aquellos tiempos terminaba en la Playita de En Medio, donde se ubicaban “las últimas casitas”, como le llamaba la gente a un pequeño caserío por los alrededores de donde hoy se encuentra el túnel ferroviario, más concretamente donde hasta hace no tanto estuviera ubicado el Parque Lázaro Cárdenas, desaparecido por las obras del Portal API y su distribuidor vial.
De ahí, tras un pequeño tramo deshabitado, ya seguía San Pedrito, con su laguna, siendo una comunidad escasamente poblada en la que muchos de sus habitantes se dedicaban a la pesca. Este asentamiento se comunicaba con la actual delegación de Las Brisas (colonia El Pacífico), pues aun no estaba partida la comunicación por la apertura de la boca del Puerto Interior, donde sin embargo, casi no vivía nadie.
Hasta la fecha, entra uno a San Pedrito, y siente uno el ambiente a pueblo, más que a colonia. Incluso, tiene sus barrios propios, muy característicos y diferenciados, como La Parota, El Tanque, San Pedrito El Alto, y el de caché, que es la Burócrata, que actualmente está ya poco habitado, pues se dedicó a albergar las oficinas de agencias navieras y aduanales, entre otras.
La historia de San Pedrito es antigua, pues aparte de Salagua, era uno de los pocos lugares poblados de la bahía de Manzanillo (o de Las Manzanillas, primeramente), antes de la llegada de los conquistadores españoles.
Por ejemplo, en 1793, mucho antes de que se fundara el puerto de Manzanillo, esto fue lo que escribió Diego de Lasaga: “En La Manzanilla no hay recursos de agua para beber, no valiéndose de casimbas, y una de estas, los días que estuve allí, me facilitó con abundancia y sin sabor salobre, de suerte que los buzos celebraron mucho el hallazgo que no esperaban, por haber hecho yo picar el paraje más elevado de la playa, que nominaron San Pedro (marcada en el mapa con una S y una P) y considerar todo seco aquel punto, que luego vieron como un crecido ojo capaz de socorrer la necesidad de muchos”.
“Antes de esta operación, los referidos buzos bebían allí una agua amarilla, corrompida y de fatal sabor, que les ministraba una poza que tenían en lo más bajo de dicha playa, cuyo suelo produce mucha manzanilla, especie bastante venenosa”.
En la rinconada del cerro, junto a lo que era la laguna de San Pedrito se han encontrado objetos de cerámica con dibujos y escritura prehispánica, según citan los historiadores Brust y Santoyo. Esto confirma que el sitio era habitado y frecuentado desde antaño, en parte por tener recurso de agua, de lo que carecía la zona del actual centro histórico, donde solamente había unos pocos veneros.
Hasta antes de 1932, esta laguna se consideraba insalubre, pero en ese año, con el fuertísimo terremoto que generó la Ola Verde en Cuyutlán, también se verificó una salida del mar importante en la zona de San Pedrito, anegando la laguna, y se abrió la boquita, comunicando la laguna con el mar, y desde entonces, la laguna se llenó de pesca, y claro está, de pescadores, creándose en su ribera sur algunas cooperativas pesqueras.
Por las mañanas se podía ver descansando en las orillas grandes caimanes asoleándose. La laguna era abundante en peces, camarones y mariscos de concha, sobre todo almejas. También la gente acostumbraba bañarse ahí, y nunca hubo algún ataque de saurio registrado. Un puente comunicaba las dos partes de San Pedrito separadas por la boquita.
La playa de San Pedrito era la más frecuentada, ya que, por la dificultad del transporte, las otras quedaban demasiado lejos, y esta era entonces muy larga, ya que se prolongaba sin ningún intermedio hasta donde hoy es Las Brisas, siendo su oleaje moderado. Los vecinos del propio San Pedrito y el barrio cercano de La Playita de En Medio se encontraban mucho por ahí, por lo que se hicieron grandes amistades.
En julio de 1939, fue inaugurado el Hospital Civil de San Pedrito, que fue construido por la Junta de Mejoras Materiales, presidida por Julián Terminel, y siendo Presidente de la República el Gral. Lázaro Cárdenas del Río, el cual se mantiene en pie hasta nuestros días, aunque ya no se refleja en las aguas de la laguna, como antaño. En el vaso de la laguna había una isla con una extensión de 6 hectáreas aproximadamente, con palmeras, mangos, ciruelas y marañones. En 1945, merced a fuertes marejadas, se abrió temporalmente la boca aun más, con un canal como de veinte metros, que fue un atractivo para los porteños del entonces, que acudieron asombrados a observar el fenómeno.
El Puerto Interior de San Pedrito, en lo que era la laguna del mismo nombre, fue puesto en operación el 9 de agosto de 1971, por el Secretario de la Presidencia de la República, Lic. Hugo Cervantes del Río, en representación del Presidente de la República Luis Echeverría Álvarez, siendo el primer buque que ingresó y atracó en este nuevo recinto fiscal el “Salvada”. Luego se terraplenó la pequeña porción de laguna que quedaba para construir el bachillerato.
En los años ochentas, se habilitaron unas canchas de futbol y voleibol playero, haciéndose estas disciplinas muy populares en ambas ramas, masculina y femenina, con una liga con muchos equipos y con un gran público asistiendo cada noche a ver los encuentros. Actualmente se practica mucho el cachibol, que es un deporte especial para personas de la tercera edad.
Para ese entonces, también, ya estaba totalmente integrada la colonia de San Pedrito a la mancha urbana.

En esta foto se puede ver el puente que unía la laguna con el mar y la entrada del balneario, en el que se aprecia una fuente.

Las vocaciones pesquera, portuaria y turística de Manzanillo juntas en una imagen desde la playa de San Pedrito.

Un domingo con la playa abarrotada en la playa popular de Manzanillo.

Un torneo de Pesca de Pez Vela en el muelle de pesca deportiva.

Aquí se ve la colonia Burócrata, con las cabezas monumentales de varios héroes de nuestra historia.

Aquí se aprecian los dos puentes que había en la colonia de San Pedrito.

Un desfile sobre la avenida Teniente Azueta, que corre paralela a la playa en la colonia Burócrata de San Pedrito.