Sociedad del conocimiento


En Colima si hay justicia: Pronta y expedita

 *Luis Alfonso POLANCO TERRÍQUEZ

Era visible, el pleito político entre Griselda Martínez Martínez y la administración de Indira Vizcaíno. Algunos precisan que nace desde antes que Martínez Martínez fuera alcaldesa. Durante la gestión que presidio en su momento Griselda Martínez Martínez como Presidenta Municipal de Manzanillo, los desencuentros con la administración estatal eran constantes. Todo indicaba un conflicto. Para unos de ser un conflicto político, extrapolo a pasional y está terminado como personal, tal cual como exponemos, más de uno lo platica en diversas charlas.

Hay que reconocer que la ex alcaldesa, cometió sus propios errores. Ahora tendrá que asumir sus consecuencias. No guardo los protocolos con quienes presidían el Gobierno del Estado. Así la administración estatal no lo hiciera, la ex Presidenta Municipal Griselda Martínez, tenía la obligación de llevarlos a cabo. Lo imperdonable contra la ex alcaldesa según los críticos no son los desencuentros. Sino haber exhibido a personajes de Morena, tanto local como en materia nacional, vinculados al narcotráfico. Según más de un cibernauta desde ese momento firmó su propia sentencia acusatoria.

Las demás acusaciones a Martínez Martínez, así como a más de uno que fuera empleado durante su gestión, es solo narrativa. Si viviéramos en un país con Estado de Derecho, podríamos augurar que la ex alcaldesa tenía a su favor contar con leyes y más de un funcionario de justicia comprometido con la temática: de que la justicia es ciega. Esa realidad ya no existe. Ahora los funcionarios del Poder Judicial Federal y Local obedecen al Poder Ejecutivo y Legislativo, por lo tanto, las acusaciones tienen otro marco distinto.

En el estado tenemos décadas exigiendo que la justicia sea pronta y expedita tal como lo precisa la Carta Magna de México y Colima. Desde antonomasia la justicia se aplicaba a quien caía de la gracia de quienes gobernaban o impartían justicia. José Ignacio Peralta, ex gobernador de Colima, declaraba constantemente en más de una entrevista que el ex mandatario estatal de Colima: Mario de Anguiano no dejó en claro el manejo del dinero del pueblo, por eso fincó responsabilidades.

La realidad demostró que solo fue discurso político de José Ignacio, en realidad no hizo nada. La actual Gobernadora de Colima siguió el mismo protocolo iniciado por Peralta Sánchez, pero fue más amplia al involucrar a dos funcionarios del ex gobernador José Ignacio. Según la narrativa oficial y lo que se ha visto en redes sociales el proceso contra el ex gobernador Nacho Peralta, sigue. No ha entrado a proceso. Va para cuatro años.

Nos comentaba un cibernauta morenista: No se actúa, el ex gobernador tenía el apoyo de las autoridades que le daban impunidad ya que en el Poder Judicial de antes eran corruptos y no actuaban. A partir de las elecciones del Poder Judicial Federal y Local el pasado mes de junio, ahora la mandataria estatal: Indira Vizcaíno tiene todo el poder para actuar, la mejor muestra: la acción contra la alcaldesa Griselda Martínez Martínez, en menos de un año.

Si la administración estatal no actúa contra el ex gobernador José Ignacio Peralta Sánchez, no sucede nada. Solo quedará registrado que los morenistas dieron impunidad a Peralta Sánchez. Por lo tanto, todo sigue igual, la justicia es contra quienes caigan de la gracia de quienes ostenten el poder, en pocas el proceso electoral del mes de junio pasado solo fue show.

PARA REFLEXIONAR. El dinero que tienen en las cuentas públicas los municipios y el Gobierno del Estado son del pueblo de Colima. Esta parte no les ha quedado en claro a ningún gobernante, quizás desde que somos independientes. Los únicos que han actuado en tiempo modernos como estadistas han sido Miguel de la Madrid (+) y Ernesto Zedillo. Han quedado como los malos de la política.

En Colima el único gobernante que en la era moderna actuó con ese criterio: Carlos de la Madrid (+). A nivel municipal, también el citado mandatario estatal cuando era alcalde, actúo como estadista, sin serlo, de igual forma, Roberto Pizano y Carlos Vázquez Oldenburg. El dinero de las arcas municipales o estatales no son la guía para llevar a cabo obras, regalías, construcciones, obras, contratación de empleados, por citar.

Para que un gobernador o alcalde pueda trabajar como estadista, sino sabe de finanzas debe tener un buen tesorero o administrador con pantalones como se dice popularmente, para que le diga que sí y que no. Precisamente aquí están los fracasos de las administraciones de Silverio Cavazos (+), Mario Anguiano y José Ignacio Peralta Sánchez.

Contadores y administradores esperaban demasiado de Anguiano Moreno y Parata Sánchez, del primero no solo porque tiene carreras vinculadas a la economía y finanzas, sino porque ocupó cargo de vigilancia y administración a nivel Congreso Local en dos ocasiones y municipal en una, además de haber sido Presidente Municipal de Colima, antes de ser gobernador, en pocas palabras sabe del tema.

De José Ignacio Peralta Sánchez, los colimenses esperábamos más, porque la carrera de este ex gobernador no solo era implacable. Las posiciones políticas que ocupó antes de ser alcalde y gobernador no cualquiera podría llegar. Las dos experiencias como funcionario público fueron desastrosas, hay quienes afirman que la deuda municipal de Colima creció con él y cuando estuvo en la Gubernatura ha sido el peor mandatario estatal, es para que profesionalmente no volviera ni a dar clases: No supo administrar.

PARA DESPEDIRME. Dudamos que los ex gobernadores de Colima o más de un alcalde se hayan enriquecido con el erario público, en pocas palabras que hayan robado. Si los expedientes armados en contra de Mario Anguiano y Nacho Peralta fueron armados como hurto o enriquecimiento ilícito, tendrán el mismo fin. Absueltos. Deben armarse los expedientes tal como se hizo con Griselda Martínez Martínez, ex alcalde de Manzanillo, no como hurto, sino como falta administrativas con presunción hacer sentenciadas. Nos vemos en otra entrega.